Uruguay es uno de los países que presentan tasas de suicidios más elevadas; la Organización Mundial de la Salud grafica la situación con un planisferio donde los países son pintados según el número de autoeliminaciones: se marcan con rojo los que registran más de 13 cada 100.000 habitantes. El nuestro es uno de ésos, con un promedio de 17 cada 100.000 (537 personas en 2009), siendo que la media de la región no supera los 6,5.

El 17 de julio de 2010 el Ministerio de Salud Pública (MSP) expuso que 78% de los suicidios consumados entre 2004 y 2009 fueron de varones y 22% de mujeres. El entonces director del Programa de Salud Mental del MSP, Lizardo Valdez, indicó que era necesario buscar qué fortalezas -qué mecanismos de resiliencia- tenían las mujeres que hacían que se suicidaran menos.

Podría establecerse, pues, una relación entre los suicidios masculinos y los casos de violencia doméstica.

El centro interdisciplinario Caminos, organización no gubernamental fundada en 1999, lleva el conteo de asesinatos de mujeres y niñas, en el que se basa el colectivo Mujeres de Negro para hacer la performance -cada primer jueves de mes- frente a la explanada de la Intendencia de Montevideo, sosteniendo carteles con la silueta del rostro de mujeres, nombres de pila y situaciones de su homicidio.

El sitio web de la organización es www.caminos.org.uy. En el link “Quiénes eran” se explica que el registro comenzó a hacerlo la Comuna Mujer del Centro Comunal Zonal 9, entre el 8 de marzo de 2001 y el 30 de julio de 2003. Lo continuó el grupo Raíces, de Tacuarembó. Caminos retomó el conteo, que es actualizado en base a las noticias aparecidas en la prensa escrita de todo el país. El sitio también aclara que no abarca la totalidad de casos, porque hay datos de mujeres que permanecen en el anonimato y otras “han logrado sobrevivir a las salvajes agresiones que les perpetraron sus parejas, quienes luego se suicidaron creyendo haberles dado muerte”.

Caso a caso

Según el registro de Caminos, en 2010 hubo 35 asesinatos de mujeres y niñas por violencia doméstica, más que en 2009, cuando se contabilizaron 29. Hubo 37 muertes de este tipo en 2008, 29 en 2007, 32 en 2006, 31 en 2005 e igual número en 2004, 15 se contabilizaron en 2003 y en 2002, y 21 en 2001. Hasta ahí llega el registro.

La inmensa mayoría de los casos son mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, y hay mujeres ejecutadas por sus hijos; también hay casos de abandono de recién nacidos y, sobre todo en 2008, muertes de niños por maltratos en los que participaron madre y padre, o que ellos fueron encubiertos por las mujeres.

De los registros se desprende que los femicidios suceden a lo largo y ancho de Uruguay y con los métodos más terribles, desde utilización de armas de fuego o cuchillos hasta golpes, machetazos, hachazos, asfixia, ahorcamiento, ahogamiento, incineración. Las edades de las víctimas son dispares, desde niñas hasta mujeres de más de 80 años; pero en 2010, por ejemplo, la mayoría de las muertes de mujeres se concentraron en la franja de 30 a 50 años. Muchos de estos asesinatos se perpetraron en presencia de los hijos de la mujer o de ambos, que si sobrevivieron, tendrán que cargar con pesadas mochilas.

Nueve de los autores de los 35 asesinatos de 2010 se suicidaron, y tres lo intentaron; esa proporción se mantiene respecto a otros años: en 2009 se ultimaron ocho varones e intentaron hacerlo cuatro; en 2008 nueve y dos lo intentaron, otro se disparó un tiro pero se carecía de datos posteriores; en 2007 se suicidaron siete y uno lo intentó; en 2006 se mataron 10 varones y lo intentaron dos; en 2005 murieron ocho y tres se hirieron; en 2004 se suicidaron 11. En 2003 cambian las proporciones: se suicidaron nueve varones sobre un total de 15 asesinatos de mujeres; en 2002, también sobre 15 homicidios se suicidaron cuatro varones y un quinto lo intentó; en 2001, sobre 21 asesinatos, se autoeliminaron nueve varones y lo intentaron otros dos.

