Con el fin de “promover el uso del transporte colectivo de pasajeros”, como lo señaló la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, se inauguró ayer la Terminal Colón y el carril exclusivo para ómnibus sobre la avenida Garzón. Fue una inauguración simbólica porque faltan algunos detalles, por lo que comenzará a funcionar el sábado 8 a las 5.00, confirmó a la diaria Gerardo Urse, director del departamento de Movilidad de la Intendencia de Montevideo (IM).

El festejo se concentró en la flamante terminal, donde la Orquesta Filarmónica de Montevideo brindó un repertorio dedicado mayoritariamente al canto popular, al tiempo que flameaban algunas banderas del Frente Amplio.

El carril tiene una longitud de 7.000 metros y costó 32 millones de dólares. La Terminal Colón será multimodal, por ella pasarán ómnibus urbanos y suburbanos, escasos trenes de pasajeros y habrá lugar para dejar las bicicletas; se calcula que circularán 30.000 pasajeros por día. La terminal costó 5,7 millones de dólares; incluye locales comerciales y algunas oficinas públicas. Daniela, participante en la inauguración, reflexionó que aquello será como “un shopping”.

No será tan así, pero el barrio no dejaba de valorar la pulcritud de las obras y la accesibilidad. Isabel, una mujer que circulaba con su silla de ruedas por Garzón, explicitó la independencia de poder transportarse por sus propios medios, y señaló las baldosas con relieve, indicadores para las personas ciegas.

En el acto Olivera proclamó: “Aquí está buena parte del dinero de los montevideanos. Aplicamos un criterio de solidaridad en la distribución del presupuesto”. Dijo que la obra es “para que la gente se convenza de que vale la pena usar el transporte colectivo”, al ver que se va más rápido por el carril. Anunció que con el uso seguramente surjan “detalles” a corregir y que se considerará la opinión de los usuarios. Había representantes de colectivos de ciclistas que concurrieron para evidenciar la falta de ciclovías en Montevideo. Dirigiéndose a ellos, Olivera prometió que en Garzón, donde la reducción de la calle impactará negativamente en los ciclistas, se van a “incorporar ciclovías” y expresó también que el corredor de General Flores, iniciado en marzo, proyecta, de entrada, una ciclovía.

Respecto de los cambios generados, Olivera expresó que “es un cambio cultural” y prefirió pensar que “no es imposible” que las personas crucen sólo donde hay semáforos o que desciendan del ómnibus por la puerta trasera. Más tarde, en una de las paradas estaban sentados dos mujeres y un hombre, maravillados con la obra. Él criticó la resistencia inicial “del uruguayo” a los cambios y ejemplificó cuando las paradas dejaron de ser en cada esquina para distanciarse; a todos les parecía algo horrendo y terminó no siendo nada. Isabel y José, veteranos de Lezica, tenían expectativas aunque lamentaron que para ir al centro deberán tomar dos ómnibus en vez de uno.

El presidente José Mujica agradeció a quienes “soñaron” y trabajaron en el proyecto y “al pueblo de Colón” y pidió cuidar “los bienes públicos” porque “no caen del cielo, salen de tu laburo, pueblo, te des cuenta o no”.