La bacteria Klebsiella Pneumoniae Carbapenemases (KPC), resistente a múltiples antibióticos, fue detectada hace más de una década. Jorge Venegas, subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP), dijo a la diaria que “se estudia en América desde 2006”. Hasta ahora sólo ha sido registrada en ámbitos intrahospitalarios.

Se desconoce cómo ingresó a Uruguay. Se supone que la portó alguna persona que estuvo internada en un centro de salud de un país que la tuviera, pero todavía no se ha trazado su ruta.

Hasta el momento los resultados han dado positivo en dos personas internadas en el Centro de Terapia Intensiva del Sanatorio Mautone, en el departamento de Maldonado. Venegas indicó que una de ellas era una mujer “de edad”, que falleció, y la otra persona está en tratamiento. Gustavo Rodríguez, director técnico del Mautone, dijo a la diaria que si bien se detectó la presencia de la bacteria en la señora fallecida, la relación no se ha comprobado. “Se trata de una hipótesis que no se ha confirmado todavía”, aclaró. Rodríguez agregó que el otro paciente evoluciona favorablemente y que se han extremado los relevamientos epidemiológicos de otras personas internadas en el nosocomio para detectar otros posibles casos, que no se han registrado. Hoy se reunirá la Comisión Nacional de Infecciones Intrahospitalarias del MSP para hacer una evaluación de lo actuado.

Venegas precisó que continúa la alerta epidemiológica y que hay a disposición un correo electrónico, un fax y un teléfono del MSP para que los centros de salud reporten “sobre cualquier sospecha”. Los análisis son realizados en laboratorios del MSP y en la Facultad de Medicina. Por su parte, Rodríguez indicó que los relevamientos -análisis de sangre, de orina, de expectoraciones y cultivos de catéteres- se realizan en laboratorios del sanatorio y que en los casos en que han dado positivo se ha buscado la confirmación del MSP.

No automedicarse

“Los microorganismos resistentes, entre ellos las bacterias, los virus y algunos parásitos, son inmunes a los efectos de los antimicrobianos, como los antibióticos, los antivíricos y los antipalúdicos, de modo que los tratamientos habituales se vuelven ineficaces y las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas. La resistencia es una consecuencia del uso de los antimicrobianos, y en particular de su abuso, y surge por mutación del microorganismo o [por] adquisición de genes de resistencia”, sostiene la OMS en un documento publicado en su página web en febrero de 2011.

El abuso de antibióticos está en la mira. No sólo por el uso que hace de ellos la población sino por su utilización en ganadería y avicultura. “En producción animal se usan a diestra y siniestra en el mundo en general, que los emplea en más de 50%”, dijo el vocero del MSP. La automedicación en humanos es una práctica habitual en Uruguay y tiene la contrapartida de poder estar utilizando un fármaco inadecuado o en la dosis inconveniente. Desde el MSP se desalienta la automedicación, pero los antibióticos continúan siendo de venta libre en las farmacias uruguayas. Venegas reconoció el problema pero indicó que por el momento no se piensa en restringir la venta.

Producción enlentecida

El subsecretario del MSP afirmó que por intermedio del Fondo Nacional de Recursos se han comprado “todos los antibióticos de última generación que no son resistentes”, los cuales fueron adquiridos en un laboratorio local multinacional y en otro de Argentina.

La OMS está en alerta porque, pese a la mayor disponibilidad de conocimientos y tecnologías, “el número de nuevos antimicrobianos en fase de desarrollo ha disminuido notablemente en el último decenio, poniendo en cuestión la disponibilidad de opciones terapéuticas eficaces en el futuro”, según expresa en un documento publicado en su página web. “Los investigadores y los fabricantes de productos farmacéuticos han recortado significativamente los fondos para la investigación y la realización de estudios clínicos sobre nuevos antimicrobianos”, sostiene, a la vez que señala motivos económicos: tener un mercado reducido, administrarse por un plazo de uno a diez días solamente, “hecho que reduce el incentivo económico para el desarrollo de nuevos fármacos”, o que muchas enfermedades parasitarias “son infrecuentes en el mundo desarrollado, que es la principal fuente de ingresos para los fabricantes de medicamentos”. Entre los problemas biológicos indicados por ese informe de la OMS se destaca que ha resultado difícil identificar nuevos aciertos para la acción de los antimicrobianos, o que la mayoría de éstos “son variantes químicas de antimicrobianos antiguos”, por lo que la resistencia puede aparecer rápidamente.