Es decir, habría que considerar la variable de violencia doméstica cuando se habla de suicidio, porque en relaciones enfermizas el ajuste de cuentas suele terminar con la muerte de las mujeres y con la autoeliminación de varios varones.

Éste es un ejemplo en el que puede observarse que el día destinado a las mujeres en cierta medida también es destinado a los varones, porque la equiparación es necesaria para la sociedad entera, y para que en un futuro no tenga que haber un día específico, que puede leerse como una diferenciación positiva y negativa a la vez.

Desparejo

El tema oficial del Día Internacional de la Mujer 2011 es “La igualdad de acceso a la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología: camino hacia el trabajo decente para la mujer”. El sitio web de las Naciones Unidas presenta un cuadro con índices globales elaborado en base a datos de 2010 de la Unesco. Se dice allí que “las mujeres conforman casi dos tercios de los 759 millones de personas adultas analfabetas del mundo”, pero que la relación “se ha mejorado a ritmo constante, llegando a ser de 97 niñas cada 100 niños en el nivel primario, de 96 niñas cada 100 niños en el secundario y de 108 mujeres cada 100 varones en el nivel terciario en 2008”. A nivel terciario “las mujeres predominan en algunas subáreas de las ciencias, especialmente en las ciencias biológicas y las sociales. En ingeniería, el progreso alcanzado es menor. En 2007, la mediana de la participación de alumnas universitarias era de 21% en ingeniería, manufactura y construcción”. De los 121 países con cifras disponibles, se explica que las mujeres representan el 29% de los investigadores y que sólo 15% de los países alcanzó la paridad de género. Respecto al ámbito laboral, estaba empleado el 52,6% de las mujeres y el 77,5% de los varones, y se marcó que en edades comprendidas entre los 20 y los 24 años “las mujeres siguen rezagadas respecto de los varones en la participación en la fuerza laboral en todas las regiones”. La web publica también otro cuadro, sobre la representación de las mujeres en la investigación agrícola en los países en desarrollo, donde alcanzan apenas 19,5%. Pero se indican valores dispares, porque América Latina y el Caribe muestran porcentajes más elevados. Nuestro país se destaca en un buen sentido: dice el informe que “Argentina y Uruguay ostentan respectivamente 41,7% y 43,5%”. Las tasas más bajas en los continentes africano y asiático están en Eritrea y Pakistán (3%), y las más altas en Sudáfrica y Botsuana (34,5% y 42,2%). Asia Oriental y el sudeste asiático tienen las tasas más elevadas de participación de mujeres en investigación agrícola: 54,2%.

Partida doble

“Si todos estamos de acuerdo en que vivimos en sociedades en las que la mujer continúa siendo discriminada; si todos sabemos el tremendo esfuerzo que realiza una mujer común para lograr determinados cargos de decisión o de poder económico o político, imagínense el peso de una lucha casi infructuosa que llevamos sobre nuestras espaldas las mujeres con discapacidad. Siempre somos consideradas en segundo plano por el solo hecho de tener una discapacidad”. El párrafo forma parte de una declaración difundida ayer por la Asociación de Mujeres Uruguayas con Discapacidad (AMUD), en la que se interroga: “¿Vamos a continuar aceptando esto calladamente para siempre? Nosotras también somos estudiantes, profesionales, amas de casa, sustento de una familia. Pero ante todo, somos mujeres. Por eso convocamos a unirnos y reclamar con fuerza por nuestros derechos. No estamos para implorar por una consideración que siempre merecimos. Estamos para exigir que seamos tenidas en cuenta en la construcción de una sociedad más justa, con igualdad de oportunidades para todos”. El colectivo señala que “nuestros enemigos no son los varones, sino los varones y mujeres que promueven, defienden o impulsan un sistema injusto, en el que millones de mujeres con discapacidad sufren un trato vergonzante por el que no se les considera por sus valores humanos, sino por ridículos y cobardes patrones estéticos o frívolas costumbres”. A lo largo del día de hoy habrá varias actividades en todo el país relacionadas a la fecha y las reivindicaciones de género en sus distintas facetas y particularidades, entre ellas una cadena oficial de radio y televisión a partir de las 21.00 (ver más en página 14).

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