En el ámbito doméstico, el instituto Uruguay XXI difundió las cifras de comercio exterior correspondientes a la primera quincena de abril, según las cuales las solicitudes de exportación tramitadas por la Dirección Nacional de Aduanas sumaron 330 millones de dólares, lo que representa una significativa disminución de 35% con relación al resultado de igual período del año pasado. Esta caída quincenal en las colocaciones de mercaderías se explicó básicamente por el desplome de las operaciones con soja, de -53% en valor y -57% en volumen. No obstante, según la Cámara Mercantil de Productos del País, esos retrocesos se debieron a factores climáticos y de calidad de la cosecha, y serán revertidos en la próxima.
Ampliamente difundido que Argentina está mermando las compras de vehículos, autopartes y otros bienes en el país, también en Uruguay descendieron las compras externas de vehículos, todo lo cual se reflejó en el dato de importaciones quincenales, que implicaron el egreso de la economía de 247 millones de dólares, cifra que significó una retracción de 28% respecto del mismo lapso de 2011. De continuar verificándose una tendencia a la contracción de las importaciones, habría un nuevo flanco comercial para el país, en este caso referido a su demanda interna de bienes intermedios y de consumo. “Principalmente por la baja en la adquisición de automóviles” se generó la caída mencionada de compras en general, precisa el informe.
En cuanto a las exportaciones, para graficar la magnitud del descenso quincenal que reportaron durante esas dos semanas, cabe recordar que para igual período de 2011 y 2010 los registros de ventas externas habían sido de 67% y 53%, respectivamente. En este punto, y subrayando un aspecto de la economía local frecuentemente referido en estas páginas, debe considerarse que el dinamismo comercial y general de los últimos siete años exhibe con los vaivenes de la crisis su estrecha dependencia de los flujos de bienes y capitales que se transan cada día en los mercados de todo el orbe.
Las partidas principales de exportaciones quincenales replicaron las nóminas habituales de productos primarios y bienes de origen agropecuario, con destaques de la carne bovina congelada, arroz, trigo y maderas en bruto. Paradójicamente, la colocación de 240 vehículos en el mercado brasileño por la empresa Chery Socma determinó un crecimiento del renglón de 600%. Los primeros cinco destinos de las ventas locales fueron Brasil (17%), Zona Franca Nueva Palmira (ZFNP, 13%), China (12%), Venezuela (8%) y Zona Franca Fray Bentos (5%), con lo cual Argentina deja de estar en la lista de los primeros cinco clientes uruguayos por primera vez en muchos años. Pero los 56 millones de dólares en mercancías comprados desde el gigante vecino representaron una disminución interanual de 18%, que obedeció a las retracciones en las operaciones con productos lácteos, de plástico y caucho, que sumaron 31% del total adquirido desde allí. Desde la ZFNP, nodo de almacenamiento y distribución desde el que un grupo de compañías graneras y agropecuarias exporta commodities en régimen de promoción fiscal hacia destinos como China, Holanda y Brasil, las ventas descendieron 45% contra las verificadas en el mismo período del año pasado. Esto se debió a la mencionada dificultad con la producción de soja, apunta el informe del organismo mixto, añadiendo que ésta está almacenada en el exclave mencionado y será “próximamente reexportada”.
Frío invierno
China, mercado consolidado como uno de los destinos más firmes de la producción que se realiza en Uruguay y la segunda economía más expandida del planeta, registró durante el primer trimestre del año un ritmo de crecimiento que fue el más lento en los últimos tres años. Una cifra menor a la esperada aumentó las preocupaciones de los inversores en torno a la posibilidad de que la desaceleración de cinco trimestres consecutivos no haya tocado fondo y de que se necesiten más medidas de política monetaria para romper la tendencia. La tasa anual de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre se desaceleró a 8,1% desde el 8,9% de los tres meses previos, según informó el viernes la Oficina Nacional de Estadísticas, por debajo del promedio de 8,3% previsto por economistas consultados por la agencia británica de noticias Reuters. Sin embargo, estos resultados son funcionales al otro gran trazo de la política económica actual en muchos países y también en China: el combate a la inflación. Al mismo tiempo, desde diversos subsectores económicos y áreas geográficas se teme por la evolución del mercado inmobiliario chino, que según una extendida opinión técnica se encuentra inflado y ha generado una “burbuja” de precios despegados del valor real de las unidades, que finalmente terminará explotando. Algo así fue lo que precipitó la actual crisis global, una vez que el mercado estadounidense de hipotecas inmobiliarias de baja calidad crediticia se derrumbó sobre sus débiles cimientos de papeles sin valor real de sustento.
