Las acciones de EEUU se desplomaron ayer tras haber iniciado a la baja su primera sesión posterior a la decisión de la calificadora de riesgo crediticio Standard and Poor's (S&P) de retirarle la nota "AAA" al país. El índice S&P 500 llegó a perder más de 5%, el industrial Dow Jones perdió 5,55% y el tecnológico Nasdaq retrocedió 6,90%, con lo que la Bolsa de Nueva York cayó a su nivel más bajo en 10 meses. Frankfurt, principal plaza bursátil de la eurozona, perdió 5,02%, París descendió 4,68% y Londres cayó 3,39%. Madrid y Milán, en principio beneficiadas por el anuncio del BCE de comprar títulos de deuda españoles e italianos, sucumbieron al pánico y perdieron al cabo de la jornada 2,44% y 2,43%, respectivamente. Las bolsas latinoamericanas se hundieron: Sao Paulo cayó 8%, México, 5,88%, Bogotá, 4,11%, Santiago, 6,92%, Lima, 7,09% y Buenos Aires, 10,73%, mientras que la de Toronto, principal plaza financiera de Canadá, perdió más de 4%. Los bonos argentinos vinculados al Producto Interno Bruto se encarecieron 7%. En Asia, Tokio perdió 2,18% afectada además por la apreciación del yen frente al dólar, Hong Kong cedió 2,17%, Sidney, 2,9% y Seúl, 3,8%.

"Los inversores están preocupados por los crecientes riesgos de una recesión mundial, la amenaza de dificultades de los bancos y la creciente falta de confianza en los políticos de la UE [Unión Europea] para resolver la crisis de la deuda y la crisis de los bancos", explicó Neil MacKinnon, analista de VTB Capital, en declaraciones a la agencia francesa de noticias AFP. "La situación financiera y económica mundial es muy poco halagüeña y los responsables políticos se están quedando sin munición. Nos esperan tiempos difíciles", estimó el operador, asegurando que los corredores están deshaciéndose de acciones de riesgo y optando por preservar el dinero. Según el analista, en la eurozona hay preocupación ante la eventualidad de que algunos grandes bancos "puedan tener problemas".

Patrones y refugios

El oro volvió a ratificar su condición de valor de refugio en tiempos de incertidumbre y ayer registró un nuevo récord histórico al cotizar a 1.720,82 dólares la onza. El petróleo continuó su repliegue y en el New York Mercantile Exchange (Nymex) el barril de crudo West Texas Intermediate cerró en 81,31 dólares, implicando una caída de 5,57 dólares respecto del viernes (6,4%, valor más bajo desde fines de noviembre). En el Intercontinental Exchange de Londres, el barril del crudo Brent -referencia de ANCAP, se extrae en el Mar del Norte- perdió 5,63 dólares para cerrar en 103,74. Paradójicamente, el dólar también fue buscado nuevamente por los inversores como valor de refugio y se apreció en casi todo el mundo. El peso uruguayo se depreció en la víspera 2,19% y cotizó al cierre a 19,027 unidades por dólar contra los 18,611 del viernes. El peso cayó 2,32% en 2010 luego de alcanzar en 2009 su mayor valor en las últimas tres décadas.

La primera piedra

Entre la explosión de la crisis de deuda en la periferia de la eurozona y la degradación crediticia de EEUU, los astros parecen alinearse con una virtual interrupción de la ya débil recuperación que las economías más desarrolladas transitaban desde fines de 2009 e inicios del año pasado. Ayer, la OCDE advirtió que las principales economías del orbe muestran señales de desaceleración, siendo más graves los casos de EEUU, Japón y Rusia. "El índice compuesto de indicadores líderes de la OCDE correspondiente al mes de junio refleja 'desaceleración' de la actividad económica en las principales economías del mundo", anunció en un comunicado esa entidad multilateral identificada con el liberalismo. Dicha desaceleración se verificó en la mayoría de los países desarrollados incluyendo a los miembros del G-7.

