El proyecto “Saneamiento apropiado para sectores vulnerables del área metropolitana de Montevideo: Barros Blancos” es ejecutado por el Centro Uruguayo de Tecnologías Apropiadas (Ceuta) y financiado por la Unión Europea. Actualmente se desarrolla en coordinación con las policlínicas locales, los centros Socat, el Espacio Cultural Guidaí y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), entre otros.

La iniciativa, que comenzó a ejecutarse en abril de 2009 y se extenderá por un período de dos años, tiene como destinatarios a los pobladores de los asentamientos de Barros Blancos. El trabajo se focalizó alrededor de las zonas Paso Escobar y Villa Manuela y en el entorno del kilómetro 25 de la ruta 8.

El viernes pasado se presentaron los avances de la propuesta en la policlínica La Loma de Barros Blancos y, según se explicó allí, actualmente se está finalizando la segunda de las tres etapas en las que se divide el proyecto.

El próximo mes un nuevo grupo de beneficiarios comenzará a recibir una serie de talleres de educación sanitaria y luego podrá construir sus baños mediante un sistema alternativo al convencional. La idea es continuar con un proceso de seguimiento y evaluación para ver cómo funciona el sistema y cómo las personas se apropian de él.

En total se beneficiará a 25 familias, de las cuales 14 ya tienen sus baños construidos o en proceso de construcción. Cada unidad sanitaria cuesta alrededor de 25 mil pesos.

Sin desperdicio

Barros Blancos, ubicado en Canelones, tiene una extensión de ocho kilómetros y su población asciende a 28.610 personas. Toda la zona carece de cobertura de saneamiento y cada hogar busca, a su manera, una solución.

El modelo sanitario que se impulsa a través del proyecto es el de baños secos, filtros de aguas grises y composteras a escala doméstica, así como la construcción y promoción de humedales construidos para la depuración de las aguas.

La característica principal de los baños secos, como su nombre lo indica, es que no necesitan agua para desagotar las excretas. Se utiliza un sistema separador que hace que la orina y la materia fecal vayan a recipientes separados y aislados entre sí. Este inodoro alternativo, que se exhibió durante la presentación, consta de una base que se divide en dos partes: delante, un caño transporta la orina y detrás, un orificio deriva en una tarrina con aserrín que está debajo y donde se deposita la materia fecal que se tapa con ese material seco en lugar de tirar agua.

El especialista en estudios ambientales y coordinador del equipo de saneamiento ecológico del Ceuta, Igmarrey Pacheco, explicó a la diaria cómo funciona este sistema de baño seco: “La materia fecal no larga olores porque tiene oxígeno, es distinto cuando está en el agua, el proceso es otro, la materia fecal se empieza a desecar y a formar compost. Una vez que se llena la tarrina con aserrín, se vacía en un lugar de compostaje. La orina también se puede juntar y hacer fertilizante con ella, luego de dejarla reposar un tiempo, pero quien no la quiere aprovechar la junta a través de caños con el agua de la ducha, del lavamanos y de la cocina y la deposita en un humedal construido a nivel doméstico donde es depurada y luego se larga al terreno sin contaminantes”.

El beneficio, según el especialista, es que no gasta agua, soluciona el problema sanitario y no genera ningún impacto en el medio ambiente. También está asociado a la dignidad de la persona que no contaba con un baño. “La persona pasó de tener una tarrina escondida y sucia para defecar a contar con una solución que en principio es novedosa pero que es natural”, señaló Pacheco.

Aprovechar las excretas en otros países es algo común y está institucionalizado. Según el técnico de Ceuta, en Suecia y Alemania la orina se utiliza como fertilizante y es procesada por la comuna y utilizada por los productores.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza recomendaciones sobre un uso seguro de las excretas humanas. Desde el Ceuta se recomienda que el compostaje de las excretas tenga un mínimo de un año y medio de reposo antes de ser usado. “En México, donde más se ha monitoreado el tema, señalan que asegurando este período de compostaje, las excretas humanas generan un compost sano que puede ser utilizado”, dijo Pacheco.

A través del Instituto de Higiene de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República se va a estudiar cuál es la calidad del compost que se está degradando luego de la construcción de estos baños secos. “No es lo mismo el compost de una persona sana que uno que parte de un grupo que puede tener parásitos”, explicó el coordinador del equipo de saneamiento ecológico del Ceuta.

Barrera cultural

“En Uruguay el porcentaje de conexión a una red de saneamiento es bajísimo. La mayoría del territorio uruguayo tiene lo que se llama saneamiento mejorado, que consiste en un pozo con robador”, señaló Pacheco.

Montevideo tiene una buena cobertura de saneamiento, que alcanza al 85% de su población, pero en las ciudades del interior este porcentaje baja considerablemente, a 46% de cobertura.

