La actividad fue organizada por el Centro de Estudiantes de Derecho de la Universidad de la República, que ya ha realizado dentro de la facultad otras acciones de concientización sobre el tema violencia doméstica. En la jornada, paralelamente se expusieron fotos de la muestra En tu piel, en el hall de la facultad.
Ana Ramírez, técnica del departamento de Violencia Doméstica de Inmujeres, explicó que uno de los aspectos más importantes del encuentro es “que los estudiantes se vayan proyectando como personas del área jurídica” y sepan cómo desenvolverse el día de mañana en un tema que involucra a las mujeres y sus hijos, “porque también hay niños metidos que están siendo testigos de violencia. Aunque no sean maltratados físicamente están sufriendo por el maltrato”.
En representación del Colectivo Mujeres del Negro expuso Jenny Escobar. La exposición de ambas especialistas por momentos fue interpretada por los estudiantes más como una intervención feminista que como un planteo en defensa de los derechos humanos.
“La charla fue más de feminismo que de violencia doméstica, además demostró que hay asimetría, o sea desigualdad, porque muestran siempre a una mujer extremadamente víctima y a un hombre extremadamente victimario”, comentó a la diaria Romina, estudiante de 18 años. Un dato que destacaron las panelistas durante el encuentro es que los hombres no son los que denuncian, ni tampoco los que son asesinados por sus parejas; en parte porque son “físicamente más fuertes” que las mujeres y “porque las mujeres somos portadoras de vida, entonces nos es más difícil matar”, comentó Escobar. Tampoco realizan denuncias.
Problema de raíz
Según las especialistas, varios son los síntomas o las actitudes de los hombres que luego derivan en violencia doméstica, desde los celos en el noviazgo hasta no dejar utilizar una prenda escotada a su pareja, pasando por los insultos o el destrato al referirse a su compañera en términos como “boba o tarada”.
Romina fue una de las primeras estudiantes que se animaron a interrumpir a las panelistas y expresó: “Ustedes están hablando de una manera que cualquier cosa parece violencia, porque somos seres humanos y la agresividad está en nosotros; pienso que una cosa es violencia y otra cosa es agresividad. El tono que están utilizando a mí me suena como muy extremista, porque todo parece ser violencia”.
Cuando Romina terminó su participación muchos estudiantes se mostraron de acuerdo con lo dicho por la compañera, hecho que inquietó a las panelistas.
En la respuesta éstas expresaron que la agresividad es aprendida y “no está en la naturaleza del hombre” y manifestaron en forma bastante confusa que las pequeñas agresiones pueden derivar en importantes episodios de violencia, los cuales son denunciados cuando la situación supera a la mujer.
Sobre este punto, Camila, otra estudiante presente en la charla, comentó: “Para mí el problema de la violencia doméstica es que siempre están victimizando a la mujer. La violencia doméstica no nace en la casa, ni es decir me crié violento; la violencia está en la sociedad y el tipo o la mujer que viene con estrés o con tensión ¿dónde se desahoga? Se desahoga en la casa. Hay que mirar más allá, no es que la mujer es la víctima, el hombre es víctima o aquél es el victimario, el problema está en la sociedad, en la educación, viene desde abajo y desde mucho antes, no desde ahora”.
Matías, un compañero que manifestó su preocupación por la poca participación masculina en los debates generados durante el encuentro, comenzó diciendo: “En esta charla no se habló sobre violencia doméstica, fue básicamente violencia de género”. Y agregó: “Estas charlas lo que hacen es mostrarnos ramas de un árbol y el tema me parece que es más de raíz, se está perdiendo la institución familia, la institución matrimonio, el respeto entre padres e hijos y entre cónyuges, ése es el problema de raíz”.
Todos los jóvenes coincidieron en que la solución al problema pasa por la educación. Los valores que impone la familia también son parte de la solución, aunque admitieron que muchas veces es ahí donde se genera el problema.
Al culminar el encuentro, la vocera de Inmujeres reconoció que éste es un tema que debe abordarse con cierto cuidado y con mucha más dedicación. “Me parece que hicimos una aproximación a la temática y que se hizo con mucho cuidado, porque es un asunto que nos toca a todos, entonces se puede avanzar pero hasta cierto punto. Me quedo con la idea de que fue poco, en el sentido de que no lograron comprender cuál era la problemática en sí”.
Igualmente ambas profesionales se manifestaron conformes con la actividad, porque fue un puntapié para comenzar a sensibilizar sobre el tema a los futuros profesionales, que seguramente en más de un caso se enfrentarán con la temática.