La nueva carta orgánica del BROU incorporó una disposición que en la anterior no existía. Se trata de la posibilidad de que “personas relativamente incapaces” puedan abrir una cuenta bancaria por sí mismos. Esos “relativamente incapaces” no son otros que “niños, niñas, adolescentes y púberes”, según lo que establece la norma que rige la actividad del banco. A partir de su entrada en vigencia se le da la potestad a la entidad bancaria para dar la oportunidad a menores de edad de depositar y retirar dinero; asimismo imposibilita a que sus representantes legales retiren los fondos sin su consentimiento.
Para implementar esta potestad, en 2010 el BROU creó el programa X mi cuenta, por el que adolescentes de 14 a 17 años pueden acceder a una caja de ahorros sin un monto mínimo de apertura. La obtención de la cuenta implica además el otorgamiento de una tarjeta Redbrou, con la que además de retirar y depositar dinero pueden comprar en los negocios afiliados descontando del saldo de la cuenta. Tampoco se cobra a los jóvenes costos fijos por la administración de la cuenta ni por el bajo rendimiento de ésta, como ocurre en otros programas.
Además, X mi cuenta brinda la posibilidad a los adolescentes de hacerse con el servicio de banca electrónica e-Brou, por el que pueden comprar y pagar por internet, así como abonar las facturas de diversos servicios por el teléfono celular.
Si el banco no solicita documentación adicional, con la cédula de identidad, comprobante de domicilio y el formulario de solicitud completo cualquier adolescente de entre 14 y 17 años puede crear su cuenta. La única forma por la que los jóvenes dejan de acceder a sus beneficios es cumpliendo la mayoría de edad o contrayendo matrimonio.
En cifras
Hasta el momento el BROU abrió 1.965 cuentas bajo esta modalidad, con un promedio de saldo de 2.739 pesos, según informaron desde el banco. De ellas, 1.237 se abrieron en el interior del país.
Desde el BROU informaron que 16% de los clientes tiene 14 años, 28% tiene 15, 29%, 16 y el restante 27% tiene 17. La distinción entre géneros casi no tiene diferencias, llegando casi al 50% tanto para mujeres como para varones. Según informó Cristian Maneiro, coordinador de Marketing y Comunicación del BROU, desde el banco evalúan que el programa recibió gran aceptación por parte del público objetivo, y como muestra destacan los más de 14.000 “me gusta” que tiene la página del plan en la red social Facebook.
Por su parte, Alejandro Denes, el coordinador de Responsabilidad Empresarial del banco, explicó que “si bien X mi cuenta es una oferta comercial, su propósito se enmarca en un objetivo más amplio de bancarización del sector joven de la población como forma de inclusión social”. Además señaló que el producto se complementa con el Programa de Educación Financiera del banco, por el que se están desarrollando talleres de finanzas personales con jóvenes que participan en el programa Uruguay Estudia, y también coexisten otras iniciativas dirigidas a niños, como el Banco de La Ciudad de los Chicos en Montevideo Shopping.
“Pensar en el ahorro es pensar en el futuro, es guardar hoy para consumir mañana”, resumió Denes. El BROU está vinculado al movimiento Child and Young Finance International, ONG con sede en Ámsterdam que difunde la bancarización en el sector joven como forma de ejercer plenamente los derechos de niños y adolescentes.
La acadé
Para Juan José Cladera, docente de Estrategias Bancarias de un curso de posgrado en Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, el programa del BROU se enmarca en una política más amplia de educación financiera, de Responsabilidad Social Empresarial. Para el docente, este tipo de propuestas busca recuperar el valor del ahorro en los jóvenes mediante el otorgamiento de herramientas útiles. Además, explicó que X mi cuenta permite que los padres tengan un mayor control sobre los gastos de sus hijos porque pueden monitorear las cajas de ahorro, y además los adultos van a ser los que depositen el dinero. Según comentó, en un principio el programa fue pensado para los hijos de los usuarios del banco.
Cladera fundamentó la importancia de este tipo de programas e indicó que “lamentablemente los conocimientos bancarios los manejan solamente los jóvenes de las clases con mayor poder económico”, mientras que la mayor parte de la población tiene conocimiento de este tipo de herramientas después de cumplir 18 años. Según el economista, eso hace que se genere una perspectiva sobre el acceso a las cuentas bancarias, si bien cada vez más se están diseñando políticas educativas que apuntan a revertir esas tendencias y que el acceso a las distintas herramientas financieras sea algo más natural. Como ejemplo Cladera mencionó algunas aplicaciones diseñadas para niños para las computadoras XO.
Para el docente, lo más importante es que la población tenga acceso al conocimiento sobre esas herramientas para entender que los servicios financieros no pasan únicamente por el dinero en efectivo, y que cada vez más se está tendiendo a operar con el apoyo de nuevas tecnologías, como internet y la mensajería de texto. Consultado acerca de cómo dialogan este tipo de políticas con los mensajes consumistas, Cladera opinó que “el control lo siguen teniendo los padres”, y que el vínculo de los adolescentes con el consumo va a depender de la educación que reciban. En este sentido, explicó que la posibilidad de que los menores de edad tengan una cuenta propia puede reducir la dirección del dinero a “consumos nefastos”, como el de distintas drogas, debido a que esos mercados funcionan principalmente con efectivo y no por transferencias electrónicas.