Según el especialista, los datos a nivel global son extremadamente críticos, ya que el 40% de la población del mundo no tiene acceso a un baño, es decir 2.600 millones de personas no tienen instalaciones sanitarias apropiadas.

“Estamos en una situación en la que las tecnologías convencionales no han podido solucionar una cosa que aparentemente es muy necesaria y básica para el desarrollo y la dignidad de las personas”, sentenció.

En los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se plantea, entre otras cosas, reducir a la mitad la proporción de personas que carecen de inodoros antes de 2015. “El saneamiento es vital para la salud humana; los niños son quienes más sufren la contaminación por parásitos a nivel global por este tipo de enfermedades; el saneamiento contribuye a la dignidad y al desarrollo social; protege el medio ambiente, los cuerpos de agua son los que más están sufriendo los impactos de la falta de saneamiento en distintos contextos”, señaló el técnico de Ceuta.

A su entender, mejorar el saneamiento es una medida alcanzable y no se necesitan descomunales partidas de dinero ni grandes conocimientos científicos ni técnicos, lo que se precisa es hablar claro. “La gente no quiere hablar de caca y de pichí, se necesita un liderazgo político en el tema de saneamiento que tiene que estar en la agenda política”, señaló.

A su entender, es mucha la gente que todavía no puede acceder al saneamiento porque “las tecnologías a las que estamos acostumbrados son excesivamente caras y no van a llegar nunca a toda la población, son insustentables y socialmente excluyentes. Va a ser imposible pensar que toda la gente llegue a tener sistemas convencionales de saneamiento en el mundo, aunque tuviésemos el dinero hay otro tipo de limitantes, geográficas y demográficas”.

Por otra parte, recordó que el sistema de saneamiento tradicional genera un alto consumo y desperdicio de agua que se utiliza solamente como medio de transporte para las excretas humanas.

El saneamiento ecológico ve las excretas como recurso y no como desperdicio. Este cambio de mirada es fundamental según el entrevistado, ya que da lugar a otra lógica para solucionar el problema. “La barrera más fuerte que enfrenta el saneamiento ecológico es la cultural y por eso también se necesita una transferencia de apropiación de la tecnología y no sólo construcción de baños. A diferencia de otras partes del mundo, en occidente hay un rechazo grande de las excretas humanas: no importa a dónde van, sino que se vayan rápido”, señaló.

A nivel local

Gabriel Fernández, vecino de Barros Blancos, es uno de los beneficiarios del proyecto de Ceuta y ya tiene construido su baño seco que comparte con una señora mayor y una familia que vive en su terreno. Contó que el sistema que utilizaba antes era el de pozo negro. “En un determinado tiempo de mi vida comencé a hacer pozos negros y me vino como un frenesí hasta que vinieron ellos [del Ceuta] y me pararon la mano y cesé de hacerlos. El sistema de pozos negros es súper caro, no sirve para nada. El ecológico, en cambio, es de lo mejor y es económico. El pozo negro era un dolor de cabeza. En el verano estaba lleno de mosquitos, además desperdiciábamos una cantidad de agua potable”, contó.

Estrella García también participa en el proyecto pero todavía no terminó de construir su baño. “Tengo cinco hijos y en casa este sistema que estamos construyendo ha generado mucha locura, estamos enloquecidos por usarlo. Tenemos mucha curiosidad, dudas y expectativas. Esperamos esté funcionamiento en un mes. A pesar de que uno ya es grande, tiene que aprender a usarlo y también queremos enseñarles a los otros lo bueno que es el sistema”, señaló.

El grupo del Ceuta pretende seguir con este proyecto, ya que, según Pacheco, se generó una gran demanda de este sistema alternativo en el barrio. Para eso presentaron un proyecto a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para poder ampliar la experiencia. Consultado sobre si existe participación de la intendencia canaria en este proyecto, explicó que no hay un vínculo directo. “Creo que a la intendencia le cuesta un poco la innovación y éste es un proyecto chico y le interesan más proyectos del tipo Arroyo Cuenca o el saneamiento de Ciudad de la Costa, que es a otra escala. A nosotros como estrategia de trabajo nos interesa más generar una sólida acción local que llegar a un ministerio o intendencia”.

Hace unos meses, cuando el proyecto de Barros Blancos ya se había iniciado y estaban en construcción las primeras soluciones habitacionales, la diaria consultó al intendente Marcos Carámbula sobre esta propuesta de saneamiento ecológico y declaró no tener conocimiento de ella, lo que revela el poco interés de la intendencia en proyectos de este tipo, que, en definitiva, están saneando un problema que atañe a gran parte del departamento. En la presentación del proyecto el viernes pasado estuvo presente el flamante alcalde de Barros Blancos, Napoleón da Rosa, demostrando que al menos a nivel local el proyecto es reconocido y bienvenido.