Se supo ayer en Argentina que el gobierno estableció un nuevo régimen de importaciones de bienes de consumo de tono restrictivo e inscrito en la tendencia que viene aplicando desde 2008 en el sentido de proteger a su industria de los avatares de la crisis económico-financiera internacional.
El Boletín Oficial del Estado publicó en la víspera una resolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP, impositiva) según la cual regirá desde el 1º de febrero un nuevo régimen de ingreso de bienes articulado por una Declaración Jurada Anticipada de Importación, informó la agencia española de noticias EFE. Mediante el formulario los empresarios locales de ese sector de actividad informarán al citado organismo el detalle de la mercancía destinada al consumo que quieren ingresar a suelo argentino. Desde el gobierno se defendió la medida alegando que “la disponibilidad de información estratégica anticipada” sobre ese tipo de compras externas “posibilita una mayor articulación” entre áreas del Estado, “potenciando los resultados de la fiscalización integral que compete a cada una de ellas”. En virtud del flamante mecanismo los importadores tendrán que llenar y suscribir dicho expediente “en forma previa a la emisión de la nota de pedido, orden de compra o documento similar utilizado para concertar sus operaciones de compras en el exterior”.
Hasta ahora, las medidas proteccionistas aplicadas por Buenos Aires en el marco de la crisis afectaban principalmente el ingreso de bienes manufacturados, por ejemplo los que produce la industria automotriz. La agencia recordó que en diciembre Argentina impulsó con fuerza frente a sus tres socios del Mercosur la idea de elevar los aranceles para las importaciones de extrazona al bloque de determinados bienes a establecer. En los primeros 11 meses de 2011 el país importó mercaderías por un total de 67.933 millones de dólares, 33% más que durante 2010.