Aún no está claro cómo sucedieron los hechos. Hay quienes sostienen que se trató de un enfrentamiento entre bandas y quienes indican que fue un tiro que le llegó al adolescente por azar. El muchacho no vivía en las inmediaciones del shopping sino en otro barrio montevideano, Gruta de Lourdes, y había ido a pasear con su novia. En los últimos tiempos el centro comercial -y su entorno- es un lugar concurrido por barras de jóvenes.
En diálogo con la diaria, Nilia Viscardi, doctora en sociología, docente de las facultades de Humanidades y de Ciencias Sociales e investigadora en temas de violencia, educación y juventud, señaló que si bien la muerte del chico es sumamente dolorosa, se trata de "un hecho inusual, no podemos hacer conexiones con realidades de países latinoamericanos donde están presentes las famosas maras o pandillas". Indicó que se les denomina "maras" a "agrupaciones que están organizadas con códigos muy cerrados en torno a la violencia; no existen estos fenómenos en Uruguay", y recalcó que no es que haya más violencia social porque hay un aumento de la violencia juvenil, sino que es justamente al revés: "hay más violencia juvenil porque hay más violencia social, es una inversión causal que hay que comprender", sugirió.
Por otra parte, Viscardi opinó que es necesario "recentrar el debate del uso de los espacios públicos en la ciudad": "Debemos tener más plazas en barrios, más propuestas culturales, cines, teatros, competencias deportivas y más espacios de acceso a la informática". La investigadora dijo que "la respuesta no puede ser estigmatizar a jóvenes" y que la salida no pasa por destinar más efectivos policiales a una zona que tiene buenos niveles de acceso a la seguridad pública y privada "sino por fortalecer espacios públicos con propuestas alternativas al consumo y que sean espacios de recreación".
Luego de la muerte del adolescente, vecinos y comerciantes del entorno del shopping piden al Ministerio del Interior (MI) una mayor presencia policial. El jefe de Policía de Montevideo, Walder Ferreira, dijo ayer de mañana que no se reforzaría la guardia en esa zona; por la tarde el jefe de relaciones públicas de la jefatura, Juan Carlos Duré, explicó a la diaria que éste "fue un hecho puntual, muy doloroso y trágico de una pelea concreta que se suscitó en ese lugar, pero podía haber sido en cualquier otro lugar. No es que se deba a un aumento del índice de criminalidad, es una zona más bien segura porque hay mucha guardia".
Por su parte, Viscardi acotó que "mejor seguridad, es aquélla del orden de la prevención, no de la represión", que capte el problema antes de que se produzca, como podría hacerlo la Policía Comunitaria, y que la solución no es expulsar a los jóvenes de esos espacios públicos.
Consultado respecto al abordaje de la problemática, Edgard Bellomo, referente de las Mesas Locales para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana que organiza el MI, dijo que los conflictos entre barras de amigos "no es un tema recurrente, pero ha estado planteado en la Mesa del Reducto y de la Aguada, donde la nueva modalidad de convocatoria mediante Facebook y otros elementos electrónicos que constituyen algún desafío, desembocan en situaciones que se desbordan y muchas veces terminan con saldos lamentables". Pero Bellomo señaló la imposibilidad de cubrir la totalidad de escenarios, porque "si cuidamos los institutos A, B, C, el problema puede darse en el D" y dijo que hay más institutos que personal. En diálogo con la prensa, el jefe de Policía manifestó que si se reclaman más policías para cada sitio se viviría en un estado policial y que las soluciones deben reclamarse también a otros actores involucrados, entre ellos los padres.
Control desarmado
Seguramente la muerte de este chico no hubiera sucedido con facilidad de no existir armas de fuego de por medio, y tal vez eso diferencie las típicas peleas de las actuales. Bellomo dijo que no es un problema de “jóvenes que se arman” sino de la sociedad toda “que se está habituando a armarse y a tener el discurso de que 'yo por las dudas ando armado'. No es un problema de hoy, recuerdo que en la comisión especial parlamentaria de seguridad en 2001 [él era diputado], la entonces diputada Daisy Tourné denunció algo así como 750.000 armas no registradas en el país. Los datos son preocupantes y trasladables a la sociedad actual, se trata de gente armada en forma no legal y que además probablemente no esté capacitada para el manejo de un arma”.
Consultada al respecto, Tourné comentó que actualmente hay registradas cerca de 870.000 armas y que se calcula que hay un número igual sin registrar. La diputada y ex ministra del Interior comentó que recientemente propuso al subsecretario del MI, Jorge Vázquez, diferenciar las exigencias para la tenencia y porte de armas; señaló que además de que se cumplan los requisitos para la tenencia, como prueba psicológica, sería importante aumentar las exigencias para el porte. “¿Cómo es posible que circulen armas?” preguntó Viscardi, y al instante respondió: “hay grupos que en algún punto de la cadena están organizados por adultos, que dejan que se les brinden armas a los jóvenes. Hay demasiadas armas en este país y debería ser una alerta de los procedimientos y mecanismos que hacen que sea demasiado fácil acceder a un arma. Debe tenerse una política de total restricción al tránsito y porte de armas”.