Aportar insumos para la discusión sobre el rumbo que debe tomar el sistema educativo es el cometido principal de la visita de Renato Opertti, sociólogo egresado de la Universidad de la República que actualmente se desempeña trabajando en la OIE en Ginebra, Suiza. El especialista fue invitado por el Fondo de las Naciones Unidas y el Instituto Rumbos para presentar el documento que elaboró sobre la educación uruguaya, denominado "Cambiar las miradas y los movimientos en educación: ventanas de oportunidades para el Uruguay".
Pruebas de la discordia
"Acceder a diferentes conocimientos y ver cuál es su utilidad es siempre necesario. PISA [Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos] es una fuente de conocimiento valiosa que permite ver algunas cosas importantes en una mirada comparada internacional. Yo creo que más que discutir sobre PISA deberíamos discutir cómo encarar algunos de los problemas que plantea la prueba. La energía tiene que estar orientada a buscar respuestas porque PISA, como toda medición, ilumina algunas cosas importantes que tienen que ver con conocimientos y habilidades básicas que los jóvenes tienen a los 15 años en determinadas áreas. Creo que como toda investigación aporta insumos para las políticas educativas. Lo importante no es convertir a PISA en un demonio ni idolatrarla; hay que utilizarla como un instrumento más. No hay que hacer de la prueba un campo de batalla de la falta de respuestas educativas. Siempre es bueno tener más conocimiento que tener menos conocimiento y PISA es una fuente de conocimiento, sobre todo para quienes tienen que tomar decisiones políticas".
Hoy se llevará a cabo un taller sobre el tema a puertas cerradas, en el que Opertti presentará el documento; luego investigadores, académicos, representantes del Poder Legislativo y autoridades en general podrán debatir e intercambiar opiniones sobre el material expuesto.
En conversación con la diaria Opertti comenzó explicando que el trabajo realizado busca aportar elementos de reflexión "para nutrir una posible agenda de cambios educativos en Uruguay desde una mirada interregional". Sostuvo que su experiencia laboral, tanto en el país como en el exterior, desarrollada principalmente en los últimos seis años, puede aportar diferentes enfoques y miradas". "La idea es que sea un insumo más para orientar el debate educativo [...] desde la Unesco no tenemos ninguna intención de hegemonizar la discusión ni pensamos que vamos a aportar los datos. Lo que yo trato [de hacer] es traer a colación los debates educativos que hay en el mundo y aportar una serie de propuestas que sean un insumo más".
Así no puede seguir
Deserción del sistema educativo, principalmente de los estudiantes de enseñanza media, repetición, desmotivación de los estudiantes, la falta de conocimientos y saberes posibles de aplicar en la vida cotidiana, son algunas de las carencias que, según Opertti, caracterizan a la educación nacional. Ante este panorama entiende necesaria una reestructura. "El sistema educativo tal cual está estructurado, tal cual está concebido, no está en las mejores condiciones para responder a los problemas de la diversidad y la disparidad", puntualizó.
Estableció que la diversidad no debe estar dada solamente en el orden social y cultural sino también individual, es decir que debe contemplar "maneras de sentir, formas de ser, formas de aprender" de los jóvenes y los niños. Siendo el aprendizaje entre pares una de las herramientas más importantes y menos consideradas en el sistema. Asimismo la educación debe apuntar a consolidar formatos alternativos de cambios educativos y curriculares.
En el documento "Cambiar las miradas y los movimientos en educación: ventanas de oportunidades para el Uruguay", Opertti, establece como temas centrales para tener presentes en la agenda educativa nacional: la promoción de una educación inclusiva facilitadora de desarrollo de los estudiantes, de la democratización de la educación básica, y de una educación de jóvenes unitaria y diversa.
