Volver a las raíces

“La carpa roja está inspirada en tradiciones ancestrales en las que los rituales, las historias familiares y los conocimientos en general se perpetuaban de generación en generación por medio del linaje materno. La transmisión de toda esa sabiduría tenía lugar en la llamada tienda roja, espacio donde se reunían las mujeres durante los días del ciclo femenino, después de los partos y en momentos de enfermedad. En tiempos actuales, en distintas partes del mundo se han montado tiendas rojas para favorecer el encuentro y la comunicación entre mujeres, fundamentalmente para contar sus historias de parto”, relató Leticia Lázaro, integrante de la red. En cada carpa se realizarán charlas y se informará a las mujeres sobre sus derechos en esta etapa. También se proyectarán videos de información sobre la temática. Habrá un sitio para que el público pueda ilustrar graffitis que reflexionen en torno al tema y un espacio para que madres y padres puedan contar sus experiencias de parto. Las carpas se ubicarán durante el día en distintos puntos de Montevideo, Maldonado y Canelones. La primera fue instalada ayer frente al Hospital Pereira Rossell, la próxima será el 4 de agosto en el Cerro, luego el 30 de setiembre en la comuna capitalina y el 11 de octubre en Piriápolis. El ciclo de carpas de este año finalizará el 23 de noviembre en Barros Blancos.

“A las mujeres se les ha hecho creer que el embarazo y el parto son una enfermedad, se las llama pacientes. En un mundo cada vez más mercantilizado, el embarazo y el parto se han transformado en un negocio más. Engañando, desinformando, creando miedos a las mujeres, haciendo creer que la medicación y la tecnología obstétrica velarán por sus vidas y la de sus recién nacidos”, comentó Elvira Lutz, partera y coordinadora de Relacahupan en Uruguay, el viernes pasado durante la presentación de la campaña.

Para las integrantes de la red, la atención humanizada del parto y del nacimiento tiene que ver con la valoración de los deseos y las necesidades de la madre, el padre y el hijo y de la libertad que tienen las mujeres para decidir sobre dónde, cómo y con quién quieren parir.

La campaña propone el uso de la carpa roja, un espacio itinerante de reflexión e información sobre los derechos sexuales y reproductivos en el embarazo, parto y nacimiento (ver recuadro). Cuenta con el financiamiento del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer y del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Intervenciones de rutina

Según Lutz, las intervenciones rutinarias que aún se realizan en los centros de salud van en contra de los buenos tratos. Tal como explicó a la diaria la red no se posiciona en oposición a la tecnología médica, siempre y cuando sea aplicada cuando realmente es necesario. “El porcentaje de morbi mortalidad materna ha bajado muchísimo en toda América Latina y el Caribe por la atención en los hospitales, pero lo que no cambia es la relación con la persona que se atiende. La calidad de asistencia puede ser excelente, pero no la relación interpersonal. Las mujeres tienen derecho a un parto natural y a negarse a intervenciones innecesarias”, señaló.

El uso rutinario de la episiotomía (corte para aumentar la abertura de la vagina), la introducción de suero con oxitocina artificial para acelerar el parto, la realización de enemas, el rasurado del pubis, el ayuno, la restricción de movimientos y la prohibición de estar acompañada son algunas de las prácticas cuestionadas por la Relacahupan y por la OMS. Respecto al uso de la episiotomía, Lutz considera que hay otras formas de proteger los músculos de la mujer en el trabajo de parto para que no se desgarren. “La episiotomía es un corte doloroso que además deja una cicatriz en un punto que es muy sensible”.

Para la partera estas intervenciones se realizan con frecuencia porque los especialistas están apurados o porque se instalan rutinas que nadie cuestiona. “Se aplican irracionalmente sin reflexionar sobre el impacto que puede tener en la mujer y en el bebé”.

Recibir información sobre la medicación que se le aplica y las intervenciones que se le piensa realizar a una embarazada es otro de los derechos que, a su entender, no se respetan.

Según explicó, también es común que hoy en día algunos especialistas todavía prohíban a la mujer vivir su sexualidad durante el embarazo. “La mujer debe saber que puede tener relaciones sexuales durante el embarazo, esto no siempre es apoyado por determinados especialistas que impiden el ejercicio de la sexualidad sin fundamento”, dijo la partera.

