El programa se desarrolla desde 2005, a impulso de la ex primera dama María Auxiliadora Delgado. Funcionó en la órbita de Presidencia de la República hasta mediados de 2010, cuando se lo traspasó al Ministerio de Salud Pública (MSP); la transferencia de los créditos asignados quedó plasmada en la Ley de Presupuesto 2010-2014.

En 2005 y 2006 la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) organizó concursos para ocupar 140 cargos de odontólogos e higienistas y se licitó la compra de sus servicios hasta 2009; al finalizar el plazo, los convenios se renovaron por un año más.

A fines de 2010 las autoridades del MSP “se comprometieron a la continuidad del programa y a la regularización de la relación laboral de sus trabajadores”, escribieron los delegados del colectivo de trabajadores en una carta dirigida a la opinión pública.

“Recién en el mes de octubre de 2011 y después de innumerables gestiones, logramos que el MSP y Primaria se pusieran de acuerdo para cumplir con la prórroga de la licitación vencida en 2009, pero solamente por tres meses (octubre-diciembre de 2011)”, acusaron en la misiva. En enero de 2012 se firmó una nueva ampliación de la licitación, de febrero a junio, únicamente, y todavía están por cobrar febrero.

Los trabajadores no recibieron salario durante los nueve meses de 2011, pese a que en marzo de 2011 el entonces ministro Daniel Olesker les había asegurado, de palabra, que comenzarían a trabajar “la semana que viene o la otra” y les había sugerido que no ocuparan sus horas con otros trabajos “porque la plata de ustedes está”, dijo a la diaria Franco Repetto, delegado del colectivo. Desde entonces continuaron llamando todas las semanas, pero “cuando asume [el actual ministro Jorge] Venegas, no reconoce la palabra de Olesker”, agregó.

Yamandú Bermúdez, director general de la Salud -división dentro de la cual está el programa-, dijo a este medio que “si bien hay recursos establecidos hasta el 30 de junio, no significa que el programa no continúe”. Esto, a su entender, “es un tema que está fuera de discusión” por su “altísimo impacto”, sus buenos resultados y porque el programa “está financiado”. El jerarca aseguró que se está buscando, junto con el Tribunal de Cuentas, la forma jurídica o administrativa de contratar a los trabajadores: “Son 120 o 130 odontólogos, no podemos contratarlos porque no tenemos las vacantes generadas para eso, entonces hay que buscar la forma en que este grupo sea contratado y perciba el dinero”.

La cuestión es cómo no se previó esa dificultad antes de traspasar el programa al MSP y cómo no ha podido resolverse desde mediados de 2010. Bermúdez deslindó responsabilidades afirmando que él “tomó posesión a partir del 1º de setiembre de 2011”.

El programa cuesta 2.000.000 de dólares anuales y los trabajadores cuestionan dónde está el dinero de los nueve meses de 2011. Bermúdez respondió que es el que se ha usado desde octubre hasta ahora y que por eso los contratos sólo van hasta junio. Pero con esa lógica, no se entiende cómo hubiera funcionado en 2012 si la actividad del año anterior hubiera sido normal.

Los trabajadores, que están dispuestos a concursar nuevamente, alertan que ya no hay tiempo de hacerlo antes de junio. Atribuyen los problemas a “la ineficiencia administrativa y política de las autoridades del actual gobierno” y también a “la lucha interna del Frente Amplio”. Repetto comentó que en recorridas parlamentarias que hicieron en 2010 “algunos decían que esto era un capricho de la mujer de Vázquez y otros le daban para adelante”, y que en otros ámbitos han recibido la confirmación “de que el programa continuará”, pero agregó que no atribuían eso al éxito del programa sino a “qué pasaría si volviera Vázquez en 2014 y no lo encontrara”.

El programa tiene tres áreas: educación para la salud, prevención y asistencia. Repetto comentó que se afectó en 2011 “porque la educación es el día a día. Logramos que el niño se atienda en su espacio natural, que no tenga que ir a un espacio ajeno, muchas veces hostil, que está relacionado con el dolor. Con el programa los niños le pierden el miedo a la odontología y reconocen al odontólogo como un integrante más del equipo de salud. En 2011 la continuidad se perdió y a fin de año, en tres meses, no nos daba el tiempo para nada, fue prácticamente un año perdido”, sostuvo.