El clima de degradación es general en las principales economías mundiales. Los países de la zona euro y China se ubicaron en junio en fase de 'ralentización', mientras que EEUU presentaba un 'posible pico' de tendencia", detalló la OCDE, señalando también que, entre las economías emergentes, Brasil, China e India exhibieron por segunda vez consecutiva signos de desaceleración, consignó la agencia Notimex. Así, lo que se parece cada cada vez más a un recrudecimiento de la crisis global que eclosionó en 2008 ya desparrama las malas noticias hacia otros centros económicos.

También en la víspera, Rousseff utilizó un discurso ofrecido en su país junto al visitante premier de Canadá, Stephen Harper, para remitir a la realidad de la globalización. "Tenemos claridad de que no somos inmunes, no vivimos en una isla", puntualizó la mandataria. "Pero sabemos que Brasil tiene fuerza suficiente para enfrentar esa coyuntura", aseguró citada por AFP y aprovechando para disparar munición gruesa contra los mercados centrales. "No hay política fiscal en Europa ni en EEUU", fustigó, lamentando "la insensatez política en la conducción de la economía" mundial. "Quien paga la cuenta es el conjunto de la humanidad, incluso aquella parte que supo aplicar alternativas de desarrollo con inclusión social", reivindicó Rousseff en referencia a los emergentes que, como Brasil, aplicaron medidas y planes fiscales de estímulo para dinamizar sus economías ante las caídas posteriores a setiembre de 2008. En el plano interno, transmitió "tranquilidad" a la población recordando que el gigante sudamericano tiene un mercado potente, un sector financiero "robusto" y reservas monetarias por 350.000 millones de dólares. "No creo que Brasil esté amenazado, pero adoptará todas las medidas" necesarias para evitar una recesión, adelantó.

Esto es un asalto

Y como nada puede ser gratis bajo la lógica del capitalismo, el anuncio de que el BCE saldrá al mercado secundario (de papeles ya transados) a comprar deuda española e italiana (ver la diaria de ayer) fue seguido por la noticia de que la operación fue resuelta por la entidad financiera comunitaria tras recibir la confirmación de que Madrid y Roma procederán a aplicar nuevos ajustes del gasto público.

Los 17 gobernadores de Bancos Centrales de la eurozona y el BCE aseguraron una pronta respuesta “en modo decidido a los mercados” después de haber “examinado con atención la situación italiana”. El organismo financiero regional había anunciado el domingo que procederá a “aumentar su programa de seguridad para los mercados” mediante la adquisición de una cantidad aún no establecida de títulos de deuda a 10 años de Italia (BTp) y España (Bonos). Notimex informó en la víspera que el BCE resolvió otorgar un voto de confianza a los compromisos asumidos por el premier italiano Silvio Berlusconi y el jefe de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero de “aplicar una serie de reformas para estabilizar sus respectivas economías”. Este anuncio fue suficiente para que la Bolsa de Milán se despegara del pesimismo global y abriera la jornada con “un discreto margen positivo”, aunque luego terminó operando en terreno negativo.

Entre el viernes y la víspera, el diferencial de rendimiento (spread) entre los BTp y los Bund alemanes -referencia continental- descendió de 400 a 300 puntos básicos (4% a 3%), reflejando una mejora puntual de la expectativa del mercado. Si bien el compromiso de Berlusconi fue hasta ahora sólo verbal, prometió “reformas drásticas” orientadas a nuevos recortes del gasto público que permitan a su gobierno llegar a un “equilibrio” presupuestario en 2012. Italia tiene en marcha un programa de restricción fiscal por 80.000 millones de euros, unos 113.000 millones de dólares, y la prensa local asegura la inminencia de otro “asalto” a los bolsillos de los ciudadanos.

Claro que tanto el mercado como los dos líderes actuales de la UE y la eurozona confían en la palabra del jefe de gobierno peninsular. Es así que la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy valoraron positivamente las medidas comprometidas por aquél. “El objetivo del gobierno italiano de llegar a un equilibrio presupuestario con un año de anticipación es de importancia fundamental”, consideraron en un comunicado emitido conjuntamente en la sede gubernamental gala del Palacio del Elíseo. “Una aplicación rápida, antes del final de septiembre, y completa, de las medidas anunciadas, es esencial para restituir la confianza de los mercados. Medidas, junto a las españolas, que aceleran el proceso de saneamiento y favorecen la competitividad”, celebraron.