La actividad desarrollada ayer de tarde en la Torre Ejecutiva fue organizada por el programa Proniño, de la empresa Telefónica, en alianza con organizaciones sociales, con el objetivo de prevenir y erradicar el trabajo infantil. Los niños y adolescentes que participaron provenían de escuelas, colegios y liceos de Treinta y Tres, Rivera, Paysandú, Maldonado, Canelones y Montevideo, con los que trabaja Proniño.

Tomando como referencia las Instrucciones del año XIII, en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, los chicos le entregaron al presidente José Mujica las “Pequeñas instrucciones del año XII contra el trabajo infantil”. Para eso debatieron en asambleas con maestros y referentes e hicieron una serie de propuestas; las 20 más representativas fueron las seleccionadas.

Plantearon diferentes ejes: que se hable “con las familias de los niños que trabajan informándoles de la importancia de la educación para el futuro de ese niño”, que se hagan carteles y se difunda “por la tele” que los niños no deben trabajar, que todos los presidentes hagan una asamblea y elaboren una ley, que se pongan más escuelas, que éstas sean más “divertidas”, que incluyan “actividades deportivas y recreativas para hacerlas más atractivas y así a los niños les llama la atención y asisten”. Recomendaron que haya más recreación en los barrios (gimnasios, actividades plásticas, plazas) y más centros educativos para la primera infancia, así los adultos pueden “trabajar tranquilos” y los niños y adolescentes pueden dedicarse a estudiar. Contemplaron que los niños pueden ayudar con las tareas, pero no tener la obligación de hacerlas. Y pidieron “que se cumpla la ley que impide que los niños trabajen. Que se cumpla lo que pedimos y que podamos protestar para convencer de lo que queremos”.

Pobreza y derechos

El presidente escuchó callado las propuestas. No hizo discursos. Luego, chicos que hacían de periodistas leyeron algunas preguntas. “¿Cree que este día es importante?”, fue la primera y dio pie para que también aludiera a las instrucciones que había recibido: “Seguramente es importante. Más, mucho más de lo que a los niños les parece”, dijo, y recriminó: “No he sentido una sola palabra, no se habla de la pobreza. ¿Qué pasa con los niños, con madres que están solas y son pobres, qué hacemos, qué respuesta les damos? Porque a veces también el trabajo infantil es consecuencia de la pobreza”.

Es verdad que el concepto de pobreza no había sido incluido en la nómina, pero estaba implícito. Bastaba con formularles a los niños la pregunta “¿por qué creen que trabajan los niños?” para que respondieran, como lo hicieron muchos y de inmediato cuando la diaria los interrogó: “Por necesidad”; “porque los padres no tienen plata”, respondieron alumnos de una escuela de Los Cerrillos (Canelones); “por falta de comida en la casa o porque a los padres les falta plata”, contestó una niña de Paysandú, a lo que una compañera acotó: “Porque los padres no tienen trabajo y ellos tienen que salir y trabajar”.

Por otra parte, dos maestros de la Escuela Nº 96 de Cerro Pelado, Maldonado, contaron a la diaria que ellos presencian muchos casos de trabajo infantil, que los niños “lo ven a diario” por sus propias experiencias o por las que se viven en sus barrios. “Son familias con muchas carencias”, dijeron.

A partir de otras preguntas Mujica insistió en el derecho de los niños a ser queridos. Le interrogaron concretamente: “¿Qué deberíamos hacer para que no trabajen y sólo estudien?”. El mandatario apeló a la solidaridad: “Para que eso sea posible los que ya no somos niños tendríamos que ser un poco mejores, acordarnos de cuando éramos niños, ser un poco más generosos, más solidarios”.

Cabe señalar que en el número de junio de la revista Políticas Mujica se refirió al trabajo infantil para alertar que con ese tema, así como con “el ecologismo”, los países subdesarrollados “llevamos las premisas que construye en materia de pensamiento el mundo rico luego de que está rico y no antes, y las queremos aplicar con la misma semblanza que lo hace el mundo rico, ¡flaco favor le seguimos haciendo! [...] ¿Cómo se llama en este país campesino, pero sobre todo ganadero, que a un gurí de 14 o 15 años le privemos que ande a caballo? Porque vamos a Europa y nos comemos esa pastilla”.

El trabajo rural, así como la construcción y el comercio ambulante, son áreas de trabajo para muchos niños y adolescentes en nuestro país. Todas ellas están incluidas en el vasto listado de actividades que elaboró en 2006 el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, considerando la peligrosidad que puede significar para el desarrollo del niño.