En los últimos años el número de denuncias en materia de violencia doméstica han aumentado en forma sostenida. En los últimos 12 meses la cifra se disparó. Según Javier Donnángelo, director del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad del MI, hubo un “salto abrupto” porque mejoró la gestión ministerial “en todo lo relacionado con la captación y el registro de este tipo de situaciones”.

Algo similar sostuvo el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, quien recordó el punto 14 del documento “Estrategia por la vida y la convivencia”, en el que se determinó un módulo de violencia doméstica en el sistema de información policial que permitió “mejorar el registro de todos los eventos policiales vinculados a la materia”.

El incremento en las denuncias fue de 42% en comparación con el mismo período del año anterior. Además, la información recabada determina que en los primeros nueve meses de 2012 “se hayan recibido 47 denuncias por violencia doméstica cada día o una denuncia cada 31 minutos aproximadamente”, detalló 
Donnángelo.

Más allá del incremento en las denuncias y las mejoras implementadas para la captación de estas problemáticas sostuvo que todavía “seguimos teniendo un registro que es inferior a la realidad”. Recordó que las víctimas de este tipo de hechos “son renuentes a ponerlos en conocimiento de las autoridades por distintos motivos”, al tiempo que citó razones de dependencia económica con respecto a los victimarios o motivos de estigmatización social. “Sabemos que no estamos registrando el fenómeno en sus verdaderas dimensiones”, 
concluyó.

Más allá de lo que pase puertas adentro de un hogar o una relación, en la jornada se enfatizó en que el tema es de carácter público e involucra a distintos sectores de la sociedad. Al respecto, la diputada frenteamplista Daniela Payssé, quien habló en representación de la Bancada Bicameral Femenina, afirmó: “Quien violenta a una mujer está violentando a toda la sociedad”.

Femicidios

En lo que va del año el Observatorio lleva contabilizadas 25 mujeres asesinadas por violencia doméstica, lo que equivale a un homicidio cada 15 días. Además, si se tienen en cuenta los intentos de femicidio, se concluye que “una vez cada diez días se mata o se intenta matar a una mujer por circunstancias vinculadas con hechos de violencia doméstica”, dijo el director del organismo.

Al desglosar la información de las mujeres que fueron asesinadas en el último año, de un total de 46 (41 mujeres biológicas y cinco por identidad), 54% fueron víctimas de violencia doméstica. La mitad de esas mujeres fueron agredidas por sus parejas o ex parejas; lo que demuestra que “en el caso de la violencia letal, los mayores riesgos para las mujeres no están en el espacio público sino en el ámbito privado y particularmente doméstico”, resumió Donnángelo.

Durante la presentación de datos también se hizo referencia al tipo de armas implementadas en los homicidios. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte del mundo, en nuestro país el principal medio empleado fueron las armas de fuego. El director del observatorio aclaró que por la vulnerabilidad física de la mujer “puede ser ultimada sin la necesidad de armas con alto poder de destrucción”. “Por tanto, el hecho de que en Uruguay se las mate con armas de fuego, habla elocuentemente de que las armas están muy a mano y disponibles para muchas personas”, aseguró.

Vienen al pie

Para comenzar a desarrollar una experiencia piloto, el gobierno arrendó 100 dispositivos de funcionamiento electrónico de monitoreo. Se trata de tobilleras llamadas pulseras- que deberá portar, por orden judicial, tanto la víctima como el victimario. No podrán quitarse y en caso de una situación de riesgo se activará una alarma a partir de un monitoreo a cargo del Área de Violencia de Género del MI. Si bien no está definida a qué distancia se activará el dispositivo, Marisa Lindner, directora de la división Políticas de Género del MI, explicó que se sugirió 500 metros en una primera instancia y 100 metros en una segunda instancia. En caso de activarse la alarma, el personal responsable del monitoreo deberá comunicarse con ambas partes, en un caso para asesorar y contener mientras llega la Policía, y en el otro para disuadir al agresor.

En este sentido, Lindner destacó la coordinación que existirá con las 32 unidades especializadas en violencia doméstica, en la que se desempeñan unos 370 funcionarios policiales.

En relación a las tobilleras, Bonomi destacó: “Queremos reafirmar que esta tecnología no es la solución al enorme problema de la violencia doméstica, es sólo una herramienta -valiosa, por cierto- que posibilita dar seguimiento a las situaciones de mayor riesgo de violencia doméstica que llegan al sistema de Justicia”.

Sostuvo que la experiencia internacional indica que el mayor aporte de la herramienta está en el ámbito de la disuasión.

Definió la nueva tecnología como una “oportunidad de colaboración con el Poder Judicial” que será evaluada durante un año y en la próxima rendición de cuentas se informará si cumple efectivamente con el objetivo inicial: “Proteger la vida e integridad física de las mujeres que se encuentran en situaciones de alto riesgo en materia de violencia doméstica”.

Fernando Tovagliare, vocero de la Suprema Corte de Justicia, indicó que el organismo ratifica su compromiso de adopción de la medida para “prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer”, en el marco de la Ley 17.726, “ley que regula la instrumentación de medidas alternativas a la prisión”.

Por su parte, Alba Corral, quien participó en la jornada en representación de la Fiscalía de Corte y Procuraduría General de la Nación, destacó que para el organismo el tema de la violencia doméstica es prioritario, por lo que se va a apoyar la utilización de la tecnología de verificación, localización y presencia de personas en casos de alto riesgo en casos de violencia doméstica”. Esto se da porque el Ministerio Público debe cumplir “el rol del fiscal de protección a las víctimas”, aclaró.Corral aclaró que desde el punto de vista institucional existe respaldo a la incorporación del dispositivo; sin embargo, aclaró que la herramienta es bienvenida, “sin perjuicio de la obvia independencia técnica que tiene cada magistrado en el ejercicio de su rol de defensa de la víctima”.

Se aclaró porque el mes pasado circuló en distintos medios de comunicación que algunos jueces se oponían al uso de las tobilleras porque estigmatiza, e incluso llegaron a plantear reparos legales. Esto último fue descartado por los jueces penales que tuvieron a su cargo el estudio de los dispositivos, de modo que la aplicación quedará librada a la decisión que tome cada juez.

Al ser consultada por la diaria sobre las medidas anunciadas ayer por el gobierno, Jenny Escobar, del colectivo Mujeres de Negro, manifestó que se trata de un “buen trabajo” siempre y cuando se cumpla con lo dicho. Evaluó como “muy positiva” la implementación de las tobilleras por su carácter de disuasorias de los que rompen las medidas cautelares. “Las pulseras se le van a poner a los hombres más peligrosos, es un paso. Son 100 pulseras que salvarán la vida de 100 mujeres y, si todo se hace bien, preservarán la vida de otras 100 mujeres cuando vean que ese señor lleva una pulsera”, concluyó.