En este marco, el profesional en investigación educativa plantea que uno de los principales problemas del sistema uruguayo es que tiene una oferta muy segmentada: "Falta una visión de conjunto entre primaria y enseñanza media; entonces una de las propuestas que hago es la de crear un centro de educación básica que incluya los tres niveles, educación inicial, primaria y ciclo básico". Sería un centro educativo al que el estudiante asiste, por ejemplo, diez años, y recibe un modelo educativo "unitario, coherente, estructurado sobre la base de ciertos contenidos educativos con sistemas de apoyo, tutorías y evaluaciones comunes". Opertti considera que la consolidación de un centro con estas características dejará a un lado un problema que se arrastra desde hace 25 años, la deserción de la educación media y la inequidad de aprendizaje, pues tanto maestros como profesores compartirían un marco curricular común, estrategias de trabajo y metodologías.
Explicó que experiencias de este estilo ya se están desarrollando en otros países, puesto que "el mundo transita hacia la democratización de la educación básica". Afirmó que hay una crisis educativa a nivel internacional, centrada principalmente en la educación media, y es allí donde el mundo se juega la inclusión de las personas y que las sociedades sean más justas.
Definió el concepto de democratización de la educación básica como una educación que tiene por objetivo formar a los jóvenes en un conjunto de competencias para la vida. "Les das a los jóvenes y a los niños herramientas para que puedan actuar completamente en la vida. La historia, la geografía, la ciencia y la matemática son instrumentos para eso pero dejan de ser fines en sí mismos. Nuestro sistema educativo está muy encapsulado en las ofertas y disciplinas; desencapsulémoslo y tomemos como prioridad atender las necesidades educativas de los jóvenes en función de lo que son las demandas y los requerimientos en la sociedad", detalló.
El cometido principal es hacer énfasis en la formación ciudadana y en un desarrollo sustentable del niño y el joven, de forma que puedan aplicar el conocimiento adquirido para desenvolverse en la vida adulta. "Entonces la discusión no pasará por historia menos historia más, ciencia menos ciencia más, sino por cómo la historia y la ciencia contribuyen a la formación ciudadana para que ese niño o joven pueda equiparse para vivir la vida", resumió Opertti.
Todos más contentos
Dar lugar a un sistema educativo más integrado, donde docentes de primaria y secundaria interactúen y planifiquen estrategias conjuntas, contemplando las necesidades de la población, es la propuesta que el vocero de la OIE plantea. Si bien en su opinión el sistema político ha dado “buenas señales de que entiende que la situación tiene que cambiar”, sostuvo que en caso de “seguir por el mismo camino o hacer algo un poquito distinto de lo que se hace actualmente no va a dar resultado”. Sostiene que es necesario un cambio de mirada desde donde ver la educación: no desde las ofertas sino desde lo que los demás necesitan y demandan.
Generar un cambio de estas características no sólo incentivará a los estudiantes, también entusiasmará a sus familias y al cuerpo docente. Este último adquirirá “una resignificación muy fuerte porque no implementa un currículum impuesto de arriba sino que lo desarrolla él bajo reglas universales, con libertad y responsabilidad”. En el modelo propuesto los docentes tendrán que ser capaces de darle el toque local a la concepción global. En tanto, se pretende que las familias vuelvan a asumir su cuota de responsabilidad; para Opertti el acercamiento se volverá a producir porque la escuela en Uruguay seguirá siendo el principal referente.
Igualmente, reconoció que Uruguay está lejos de implementar los cambios propuestos, pero si no se hace nada se corre el riesgo de “en cinco años estar igual que hoy”.
Orientar el sistema educativo hacia instituciones más integradoras puede llevar de 20 a 25 años, lo que sí puede darse en un corto plazo es que un grupo de más de 60 personas provenientes de diferentes niveles de la educación comience a trabajar en un programa de reforma educativa pensado a partir de estas líneas. Para ello también deberá rearticularse lo formal y lo no formal, y lo público y lo privado, porque “el Estado tiene que darse cuenta de que no tiene todas las herramientas y habilidades para responder a todos y que un Estado inteligente es aquel que apela a la diversidad de actores e instituciones para llegar a todos”.