Ayer, al final de la jornada, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi; el director general del Consejo de Educación Secundaria, José Tinetto; el presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), Manuel Oroño; y el secretario general de Fenapes, José Olivera, firmaron un convenio que regula la actuación de la Policía en los liceos. Entre otras cosas, el documento establece que el funcionario responsable del servicio 222 permanecerá fuera del centro educativo. Su ingreso se concretará a solicitud expresa de la dirección del liceo o del personal autorizado. Además, luego de que el funcionario haya sido convocado a ingresar, ante algún inconveniente o hecho de violencia, las autoridades del liceo deberán efectuar la denuncia formal en la comisaría de la zona del hecho que generó la solicitud de apoyo.

El acuerdo establece también que a los policías no se les podrá pedir que desarrollen actividades administrativas y que en caso de tener que ingresar a la institución lo harán uniformados y con el arma reglamentaria.

Uno de los puntos que integran el documento y que fuera agregado a pedido de Fenapes, según afirmó Bonomi, es la creación de una comisión de seguridad a efectos de monitorear el cumplimiento del acuerdo, lo que permitirá “detectar errores o destacar aciertos si los hay”.

Variados son los hechos de violencia que a lo largo del año se registraron en distintos centros educativos; sin embargo, hubo uno que, en diálogo con la diaria, Olivera catalogó como “punto culminante que apuró el proceso”. Ése fue el que se registró en el liceo 16, ubicado en el Prado, en setiembre de este año, donde la ex directora del centro le pidió su arma al guardia, quien la vació, y ella la gatilló apuntando a docentes y funcionarios. Sostuvo que la necesidad de contar con un 222 responde a los cambios que vive la sociedad uruguaya, que llevan a reclamar la presencia policial.

A este punto también se refirió Bonomi en su discurso, al afirmar que docentes y estudiantes reclaman que haya guardia policial en la puerta del liceo “no por el papel represivo” en la interna de la institución sino por el rol de “protección”.

Lapsus

Al ser consultado el secretario general de Fenapes por el intento de escrache a Bonomi por parte de algunos docentes que lo fueron a esperar personalmente a la puerta del liceo 24 -a una actividad que finalmente se canceló-, para reclamar por el funcionamiento del servicio 222 dentro de los centros educativos, dijo que el hecho “no tiró por la borda el proceso en el que se venía trabajando”. Definió la acción de algunos docentes de Montevideo como “un hecho que en apariencia tomó por sorpresa a más de uno”, incluso a Fenapes, y simplemente lo calificó como “avatares de la vida” a los que se les hace frente teniendo “las metas claras”.