La nueva estructura nucleará al zoológico Villa Dolores, al Parque Lecocq y al museo Dámaso Antonio Larrañaga (mal llamado Museo oceanográfico, porque allí funcionó hasta 1940 la Estación Oceanográfica).

El proyecto está siendo elaborado por la división Artes y Ciencias del departamento de Cultura de la IM, que ha organizado instancias de intercambio con los concejos vecinales, municipios, Junta Departamental, y que ayer la hizo extensiva a otros vecinos. Una veintena de personas acudió al llamado. Fueron pocos vecinos, la mayoría estudiantes de veterinaria; acudió también la decana y un consejero de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República (Udelar) y una docente de Zoología de la Facultad de Ciencias de la Udelar.

Cambios previstos

Ana Knobel, directora de la división Artes y Ciencias, explicó que era “el momento político” porque la propuesta que surja se puede plantear en el mensaje presupuestal que discutirá la Junta Departamental. El trabajo se concluirá cuando el equipo defina el plan ejecutivo del proyecto, que será presentado en octubre, cuando se cumplan 100 años de la donación de Alejo Rossell y Rius del parque Dolores Pereira de Rossell.

Se reordenarán las especies en los diferentes hábitat, considerando si por su tamaño necesitan de grandes extensiones, contemplando los hábitos de convivencia, si tienen hábitos gregarios, o qué tipo de infraestructura requieren.

Eduardo Tavares, responsable del Parque Lecocq, anunció que se hará un ranking y que las primeras especies a tener en cuenta serán las que son más vulnerables; se contemplará también a las autóctonas, sudamericanas o regionales, y se evaluará si se dispone de recursos económicos y humanos (capacitados) para adquirir algunas especies. El zoológico de Villa Dolores, situado en el centro urbano, dispone de un territorio limitado y en el hábitat predominan los elementos artificiales. En cambio el Parque Lecocq es calificado como “un espacio abierto y natural”, expandible, y en su hábitat predominan los elementos naturales.

En el museo Dámaso Antonio Larrañaga los animales exhibidos no están vivos, sino que son taxidermias, esqueletos y calcos en yeso. Knobel precisó que es un espacio destinado a la divulgación científica pero criticó que su presentación curatorial está desactualizada, porque los niños van con sus ceibalitas a tomar fotos y se encuentran con vitrinas. Por eso la institución concentrará el programa de educación ambiental, esa condición sustituirá en la nominación a la actual de museo. También habrá cambios de nombres para los otras unidades: el zoológico Villa Dolores se llamará centro Rossell y Rius y el zoológico Parque Lecocq se denominará Francisco Lecocq. Habrá un director general encargado que coordinará los tres centros.

La gestión integrada aspira a racionalizar y optimizar los recursos humanos y financieros, potenciar las capacidades de investigación y la extensión que se desarrolla desde la Udelar y crear un área de biología, con la que ahora no cuentan los zoológicos. Esto fue especialmente saludado por las docentes de Ciencias y Veterinaria, por el enfoque multidisciplinario que se habilitará, así como por la importancia de incorporar a esos profesionales.

El equipo proyecta un plan de ahorro en Villa Dolores. Anunciaron que ese zoológico gasta 10 millones de pesos por año y que recientemente la IM firmó un convenio con la empresa Escos -Energy Service Companies-, que tiene un convenio con el Ministerio de Industria, con lo que se espera ahorrar a partir del año que viene 70% de lo que se gasta. Los jerarcas agregaron que el presupuesto anual de Villa Dolores (exceptuando el pago del agua) es de siete millones anuales, por lo que con el ahorro se estaría duplicando el dinero disponible.

También se impulsará una gran licitación para instalar espacios comerciales en Villa Dolores y en el Parque Lecocq, para que se instalen centros gastronómicos, y como contrapartida se le pedirá la reparación de la caminería, que deberá posibilitar la circulación a personas con discapacidades motrices. Por otra parte, el acceso a los zoológicos será público y gratuito.

Conservación

Las autoridades reconocieron fallas en la comunicación. Comentaron que hay personas que reclaman cómo puede haber osos en Villa Dolores, cuando hace 15 años los enviaron a zoológicos de Buenos Aires.

Hace pocas semanas murió la elefanta Yothi, de una enfermedad óseo articular propia de los ámbitos en cautiverio, condición que además acorta la expectativa de vida de esos animales. La noticia causó conmoción y aún estaba muy sensible cuando se hizo esta convocatoria. En el comunicado, la IM fundamentó la existencia de los zoológicos, resaltando que “la conservación en cautiverio es capaz de mantener poblaciones genéticamente estables no sólo de individuos sino de los propios genes” y que estos centros de exposición “son el único contacto directo que la gran mayoría de la humanidad tiene con la diversidad de la vida silvestre”.

Mencionó también la importancia del bienestar animal. Con un comentario al pasar, en la charla con el público, Tavares dijo que no se traerán elefantes, por más que se disponga del dinero para adquirirlos.

Una señora que indicó ser vecina pidió que se limpie más Villa Dolores porque sus nietos ya no quieren concurrir, mientras que otro señor criticó la vida en cautiverio. La docente de la Facultad de Ciencias felicitó al equipo por incorporar finalmente a biólogos, propuesta que presenta ante la comuna desde hace 20 años. Recordó que Uruguay no tiene ni un solo zoológico acreditado por las organizaciones internacionales y que espera que estos nuevos pasos den sus frutos. Y más de uno abogó por que los cambios sean reales.