Hacia la media tarde local de ayer las bolsas europeas operaban con pérdidas considerables en el marco de la mayor secuencia de caídas constatada desde 2003. Luego del llamado último "lunes negro" en que las sesiones abrieron a la baja y experimentaron fuertes pérdidas en cuestión de horas, en Europa, Londres perdía 1,27%, París, 0,67%, Francfort, 2,56%, Madrid, 0,68%, Milán, 0,15%, Amsterdam, 1,65%, Estocolmo, 1,21% y Zurich, 1,87%, según informó la agencia italiana de noticias ANSA.
Más adelante en la jornada las evoluciones eran dispares, caracterizadas por la confusión y la incertidumbre, y se verificaban recuperaciones de varios índices.
El dólar, buscado paradójicamente el lunes por los inversionistas a través de un súbito aumento de demanda de bonos del Tesoro, cayó frente a la mayoría de las principales monedas de referencia para las transacciones mundiales, especialmente el euro y el franco suizo. Esto ocurrió después de conocida una decisión de urgencia de la Reserva Federal (Fed, equivalente al Banco Central) directamente relacionada al papel de la política monetaria en el marco de una crisis que sugiere una inminente nueva recesión en los mercados centrales de la economía mundial. En la víspera, la autoridad monetaria estadounidense anunció una continuidad parcial de la orientación general definida en 2008 y hasta ahora para enfrentar los efectos recesivos de la crisis: mantendrá durante al menos dos años más las tasas de interés en los niveles excepcionalmente bajos en que se encuentran, entre 0% y 0,125%. Urge en Estados Unidos (EEUU) la dilatada reactivación económica general, que requiere de crédito masivo accesible. Según informó la web especializada Americaeconomía, la Fed evaluó que la expansión local se desarrolla a un ritmo mucho más lento que el proyectado, al tiempo que la inflación está controlada y se espera que permanezca así, todo lo cual induce a mantener vigente una política monetaria expansiva, y esto por lo menos hasta mediados de 2013.
Con crudeza
Los primeros efectos contractivos del complejo escenario fiscal y político de EEUU y la eurozona empiezan a apreciarse luego de la rebaja crediticia de la economía estadounidense anunciada por la calificadora de riesgo Standard and Poor's.
El reporte mensual de la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) proyecta para este año un aumento de la demanda de crudo de 1.210.000 barriles diarios, que son 150.000 menos que el incremento previsto por el cártel el mes pasado. Para el año que viene, la OPEP recortó la estimación en 20.000 barriles diarios para ubicarla en un crecimiento de 1.300.000 barriles, informó el servicio de noticias BBC Mundo. Simultáneamente, este medio de comunicación británico dio cuenta de una información asociada a la crisis y a la economía china, a la cual no es difícil encontrarle visos inquietantes. La creciente inflación de la economía china, que en términos interanuales creció hasta 6,5%, superando ampliamente las proyecciones oficiales de 4%, podría hacer que el país no juegue el rol de locomotora de la recuperación mundial a través de su incesante demanda, como lo hace desde setiembre de 2008 junto a otros emergentes dinámicos como India y Brasil. Ahora, las autoridades del estatal Banco del Pueblo de China (Banco Central) se debaten entre contener una escalada de precios derivada del potente dinamismo de su economía y apostar a que el país asuma nuevamente la condición de salvavidas de la economía global. En este caso, la clave del dilema también pasa por la decisión a adoptar en torno a las tasas de interés.
El señor tijeras
Luego, hacia el final de la jornada, las bolsas consolidaron un cambio de tendencia y cerraron sus operaciones al alza. Entre tanto, en Europa, la situación general es percibida con alarma. “El razonamiento es que si la nota de EEUU puede ser rebajada, las de países como Gran Bretaña y Francia podrían ser las próximas en la lista”, según Padhriaic Garvey, experto en deuda del banco ING. “La amenaza sobre la AAA de Francia es la más preocupante”, señaló, marcando el ingreso “en una fase de emergencia en la crisis de la deuda de la eurozona”. “La crisis financiera ha cambiado de naturaleza y es más despiadada”, valoró el economista Holger Schmieding, del Berenberg Bank.
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, urgió a los gobiernos europeos, especialmente al italiano y al español, a trabajar “a la altura de sus responsabilidades” para reducir sus respectivos déficits fiscales. “Lo que esperamos es que los gobiernos hagan lo que consideramos es su trabajo, a la altura de sus responsabilidades”, reiteró. Pero la ministra española de Economía, Elena Salgado, salió al paso y aseveró que su país está “muy lejos de necesitar un rescate” financiero.
Mientras tanto, el BCE adquirió en la jornada una suma no especificada en papeles de deuda de Italia, cuyo gobierno ya está siendo presionado por el organismo financiero comunitario para que inicie la aplicación de la nueva tanda de ajustes del gasto público a que Silvio Berlusconi se comprometió de palabra frente a sus pares de la eurozona. “En los días pasados hemos pedido muy claramente al gobierno que tome determinadas decisiones, y que acelere por ejemplo el regreso a un presupuesto en equilibrio”, precisó Trichet. Al mismo tiempo, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, puntualizó que Roma “debe tomar los pasos necesarios para poner en marcha el programa de reformas” prometido por el jefe de gobierno, consignó ANSA.