Presupuesto kamikaze

El primer presupuesto de emergencia para la reconstrucción, por el equivalente en yenes (cuatro billones) a 49.000 millones de dólares, podría impulsar el PIB nipón en 0,6% durante el año fiscal en curso, según informó ayer el gobierno, lo que compensaría en parte los daños provocados por el terremoto y el tsunami. El proyecto de ley que dará forma institucional a esos recursos será remitido hoy al Parlamento por el Poder Ejecutivo y se articula entre obras públicas, remoción de escombros y recuperación de la infraestructura perdida. 600.000 millones de yenes se destinarán a préstamos y los restantes 3,4 billones de yenes “se sumarán directamente al componente de demanda pública del PIB”, precisó la oficina del gabinete de gobierno. Las autoridades proyectan que el presupuesto extraordinario dará sustento a la generación de 200.000 nuevos empleos en un país cuyo PIB durante el año fiscal 2009-2010 sumó 474 millones de yenes, unos 5,8 billones de dólares. Se espera que el gobierno reduzca su proyección de expansión del PIB para este año fiscal en entre 0,5% y 1% desde el 1,6% previsto en enero, guarismo en sintonía con la estimación promedio de 0,7% surgida de los sondeos realizados este mes por Reuters entre analistas. Asimismo, el gobierno apoyará a las empresas para que contraten personal con un fondo de 730.000 millones de yenes, lo que podría facilitar la creación de aproximadamente 1.450.000 empleos. Si bien la administración aún no precisó en qué medida exacta se contraerá el PIB como consecuencia de la tragedia natural, sí estima que el valor del daño superaría los 300.000 millones de dólares.

El diario estadounidense especializado en temas económicos y financieros The Wall Street Journal dio a conocer en su edición del último sábado que entre las autoridades financieras del golpeado archipiélago asiático hay quienes proyectan que su economía transita hacia la contracción en este primer semestre. Las causas de ello remitirían al estancamiento en el que cayó la producción industrial tras la catástrofe y a la inmediata interrupción registrada en las cadenas de abastecimiento de esa economía en general.

“Estamos ahora esperando que la producción y el Producto Interno Bruto [PIB] declinen en el primer y segundo trimestres”, admitió el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, en una entrevista realizada el viernes y en sintonía con la perspectiva de una mayoría de economistas del sector privado, quienes vislumbran una contracción en la primera mitad del año en curso.

Una incógnita de relevancia refiere a los plazos en los que la economía japonesa se recuperará del golpe de la naturaleza, lo cual a su vez remite al ritmo en que serán superadas las interrupciones en las cadenas de abastecimiento, así como a la medida en que los cortes de energía eléctrica incidirán sobre la producción de la industria nipona durante el próximo verano boreal. “Una vez que se recupere la capacidad de abastecimiento la economía japonesa se estará moviendo otra vez hacia la senda original de crecimiento”, dijo el presidente del Banco de Japón, citado por la agencia británica de noticias Reuters. El funcionario agregó que las dificultades relacionadas al abastecimiento podrían continuar registrándose, por lo menos, hasta agosto.

En ese contexto el gabinete de gobierno del primer ministro aprobó el viernes una partida presupuestaria extraordinaria e inicial de casi 50.000 millones de dólares con destino a las tareas de reconstrucción de infraestructuras destruidas por el desastre natural del mes pasado. La semana que viene el Parlamento deberá revisar esta partida, que integrará el mayor proyecto de reconstrucción del país desde fines de la Segunda Guerra Mundial.

Al mismo tiempo, la semana próxima sesionará el Banco de Japón para proceder a la rutina de revisión y análisis de las tasas de interés de su política monetaria. Aunque las expectativas de los agentes especializados tienden a coincidir en que la autoridad monetaria eludirá cualquier posible flexibilización de dicha política, también se espera que la modifique en la medida en que la destrucción provocada por la catástrofe amenace la recuperación de la actividad.

De acuerdo a fuentes “familiarizadas con la discusión” que consultó Reuters, la entidad elaboró un informe con vistas a la semana que viene en el cual adelanta que recortará su proyección de crecimiento de la economía para el año fiscal iniciado el 1º de abril, desde la ya baja previsión de 1,6% realizada en enero (ver recuadro). Sin embargo, otras fuentes del Banco de Japón piensan que el país evitará la contracción y retomará la expansión económica durante la primavera nórdica.

Ganando deuda

Pero las urgencias financieras asumidas por esa nación frente a lo ocurrido en marzo superan sus actuales disponibilidades de recursos, a tal punto que su gobierno deberá emitir deuda soberana para solventar las obras de reconstrucción del noreste del país, región que quedó devastada, según anunció el primer ministro, Naoto Kan. En rueda de prensa y en un mensaje claramente orientado hacia la sociedad, el mandatario puntualizó la necesidad de prestar “atención a las percepciones del mercado al debatir cómo y cuándo pagar esa deuda”.

Para 2011 la potencia insular asiática no las tiene todas consigo. Su ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, también se dirigió, declaración mediante, hacia la interna de su país. Advirtió que su propio gobierno debe considerar que tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como otros organismos internacionales tienen puesto su foco en las medidas que el país adopte hacia una reforma fiscal que sea procesada en el marco de los planes de reconstrucción. “Serán necesarias fuentes sustanciales de ingresos para la reconstrucción, pero debemos tener en mente que las instituciones internacionales, como la OCDE, así como otros países y mercados nos están mirando desde el punto de vista de la necesidad de llevar a cabo planes fiscales de mediano plazo”, declaró Noda tras una sesión de gabinete.

Mediante un informe emitido el jueves de la semana pasada, la OCDE señaló que los gastos fiscales para reconstrucción de infraestructura son ineludibles para Japón, pero alertó que el gobierno de Tokio debe exhibir disciplina fiscal y también incrementar la tasa del impuesto vigente a las ventas del país, del actual 5% a 20%. Se espera que el gobierno nipón utilice la difícil situación para reactivar la economía.