Entre la alta velocidad y el vértigo se desarrollan los acontecimientos políticos de efecto económico y social en la eurozona y centros económicos de mayor desarrollo, y hasta ayer se registraban hechos entre novedosos y previsibles como el anuncio de EEUU de cesar sus aportes al FMI con destino al salvataje europeo, y el reposicionamiento francés en la UE junto a los mediterráneos insolventes en detrimento de su liderazgo compartido con y subordinado a Alemania.

Todo corresponde al registro de la semana larga inmediatamente posterior a la decisión de la calificadora de riesgo estadounidense Standard and Poor's (S&P) de rebajar la calificación crediticia a nueve países de la eurozona, entre ellos Francia y Austria, que perdieron el amuleto financiero AAA, lo cual determinó horas después la degradación por la misma empresa de la nota de riesgo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que perdió así la AAA. Este mecanismo fue gestado por el liderazgo de la UE y el FMI para darle sistematicidad a la operativa de rescate de los Estados insolventes de la eurozona. Fue concebido, en definitiva, como garantía de estabilidad y liquidez del bloque con el objetivo de evitar la propagación de la desconfianza desde los PIIGS hacia los sistemas financieros y títulos públicos de los Estados centrales, Alemania y Francia. Fue creado como parte de una estructura permanente que lo contiene y se denomina Mecanismo Europeo de Estabilización (Mede), cuya integración inicial se fijó en 440.000 millones de euros.

Hasta la crisis, Italia se encolumnaba detrás de Alemania y Francia entre las economías que dinamizaban al bloque, pero se terminó sumando a Grecia, Irlanda y Portugal en la nómina de países que procesan ajustes del sector público como política central para enfrentar sus crisis fiscales. Ayer se supo que su primer ministro, Mario Monti y el también italiano presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, están en los hechos alineados con el FMI, conducido por la francesa Christine Lagarde, en cuanto a ampliar urgentemente las disponibilidades de capital para sostener la actividad económica en las zonas de riesgo. Según informó en la víspera la agencia española de noticias EFE citando a la revista alemana de actualidad Der Spiegel, Monti y Draghi quieren duplicar en hasta 1 billón de euros la integración del Mede, meta que demandaría una nueva búsqueda de aproximadamente 500.000 millones de euros adicionales a los 440.000 millones pactados en 2011 a tal fin. Según esa publicación, los italianos cuentan con el respaldo a su iniciativa de España, Portugal y Francia, desde la consideración de que su concreción, a la que se opone Alemania, devolvería la confianza de los mercados en la Unión Económica y Monetaria regional e incidiría a la baja sobre las primas de riesgo de los bonos soberanos.

Draghi propuso cubrir una parte de la diferencia con los recursos del FEEF que no se hayan usado hasta julio, que permitirían sumar 750.000 millones de euros, y los restantes 250.000 millones mediante nuevos aportes nacionales, principalmente de los Estados que conservan su calificación crediticia AAA. Aquí surge la negativa adelantada a la idea por Berlín, siendo Alemania la mayor economía regional y su principal contribuyente. La canciller Angela Merkel enfrió la iniciativa anunciando que su gobierno analizará la integración del Mede desde marzo en adelante. La semana pasada y tras entrevistarse con Monti en la Cancillería de Berlín, la mandataria puntualizó que por ahora su país se limitará a adelantar y acelerar su contribución proporcional no adicional al Mede.

Simetrías

La propuesta se publicita a apenas días de que el FMI evaluara que "capear el temporal" financiero/fiscal centrado en la economía atlántica exigirá una disposición de 1 billón de dólares más. El monto y el tono de la aseveración sólo replican los elegidos entre 2008 y 2009 a ambos lados del Océano aludido para inyectar liquidez tras el efecto dominó registrado después que explotara la burbuja hipotecaria estadounidense. Y más allá de las declaraciones tranquilizantes del ministro galo de Finanzas y otras autoridades -como las italianas- orientadas a relativizar la decisión de S&P, los efectos de ésta ya se verifican desde el fin de semana anterior al pasado. "A partir de nuestras estimaciones de que las necesidades financieras potenciales mundiales ascienden a 1 billón de dólares en los próximos años, el FMI quiere incrementar en 500.000 millones de dólares adicionales sus recursos de préstamo. Este total incluye el reciente compromiso europeo de aumentar su aportación en unos 200.000 millones de dólares. En este estadio preliminar, estamos explorando las opciones sobre financiación y no haremos ningún otro comentario hasta que las necesarias consultas con los miembros del Fondo se hayan completado", resumió el organismo multilateral la situación y su lugar en ella. España tiene recesión proyectada para los próximos dos años e Italia aplica un plan de ajuste bajo un gobierno tecnocrático de emergencia. Cuarta y tercera economías en tamaño de la eurozona, eventuales caídas respectivas en cesación de pagos impactarían con dureza en el sistema financiero francés y en el germano, cuyos grandes bancos poseen las masas críticas de los pasivos de los PIIGS, que en el caso italiano ronda el 120% del PIB.

En este contexto, el organismo también propuso a los países emergentes y a sus miembros europeos que no integran la eurozona recolectar 300.000 millones de dólares para aproximar el total disponible al citado billón. En este punto, cabe consignar que semejante perentoriedad crediticia favorece directamente a los Estados prestamistas, que obtienen intereses por la liquidez que ofrecen a los organismos que la distribuyen y administran, es decir el FMI y el Banco Central Europeo. Sin embargo, el gobierno de EEUU anunció, en la misma semana, su decisión de no volcar más recursos destinados al salvataje de la eurozona, tras considerar que los países que la integran tienen recursos y capacidad suficiente para integrar los fondos de emergencia. Según informó la agencia noticiosa especializada en temas económicos Bloomberg, la propia entidad multilateral con sede en Washington "está presionando a China, Brasil, Rusia, India, Japón y a los países exportadores de petróleo para que realicen mayores contribuciones al FMI". Su objetivo en este sentido es gestar un acuerdo antes de la próxima cumbre del G-20, que se desarrollará entre el 25 y el 26 de febrero en México.

Mediterráneas

Hasta el viernes de noche continuaban en Atenas las negociaciones entre el gobierno griego y el cártel de sus acreedores en torno a las condiciones para liberar al país el primer tramo del segundo paquete de rescate para el país (unos 85.000 millones de euros de unos 110.000). “Las conversaciones continúan”, expresó en un comunicado el Instituto de Finanzas Internacionales, suerte de gremial de los tenedores del pasivo egeo. “Un equipo de expertos que representan el comité directivo permanece en Atenas y estará trabajando con funcionarios del gobierno en muchos aspectos” de la deuda local. En Portugal, en tanto, una reforma del mercado laboral fue pactada entre el gobierno y los sindicatos durante la semana pasada, y de acuerdo a lo informado por la agencia británica de noticias Reuters, la “troika” de acreedores de Lisboa celebró los términos del acuerdo porque se adecuan a las condiciones de rescate exigidas por ella.