SOS Emergencia
China no sólo es la economía más dinámica del mundo desde hace diez años, y desde 2011 la segunda más grande detrás de la de EEUU, sino que constituye la locomotora de la demanda internacional, severamente resentida desde mediados de 2008. De ahí que una interrogante crucial a escala global remita a cuánto se enfriará la economía china en la actual etapa de retracción en la eurozona y crecimiento entre débil y neutro en EEUU.
Brasil, por su lado, primer socio comercial uruguayo, dinámico exportador y en los últimos años uno de los líderes emergentes políticamente más activos en el plano global, había expandido su economía a un promedio de 5% entre 2005 y 2010, con un pico de 7,5% en ese último año. Pero durante los últimos trimestres el PIB del gigante sudamericano ha venido experimentando una fuerte desaceleración, que amenaza con prolongarse en 2012. Durante 2011 creció apenas 2,7%, su tasa más lenta de la última década, incluyendo 2008 y 2009, recuerda un artículo publicado por eleconomista.mx, señalando que la desaceleración es más preocupante al enfocar el desempeño en la segunda mitad del año: durante el tercer trimestre de 2011 el PIB brasileño se contrajo 0,2% y durante el cuarto creció apenas 1,3%. Si bien los analistas esperan que el crecimiento en el primer trimestre acelere su ritmo al entorno de 2,5%, la semana pasada se anunció que la producción industrial en enero se contrajo 2,1%, cifra significativamente peor al -0,8% que esperaba el mercado. Aunque los mercados mantengan la expectativa de que el PIB crezca en 2012 en forma similar a 2011, es decir, ligeramente por debajo de 3%, parece cada vez más difícil.
Factótum
Brasil y China no sólo coinciden en el nuevo ámbito multipolar en el seno del grupo BRICS, cuyos integrantes impulsan, entre contradicciones y limitaciones, cambios de correlaciones entre las economías del orbe con mayor incidencia política a la hora de tomar decisiones de consecuencias económicas. Además de ser simultáneamente los dos paísesclientes más relevantes para la producción uruguaya -junto a Argentina-, aquellos gigantes se tocan con sus articulaciones y extensiones físicas en el renovado y pujante escenario de América Latina, subcontinente cuyo PIB per cápita creció entre 2003 y 2008 a una tasa promedio anual acumulada de 4%. Contraído en 2009 por la explosión global de la crisis, se recuperó durante 2010 y al menos hasta la primera mitad de 2011, cuando los problemas fiscales y financieros de la eurozona generaron una nueva oleada de la crisis, que actualmente se verifica mediante una paulatina disminución de la demanda internacional. La región es vista en el mundo como una gran esperanza, no sólo de expansión económica sino de desarrollo social. En este punto reaparece la importancia de la proyección mundial de la economía china, y según un artículo del analista argentino Ramiro Albrieu publicado por el Observatorio Económico de la Red Mercosur, China es el primer o segundo socio comercial de 78 países que suman 55% del PIB global. Respecto de América Latina, cuando en 2000 los ingresos regionales por exportaciones provenían de China en 1%, en 2010 ya habían superado el 5%. “En buena medida ajena a las cadenas globales de valor en las que está inmersa China, América Latina logró convertirse en un engranaje de la mecánica del crecimiento global guiado por el país asiático, siendo el principal proveedor de materias primas y derivados a China si excluimos a los países de Asia”, ilustra el académico argentino, quien apunta que los términos de intercambio de la región en la primera década del siglo XXI se incrementaron hasta 130% con relación al promedio del período 1950-2010. No obstante, añade, “no sólo se trató de un shock de precios: los volúmenes de exportación aceleraron su crecimiento en la última década en relación al pasado reciente”. China, de su lado, es actualmente el primer consumidor mundial de aluminio, cobre, hierro, níquel, plata, carbón, algodón, arroz y maíz, en tanto que el crecimiento de su demanda de soja y minerales metalíferos “ha sido exponencial”. Las proyecciones para el conjunto de estos mercados de materias primas señalan que China pasaría a representar más del 50% de la demanda, al tiempo que crece su posición en los de energía y alimentos.