Las autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) se reunieron ayer con los directivos y personal de recursos humanos de Conaprole. Wilson Cabrera, dirigente de la empresa, explicó a la diaria que recibieron una propuesta para destrabar el conflicto, pero que no van a dar detalles públicamente, y afirmó que el MTSS se reuniría “hoy o mañana” con los trabajadores para considerarla.

El sábado pasado el ministerio había juntado a las partes, sin obtener resultados positivos. Roberto Galli, dirigente de la Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC), dijo a la diaria que en esa oportunidad la empresa tuvo una postura tajante al alegar que no participaría en ámbitos de negociación. Ahora la postura (y tal vez la propuesta) parecería ser otra.

Paralelamente, mañana representantes de la empresa concurrirán a la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados, a la que también acudirán el jueves 3 las gremiales de productores lecheros, que se reúnen hoy en asamblea.

Sin liquidez

La medida adoptada por la AOEC consistió en trabajar “a reglamento”, es decir, sin hacer horas extras y aplicando paros con un mínimo de tres y un máximo de seis horas por semana “para todas las plantas pero sin afectar el recibo de leche y el envasado”, dijo Galli.

Las empresas distribuidoras de leche y subproductos de Conaprole (tercerizadas) cubren casi todo el mercado, excepto el reparto que realizan por su cuenta dos grandes superficies -Devoto y parcialmente Disco-. Natalia Pena, vocera de los distribuidores, explicó a la diaria que la semana pasada las empresas debieron esperar hasta ocho y nueve horas para retirar la mercadería, y que estuvieron cuatro días sin distribuir.

Ante esta incertidumbre, y con una merma de stock en la madrugada de ayer, resolvieron restringir el reparto de leche únicamente a cárceles, hospitales y escuelas. Pena dijo que es la primera vez que los distribuidores toman esta medida, porque en ningún conflicto habían estado más de un día sin distribuir.

Conaprole reparte un promedio diario de 450.000 litros de leche. La representante de los distribuidores indicó que la única empresa que está preparada para abastecer el mercado que cubre Conaprole es Parmalat, que tiene la capacidad para producir y los camiones para distribuir. El problema para la población es que Parmalat sólo hace leche ultrapasteurizada, que tiene un precio superior al de la leche fresca de Conaprole, que es tarifada, y por eso vale 6 pesos menos cada litro.

El ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, afirmó ayer que no declarará la esencialidad de los trabajadores de Conaprole porque hay otras empresas que cubren el abastecimiento lácteo. Considerando la diferencia de precios entre la leche fresca y la ultrapasteurizada, parte de la solución repercutirá en el bolsillo del consumidor.

La otra solución, parcial, comenzó a manejarse la semana pasada, cuando la leche fresca empezó a faltar en muchos comercios. Distribuidores con los que dialogó la diaria aseguraron que empresas más chicas del rubro están haciendo mella, y que almacenes y supermercados que antes se abastecían únicamente con leche fresca de Conaprole se resistieron a adquirir ultrapasteurizada (porque muchas personas no pueden pagarla) y comenzaron a comprar otras marcas.

El quid de la cuestión

La empresa despidió a un trabajador por tener “notoria mala conducta”. “Tenemos todas las pruebas de que la persona entregó productos sin facturar, él mismo lo dijo”, afirmó Cabrera.

La empresa estableció una investigación administrativa y realizó la denuncia policial, que llevó a la intervención judicial. Pero la Justicia, que según Cabrera continúa su investigación, determinó que no había mérito para sancionar al trabajador, y sí procesó a otros cuatro empleados, tres de ellos sin prisión y el otro con prisión.

En esto se ampara el sindicato para afirmar que se trata de un despido injusto. Galli aseguró que el problema está en el sector de expedición de mercadería, que “está desbordado para los volúmenes de venta, hay turnos en los que el volumen de carga es tan complejo y tan alto que no dan abasto” para registrar todo lo que sale.

Sin embargo, Cabrera indicó que “ese trabajo se hace de esa manera desde hace muchos años y ahora había faltante de productos”, y afirmó que a partir de las filmaciones registradas y de la documentación, encontraron que “de 70 camiones siempre había cuatro que tenían productos sin facturar, y siempre eran los mismos cuatro”.