La explosión de la crisis entre 2007 y 2008 en EEUU obligó a gobiernos y otras estructuras y factores de poder a nivel mundial a considerar la idea de que las regulaciones y supervisiones locales, regionales y globales sobre las actividades bursátiles y financieras eran, al menos, insuficientes. Si bien el punto reactivó desvelos y preocupaciones en los centros de administración políticos y económicos, por ejemplo en el ámbito del entonces más dinámico G20, los avances globales en el contralor del sector fueron parciales e insuficientes para contener la dinámica de la economía especulativa. Algunos logros posteriores en materia de fiscalización tributaria distan mucho de revertir o neutralizar la incidencia sobre los mercados y la economía real de la actividad especulativa, así como de los negocios ilegales que inyectan capital en toda la economía, desde el narcotráfico hasta la evasión impositiva, pasando por el comercio de armas y todo tipo de bienes y servicios.

La selección

Cada día hábil de la semana, la Asociación Británica de Banqueros (BBA es la sigla en inglés) recibe de los 20 bancos más grandes de la city londinense un reporte donde éstos indican qué tipos de interés pagarían “en un mercado razonable” por los préstamos que soliciten en la jornada, tanto a vencer en el día como a 12 meses. De esa información, la BBA elimina los cinco valores más altos y los cinco más bajos, y con el resto elabora una media que es la Libor (London InterBank Offered Rate) del día, conformada luego por una combinación de las tasas correspondientes a 10 divisas.

Días atrás, este medio daba cuenta de las actuaciones y procesos que generó en Inglaterra, aunque no sólo allí, la difusión de las maniobras que el Barclays Bank hizo durante varios años recientes con la utilización de la tasa Libor. El asunto involucró a jerarcas del Banco de Inglaterra y determinó la intervención del Estado británico en diferentes instancias y ámbitos, pero no se circunscribió al país, sino que repercutió inmediatamente en el resto del mundo, principalmente en la órbita de las regiones y países más decisivos desde el punto de vista económico.

Ayer fue el turno del Fondo Monetario Internacional (FMI), que presentó en Washington su "Informe de Estabilidad Financiera Global" a través de su director del Departamento Financiero y Mercados de Capital, el español José Viñals, quien advirtió que el escándalo en torno a la fijación de la tasa Libor mina la confianza de los mercados. "La consecuencia de este escándalo es que mina la certeza y la confianza que los mercados ponen en las tasas de referencia", se quejó el ejecutivo, que recomendó profundizar los contralores al sector, internos y externos. "Estas regulaciones se deben implementar sin retraso, juntamente con supervisión, para asegurar procedimientos internos que eviten estos comportamientos en el futuro", recalcó Viñals. La semana pasada, la Reserva Federal de Nueva York confirmó que ya en 2008 tuvo constancia de manipulaciones de la Libor por el Barclays, y que informó oportunamente a las autoridades del ahora cuestionado Banco de Inglaterra, según consignó la agencia española de noticias Efe.

La Libor es un tipo de referencia mundial que se fija diariamente en Londres a partir de las estimaciones de entre 8 y 20 bancos sobre cuál es el interés al que creen que sus competidores les prestarían dinero. El banco británico Barclays manipuló esos valores entre 2005 y 2009 para dar una imagen de mayor solvencia, lo que está siendo investigado en Reino Unido (RU).

Hidalgo caballero

El lunes 2, el presidente del banco, Marcus Agius, dimitió tras la explosión del escándalo, que involucra a una docena de entidades investigadas por las autoridades regulatorias del RU, EEUU y Japón, entre ellas las estadounidenses Bank of America y Citigroup, y la suiza UBS. “Los acontecimientos de la semana pasada pusieron en evidencia comportamientos inaceptables en el seno del banco y han dado un golpe devastador a la reputación de Barclays. (...) La responsabilidad es mía y debo reconocerlo quedándome a un lado”, declaró en su renuncia, citada por rtves.es. Después de investigar durante más de dos años, las autoridades de aquellos tres países impusieron a Barclays una multa de 450 millones de libras esterlinas (más de 558 millones de euros) por su práctica, aunque la sanción final quedó en 290 millones de libras (360 millones de euros) en virtud de la cooperación asumida por la entidad para oficializar los hechos.

Recorte, sin pegue

En su informe sobre la salud económica mundial presentado en la víspera, el FMI redujo sus proyecciones económicas globales para 2013 y advirtió que la situación puede empeorar si las autoridades europeas no toman medidas a la velocidad necesaria para detener la crisis. También señaló que la capacidad productiva en varias economías emergentes, entre ellas China, India y Brasil, podría ser más baja que lo previsto y que el crecimiento en general sería decepcionante, consignó la agencia británica de noticias Reuters. Ahora, el organismo espera que la actividad mundial crezca un 3,9% en 2013, menos que el 4,1% estimado en abril, aunque para este año mantuvo su pronóstico en una expansión del 3,5%. Además, para las economías emergentes también recortó las previsiones al estimar expansiones del 5,6% y del 5,9% para este año y el próximo, respectivamente. Ambos guarismos son -0,1% que los de abril.

En el mercado interbancario global, como en el local, los bancos se prestan dinero entre sí para resolver situaciones y operaciones de corto plazo, y es en ese nivel donde la Libor representa una referencia de valor internacional para esas transacciones. En la segunda mitad de 2008, la bancarrota del banco de inversiones Lehman Brothers evidenció que la primera línea del sector financiero privado mundial, tanto la banca de inversión como la comercial, estaba en general contaminada por sus altas posiciones en activos relacionados con las devaluadas hipotecas inmobiliarias “subprime”. En ese contexto, los bancos desconfiaron entre sí al evaluar en esas condiciones de emergencia la fortaleza y capacidad de pago de sus competidores, ya que el valor diario de la Libor se establece a partir de los datos que cada institución financiera declara sobre su situación.

Cuando un banco despierta inquietud por la calidad de sus activos o el riesgo que asumió en sus operaciones, su competencia le exige que pague un mayor interés para concederle un préstamo, o bien no le presta. Tal como ocurre cuando un particular, a su vez, solicita un crédito a un banco, o como cuando un Estado lo hace en un mercado de deuda. Entre 2007 y 2008, las empresas financieras más débiles habrían disimulado su situación real informando al mercado que estaban accediendo a financiación a una tasa más baja de la que pagaban efectivamente. Evitaban así que por miedo al contagio sus colegas les cerrasen el grifo del crédito en una coyuntura de aguda retracción. La Libor también se utiliza como referencia para una gran variedad de operaciones valoradas en 350.000 millones de dólares (más de 249.600 millones de euros), fundamentalmente con “productos derivados” como los futuros de tasas a corto plazo, los créditos sindicados y las hipotecas de tasa variable.