El barrio sur de Colonia del Sacramento, conocido como “casco histórico”, es el primer lugar de Uruguay declarado como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1995, una mención que, si bien no cuesta dinero, tampoco es gratis. La UNESCO solicitó al país un plan de manejo del área, condición sine qua non para mantener el rótulo. La construcción de esa hoja de ruta suscitó algunas discrepancias entre el Consejo Ejecutivo Honorario (CEH), la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación (CPCN), conformada por autoridades del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), y Transporte y Obras Públicas, y Universidad de la República, asesores honorarios externos y personal técnico, y la Intendencia de Colonia. Por orden de la UNESCO, el plan debe ser presentado mañana en su sede en París. Según pudo saber la diaria, el documento viajó el viernes pasado en versión impresa. Se trata de un informe de 140 páginas con 40 anexos. Los expertos internacionales realizarán una primera evaluación que presentarán en la sesión de junio del comité internacional en Rusia.
La cosa no fue sencilla. El 3 de junio de 2011 el Comité Honorario -que trabajó en forma interdisciplinaria- elevó al Poder Ejecutivo una carta de renuncia de casi todo el plantel dando cuenta de su malestar por el “cambio de enfoque sustancial, pasando de tratar los temas de manera interdisciplinaria a un enfoque disciplinario y exclusivo desde la arquitectura y la arqueología, dejando de lado la práctica pluridisciplinar”. En la misiva hace referencia “la falta de confianza mutua entre miembros del CPCN y el Consejo Honorario”. Luego de este momento de inflexión, el Consejo siguió funcionando con el resto de personas que quedaron. Sin embargo, algunos miembros actuales, reconocen que las tensiones son muchas cuando se habla de patrimonio, ya que se tiene una idea romántica sobre el tema pero en realidad se toman decisiones que afectan intereses generales y particulares. Así las cosas, el equipo director que está integrado por un miembro de la CPCN (arq. Nelson Inda), uno de la Intendencia de Colonia (arq. Walter Debenedetti) y otro del Consejo Honorario (arqueóloga Nicol De León Fleitas), comenzó las tareas de redacción del Plan de gestión. Debenedetti, director de Planeamiento y Ordenamiento Territorial de la Intendencia de Colonia, en diálogo con la diaria dijo: “Ha habido desavenencias en el proceso porque no estaban claras las reglas del juego en cada caso. En ese sentido, el Plan de gestión pone en claro algunas cuestiones importantes para generar un desarrollo a corto, mediano y largo plazo del sitio y aclara las responsabilidades institucionales que deben haber”.
Debenedetti resumió los ejes de trabajo del plan. Destacó que trazará el estado de situación del sitio designado (18 hectáreas) y memoria histórica del lugar, recomendado por UNESCO. Según expresó nunca antes se había realizado un estudio del estilo. “Incluye los puntos críticos observados por los expertos del organismo cuando visitaron Uruguay el año pasado: la emigración de población original. Si bien lo más importante es el barrio histórico, no es sólo eso lo que incluimos porque entendemos que las soluciones para mitigar esas dificultades no están en el barrio, sino afuera”, dijo.
Nelson Inda de la CPCN del MEC, señaló que el plan de gestión es el producto de un trabajo hacia la “nueva Colonia que ya empezó” y que se debe a los acuerdos alcanzados en 2010 cuando se definieron las competencias de las instituciones actuantes. “La Intendencia de Colonia tiene injerencia en el ordenamiento territorial del departamento y el MEC se ocupa de los conceptos patrimoniales”, aclaró.
Bajo los criterios a los cuales Inda llamó “convenio entre instituciones”, se plantó en el plan de gestión la necesidad de contar con una ley que dé cuenta de las relaciones entre las instituciones en Colonia. Esta ley crearía un nuevo Comité de patrimonio, el cual fue recomendado por UNESCO, que estaría integrado por representantes del MEC y de la intendencia e incluiría como novedad a representantes del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y de Trasporte y Obras Públicas. Además, se crearía un comité local de participación de la comunidad.
El plan establece un programa de trabajo que contempla otras áreas que trascienden lo patrimonial como la relación con la comunidad y la difusión. Según De León, las preocupaciones de la población local son la emigración de población permanente, el ruido, la peatonalización, la circulación de automóviles y la limpieza de la zona. Otra novedad es la inclusión de “una propuesta de protección acuática que integra a siete islas y la costa como área de amortiguación del sitio”. “No se debe dejar de lado que la mayoría de los turistas que recibe Colonia llega por agua y creemos que las siete islas que se encuentran a pocos kilómetros de la costa se tienen que integrar. Esto es novedoso para América Latina. Se toma como una ampliación del área de actuación patrimonial”, explicó Inda.
Los tres integrantes coincidieron en que otro de los puntos relevantes es que ya se han empezado a tomar medidas cautelares para intentar mitigar los efectos negativos del desarrollo turístico. Una de ellas es una ordenanza municipal que prohíbe la localización de nuevos comercios en el barrio histórico donde existen viviendas habitables. “Hay una pérdida real de población residente por la llegada de comercios a la zona histórica”, reconoció Debenedetti.
Hubo 48 instituciones de la sociedad civil de Colonia que participaron en agosto del año pasado con propuestas que el equipo director tomó. “El plan entregado a UNESCO demuestra la responsabilidad del Estado en mantener el valor universal de Colonia frente a la población uruguaya y la comunidad internacional”, dijo Inda. Tanto Debenedetti como Inda comentaron que el contenido del plan será presentado en acto público dentro de poco tiempo, pero no precisaron cuándo.