Partimos de la Marina de Santa Lucía, predio privado ubicado sobre la costa de San José, donde hay mansiones y yates estacionados sobre el agua.

40 años después

El día de conmemoración alude al 2 de febrero de 1971, fecha en que se adoptó en Ramsar, Irán, la Convención sobre los Humedales, tratado intergubernamental "en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos".

El sitio web del Ssitema Nacional de Áreas Protegidas explica que el concepto de humedal "identifica un ecosistema más conocido como bañado o pantano. En términos generales son sitios donde la inundación temporal o permanente es el factor determinante para la vida de determinadas especies. Son ecosistemas de transición entre un ambiente terrestre y uno acuático", que ofrecen servicios de amortiguación a las inundaciones y mantenimiento del ciclo hidrológico. Allí conviven especies de flora y fauna que se considera prioritario conservar.

Algunos de los humedales catalogados como más característicos de nuestro país son los del río Santa Lucía, los bañados de Carrasco (Canelones y Montevideo); Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay (Río Negro) y los humedales de Rocha, conocidos como Bañados del Este. Los de Farrapos y los de Rocha tienen reconocimiento internacional por haber sido designados sitios Ramsar (en alusión a la Convención).

Los Humedales se ubican en la cuenca baja del río Santa Lucía (que nace en Lavalleja), abarcando localidades de tres departamentos: Santiago Vázquez y área rural noroeste de Montevideo; Ciudad del Plata (incluye Delta del Tigre, Playa Penino y Playa Pascual), Libertad y las villas Rodríguez e Ituzaingó, de San José; y Aguas Corrientes, Los Cerrillos y Santa Lucía, de Canelones. Comprende 58.000 hectáreas terrestres y 29.000 acuáticas.

Avanzamos río arriba entre ocho y diez kilómetros, en dos yates y un bote. En el bote de la Armada iba el equipo técnico que trabaja el tema desde el SNAP y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama); en un yate iba la prensa y algunos alcaldes de las localidades involucradas; en el otro iban autoridades nacionales y departamentales, entre ellos Graciela Muslera, ministra de Medio Ambiente, Jorge Rucks, director de la Dinama, Marcos Carámbula y José Luis Falero, intendentes de Canelones y San José, la subsecretaria de Turismo, Liliam Kechichian y directores de Turismo y de Medio Ambiente de las tres intendencias.

En todo el trecho por el que transitamos el río es bastante ancho, ambas márgenes estaban bordeadas por juncos y a medida que se avanza se divisan árboles. El paisaje era hermosísimo, repleto de tonos azules y verdes, con aves que vuelan con libertad y un aire fresco matinal que completaba el cuadro.

Futuro próximo

La administración del área estará a cargo de una dirección integrada por representantes de las tres intendencias y de la Dinama. Ese organismo elaborará un plan de manejo del área. “La idea es empezar el camino de acordar un plan de trabajo que integre el cuidado de la biodiversidad, el uso productivo de las tierras circundantes de manera que no haya contaminación del río ni consecuencias en el área, en el tema del turismo, del deporte náutico y de la recreación, la posibilidad de que las poblaciones de los tres departamentos cuenten con un lugar para encontrarse con la naturaleza”, explicó Muslera.

Fernando Siré, coordinador del proceso de planificación de Humedales del Santa Lucía por parte de la Dinama, dijo a la diaria que “mientras se hace el plan de manejo queremos hacer un programa de control de vigilancia, instalar bases operativas, una va a ser en Buschental, en el río San José, otra ya está operativa en Santa Lucía y la otra en Santiago Vázquez, la idea es contratar más guardaparques para armar un programa de control de vigilancia con Prefectura y otros actores”.

Como amenazas al ecosistema, Siré destacó que hay problemas fuertes con: “la caza furtiva, la tala indiscriminada, algunas artes de pesca que no son muy compatibles, los incendios -que debido a la seca es un tema muy complicado- y la extracción de áridos en general, que en algunos lugares está siendo hecha de mala manera. Eso hay que entrar a controlarlo, estamos tratando de articular con las direcciones correspondientes y en algunos lugares vamos a limitar que se saque arena, porque en la zona tenemos un gran patrimonio arqueológico, se han encontrado restos de actividad humana de hace 5.000 años. Y la frontera agrícola que avanza”. En el proyecto de inclusión del área, en el SNAP se menciona también la nociva descarga de saneamiento de los tambos, de industrias y hasta vertederos de residuos, el exceso de agroquímicos y fertilizantes.

Respecto a la actividad de los junqueros, Siré indicó que cuentan con el aporte dejado por una bióloga que el año pasado realizó su tesis tomando el tema, y dijo: “con el manejo que hacen los junqueros, que va desde Puerto Victoria hasta la vuelta de Isusa, el junco goza de buena salud. El problema es que se está seudo-industrializando acá en Ciudad del Plata, entonces vamos a tener que hacer algún estudio específico, porque el junco y la totora son muy importantes para el humedal. Hablamos con los junqueros de ordenar la situación, ellos también tenían miedo de que viniera una empresa con cien peones y cortaran todo el junco en un día y que ellos se queden sin trabajo. Entonces pensamos en hacer una lista con los autorizados entre los propios junqueros y la administración del área. Se haría un control, una manera de darles seguridades; tenían miedo de que no pudieran cortar más; en realidad a lo que apuntamos es a cuidar el recurso”.