Los Consejos Sectoriales son ámbitos de negociación tripartitos entre gobierno, empresarios y trabajadores que apuntan a definir un plan de acción para el desarrollo de una determinada industria. En junio se lanzaron los correspondientes a las industrias automotriz, bio y nanotecnología, farmacéutica, forestal-madera, naval y textil-vestimenta, que ya tienen delineados sus respectivos planes con objetivos específicos y medidas concretas para lograrlos. El viernes, en la Dirección de Industrias, se lanzó el plan para la del metal, rubro que involucra a unas 2.600 empresas, la mayoría pequeñas, y que en el último año generó un Valor Bruto de Producción de aproximadamente 916 millones de dólares. Emplea a unos 12.000 trabajadores, el 12% de la industria manufacturera y el 3% de la economía local.
Durante la presentación, el secretario ejecutivo de la Unión de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA), Marcelo Abdala, destacó la relevancia del mecanismo y adelantó que los trabajadores asumieron “el compromiso” de realizar propuestas para transitar “un camino hacia la industrialización avanzada”. También recordó la experiencia positiva de otros consejos, como el naval o el automotor. Abdala aseguró que el factor sindical apuntará a lograr consensos principalmente centrados en “mejorar las condiciones de trabajo”, incluso negociándolas con los inversores que se radican en al país. Cabe recordar que la UNTMRA aboga por el diseño de un plan de desarrollo que se oriente a la creación de una industria siderúrgica nacional, utilizando como base de la cadena la extracción de hierro que realizaría la compañía minera Aratirí. No obstante, aclaró que los sindicalistas dialogarán en el consejo con “cabeza abierta y muy constructiva”.
Por su parte, el empresario Miguel Oliveros, presidente de la Cámara Metalúrgica, manifestó que los propietarios del rubro llegan a la instancia “con ilusión de definir una estrategia que nos saque de la recesión estructural” en que se encuentra. Al respecto, aseveró que la metalúrgica no ha disfrutado del éxito del resto de la industria doméstica en esta fase de crecimiento económico. Sobre el punto, argumentó: “No hay país desarrollado […] que no tenga una industria metalúrgica más o menos importante”, añadiendo que ésta “es el mayor generador de oficios” y repercute directamente sobre el resto de la economía. El directivo mencionó “tres áreas” que, a su entender, deben ser especialmente atendidas. En primer lugar, instó a utilizar las compras públicas “no para beneficiar porque sí” sino por su incidencia sobre la actividad económica general, resaltando que el precio a considerar “tiene que ser comparable con lo que cada empresa le deja al país”. Luego convocó a garantizar “el cumplimiento de la normativa vigente” siendo “más estrictos con los certificados de origen” de las importaciones. Por último, remarcó la necesidad de promover la integración productiva incluyendo el sector en el desarrollo de otras inversiones.
My way
Desde el gobierno, el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, declaró sentir “gran satisfacción” por ver el lanzamiento del Consejo Metalúrgico en momentos en que “el país viene creciendo a tasas importantes” en “todas las ramas” de actividad, con incrementos en la formalidad y el salario de los trabajadores. Al respecto, reiteró la preocupación del gobierno por la escasez de recursos humanos calificados en algunas áreas, y en particular en la metalúrgica. Los consejos sirven “no sólo para mejorar las relaciones laborales” sino para “permitir sostener el proceso de crecimiento” de la economía doméstica. Fundamentó que “las ventanas de oportunidades se generan en épocas de crecimiento”, de lo cual deviene la relevancia de definir un plan de acción conjunto entre los agentes involucrados.
El ministro de Industria, Roberto Kreimerman, explicó el sentido que la movida tiene para la administración: “Es la manera en que tratamos de desarrollar una política de industrialización”, empuje logrado tras “años de enseñanza”.
El jerarca aseguró que, según la experiencia internacional, hay “tres claves” para lograr un desarrollo sostenible. La primera es que todo proceso de crecimiento económico y de distribución de esa expansión “depende de la estructura productiva del país”. La crisis financiera internacional “tiene mucho que ver con la estructura productiva de los países”, afirmó, ejemplificando con la jerarquía que tiene el turismo en Grecia, o el turismo y la construcción en España. Por ese motivo el secretario de Estado instó a “ser más densos en lo industrial”, ya que esto genera mayores potencialidades de crecimiento. La segunda clave, según el secretario de Estado, es la desigualdad sectorial del crecimiento, resultado de que el mercado se encarga de desarrollar a unos más que a otros. Explicó que “es mentira” la afirmación de que “no hay política industrial, porque incluso la inexistencia de acciones implica una decisión de política”. Dado que “el mercado por sí solo no desarrolla todos los sectores, [...] se debe promocionar” a los considerados llave para el desarrollo, los que son base del crecimiento nacional y los intensivos en mano de obra. Relacionada a la anterior, la tercera clave es “el mito” de creer que el gobierno debe fijar las condiciones macroeconómicas y simplemente dejar que actúen las empresas. Argumentó que el sector público debe promover la “interacción” y el “intercambio” en temas como financiamiento, acceso a mercado y compras públicas, entre otra amplia gama de medidas.