Cesárea versus parto

El alto índice de cesáreas innecesarias, tema central de la Semana Mundial por un Parto Respetado del año pasado, también se puso sobre la mesa durante el lanzamiento de la campaña. Los datos estimativos y extraoficiales que maneja la Relacahupan dicen que en Uruguay 28% de los nacimientos en el sector público y 50% en el área privada se hacen por cesárea, cuando la OMS recomienda que este porcentaje no supere el 15%.

“Hay un gran abuso de la cesárea, que, en definitiva, es una intervención quirúrgica que tiene sus secuelas. Si una cesárea se hace porque corren riesgo la mujer y el bebé, entonces bienvenida, pero no es válido cuando el médico está apurado o se quiere ir de vacaciones”, dijo Lutz.

Consultado al respecto por la diaria, el subsecretario de Salud Pública, Jorge Venegas, quien participó en la presentación de la acción “El parto, seamos parte”, relativizó el problema. “Estamos estudiando el tema de las cesáreas porque no es tan así; el número ha bajado. Las cesáreas tienen indicaciones desde el punto de vista médico-técnico de no poner en riesgo a la madre y al bebé”, opinó.

Si bien el MSP tampoco maneja cifras concretas en torno al tema, el subsecretario considera que las cesáreas en este país no superan el 15%. “No manejamos números precisos, pero puedo decir que el tema hoy no es cesáreas versus parto. El acto médico queda registrado y nos basamos en esos datos”, señaló.

La diferencia de opiniones deja en evidencia la necesidad de un estudio serio sobre el tema, que además es reclamado por las integrantes de la red.

Humanizar la institución

El derecho al acompañamiento en el parto está respaldado por la ley 17.386, aprobada en 2001 y modificada en 2006 cuando se incluyó el acompañamiento durante la cesárea. Esta ley todavía es ignorada por muchas embarazadas y por lo tanto no es exigida. Cuando este derecho no se respeta, la mujer puede denunciar ante el Ministerio de Salud Pública (MSP).

Venegas explicó que cuando se realiza una denuncia, el ministerio puede hacer un llamado de atención y la Junta Nacional de Salud estudiar el caso y, si corresponde, tomar una medida sancionatoria con la institución. Por otra parte, consideró que el problema de fondo es sociocultural. “Estoy de acuerdo con lo de la medicalización de la sociedad, es un tema en el que tenemos que trabajar todo el equipo de salud. Los modelos se reproducen rápidamente en función de una dispersión que se hizo hace muchos años. Estamos en vías de trabajar con todos los prestadores de salud para la sensibilización. El 98% de nuestros partos se hace en el hospital, por lo tanto humanizar la institución es fundamental”, dijo.

La directora de la Escuela de Parteras de la Facultad de Medicina, Cecilia Fernández, consideró que los profesionales que atienden a las embarazadas deben tener “una sólida información científica con un gran componente de sensibilidad y respeto”. “Desde el primer año hacemos que las estudiantes se involucren con las historias de distintas mujeres que hacen que se sensibilicen para, en un futuro, evitar el maltrato que muchas veces se da en las instituciones de salud. Para el parto se requiere un ambiente apropiado, que es importante se respete porque no es sólo un suceso biológico, sino también un acontecimiento social, emocional y psicológico”, opinó.

Para la senadora Lucía Topolansky, quien participó en el lanzamiento de la campaña, la humanización del parto supone una cuestión cultural en la que deben estar todos implicados. “No sé si los seres humanos hemos retrocedido o hemos avanzado en el tema del nacimiento con la invasión de la tecnología. No tengo nada contra la ciencia ni contra el avance, pero me hago estas preguntas. Creo que estas actividades sirven para reconquistar derechos que son parte de la vida”, señaló.

“Hay leyes y normas [la ley de Defensa del Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva aprobada en 2008 exige un “parto humanizado”]; ahora falta que se conozcan y que podamos permitir y aceptar que las mujeres tenemos derecho a parir cómo, dónde y con quién queramos”, opinó Gilda Vera, coordinadora de Relacahupan para América del Sur.

En la misma línea, el doctor Carlos Güida, profesor adjunto del Área de Salud de la Facultad de Psicología, consideró que “más allá de todo lo que hace a la normativa, hay otros desafíos que son más importantes, que tienen que ver con muchos cambios que debemos procesar en nuestro país que hacen a los marcos axiológicos e ideológicos en los cuales se ejerce la profesión de la salud. A la atención a la salud seguimos viéndola como una cuestión de poder entre quienes se visten de blanco y quienes no”.