Hay productos para todos los gustos. Sillas plegables en madera, recipientes de hojalata, ropa y tejidos artesanales, calzados, carteras, bolsos, billeteras, plantas, verduras, licores, esteras de junco y hasta una "peluquería al paso".

Los expositores recibieron el apoyo del programa de Fortalecimiento de Emprendimientos Productivos de la división de Desarrollo Local, que está dentro de la Dirección Nacional de Economía Social del Mides. Desde 2006 el ministerio convoca anualmente a personas con dificultades económicas que tengan iniciado un emprendimiento productivo y que necesiten ayuda para sostenerlo, mejorarlo o continuarlo. Rosina Methol, responsable de la división de Desarrollo Local, explicó a la diaria que los interesados presentan la solicitud, deben completar un formulario y luego un equipo los visita para verificar "que sean la población objetivo y que el emprendimiento sea viable, que esté funcionando, aunque sea a muy pequeña escala". Contó que la mayoría son familiares, otros son asociativos y una minoría pertenece a cooperativas sociales.

La primera ayuda del Mides consiste en otorgarle un préstamo para que compren maquinarias o herramientas. Methol precisó que los créditos generalmente rondan los 1.500 dólares; los beneficiarios tienen un año para devolverlos, se presta en moneda nacional, sin intereses, con facilidades de pago y descuentos por buen pagador y, en algunos casos, se otorgan subsidios que llegan hasta 35%.

Margarita Castro, actual responsable del programa de Fortalecimiento de Capacidades y Competencias (Focco) del Mides, integró hasta 2009 el proyecto de emprendimientos productivos y comentó que desde 2006 hasta ahora se han apoyado 1.600 iniciativas. Agregó: "Lamentablemente queda afuera cerca de la mitad de la gente que se postula", y si bien se trata de ser flexible, se busca "que la persona esté en condiciones de devolver el préstamo, y que lo haga con el producto del emprendimiento, no con la asignación familiar de los hijos, por ejemplo. Si no puede hacerlo con producto, el emprendimiento no es viable".

En cuanto al retorno, indicó que "entre 50% y 60% de los beneficiarios viene pagando al día, 20% o 30% está atrasado, tiene dificultades pero se va reenganchando, y debe haber otro 20% que no paga, desarmó el emprendimiento o tuvo problemas". De todos modos, aclaró: "Siempre tratamos de que ellos lo puedan pagar aunque no sea en dinero, que sea en donaciones o servicios a la comunidad, que sientan que de alguna manera tienen que devolver ese dinero público. Allí el propio ministerio tiene un punto débil, porque no cuenta con recursos humanos para trabajar en la gestión de cobro y sin eso se hace más difícil recuperar los fondos".

El equipo hace el seguimiento técnico del proyecto y a los integrantes se les brinda capacitación, que dura alrededor de nueve meses, en temas de "gestión social, económica, planificación, formalización, comercialización", precisó Methol.

Historias

Las muestras de emprendimientos sociales se hacen desde 2008 y son regionales. Los productores se quedan con 99% de las ventas y 1% se destina a un fondo común que cuando termina la feria los mismos participantes deciden el destino. Castro puntualizó que pueden repartírselo entre ellos contemplando una proporción inversa a las ventas (que reciban más los que comercializaron menos) o pueden financiar una salida o una actividad.

La feria inaugurada ayer comprende al área metropolitana, y hay un invitado de Salto (artículos en hojalata) y otra de Barra de Valizas, Rocha. De allí viene Teresita, quien con su hijo produce artesanías con recursos de la localidad. Venden calzados de cuero vacuno y billeteras con apliques de cuero de pescado, sombreros de totora y pequeños coladores de junco para infusiones. Años atrás la mujer hizo un curso de producción en cuero de pescado, mediante el Mides y Mevir. Contó que por ahora es difícil el sostén económico, aun cuando también cuentan con un fondo de Cataluña derivado por la Intendencia de Rocha. En relación a la colaboración del Mides, la artesana destacó: “Me parece bárbaro todo el apoyo, porque si no tenés un máquina te limita el trabajo”.

Otra Teresita, pero oriunda de Nuevo París, lucía sus bolsos y carteras; en agosto había recibido el préstamo con el que compró dos máquinas de coser. Estaba satisfecha con el emprendimiento y dijo que a partir de enero planea empezar a pagar el monotributo.

Quince minutos antes de las 17.00 los emprendedores que estaban en la vereda comenzaron a levantar sus puestos porque era la hora límite autorizada por la Intendencia de Montevideo para ocupar el espacio público disponible desde las 9.00. Castro comentó que como el lugar no da para todos, los emprendedores se van turnando. Sobre la hora límite continuaba con éxito rotundo una vendedora de plantas y árboles con flores, Noemí, procedente de Las Toscas, departamento de Canelones. Obtuvo el préstamo en 2010, ahora está terminando de devolverlo y como parte de pago se consideró los talleres que ella brinda en una escuela de El Pinar. Su emprendimiento se llama Saniflor, contó que lo hizo después de que se enteró que tenía Parkinson, como forma de mejorar su calidad de vida y su situación económica.

Un proyecto más armado es el de la cooperativa social Coobadtí, de Delta del Tigre, San José. Fabián y Altamar contaron que la cooperativa tiene seis socios y que recibieron el apoyo del Mides y de una empresa de fertilizantes de la zona, que cedieron el predio donde trabajan y construyeron un galpón. Por medio del Mides gestionaron dos préstamos con los que compraron maquinarias, un bote y herramientas; los terminaron de pagar un año atrás. Venden esteras, bases para palmas y aros para coronas de flores que comercializan a florerías de Montevideo y el interior. Si bien la muestra-feria no era -en su caso- imprescindible para sobrevivir comentaron que participan por reconocimiento al Mides y para hacerse más publicidad.

Ayer, cuando la mayoría de los emprendedores había guardado su trabajo y las rejas del hall del Mides se cerraban, más de uno se arrimaba a preguntar hasta cuándo se exhibirían los artículos y en qué horario. Además de una simple comercialización, la muestra tiene otros ribetes. Methol resumió el objetivo de la institución que integra: “Demostrar a la ciudadanía que la gente pobre cuando tiene oportunidades trabaja, produce y hace cosas hermosas”.