En el día del trabajador gastronómico y hotelero se inauguró la cantina del Hospital Policial, gestionada por la cooperativa social Gastrocoop, conformada por personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad social.
Sobre las 11.00 de la mañana del viernes, en los alrededores de la cantina del Hospital Policial se sentía el nerviosismo de los futuros trabajadores. Aún quedaban algunos detalles, varias personas de remera roja y delantal negro iban y venían ansiosas mientras colocaban los individuales verdes en las mesas de madera. Adentro, un señor subido en una escalera terminaba de arreglar las luces de la habitación. El aroma a madera que provenía del mostrador denotaba que estaba aún sin estrenarse. Un joven trajo los gorritos negros que terminarían de completar el uniforme. En ellos se leía una inscripción en rojo: Cooperativa Gastrocoop.
Diez son las personas que se estarán desempeñando en la cocina de esta cantina. Por primera vez, Gastrocoop se encargará de atender directamente al público. Desde hace cuatro años la cooperativa es responsable de preparar alimentos para pacientes del Centro Tarará Prado y actualmente están por firmar el quinto contrato (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2011/12/pueden/). También cocinan para el comedor de los trabajadores de la fábrica de plástico Nicoll.
Sandra da Silva, integrante de Gastrocoop desde sus inicios, comentó a la diaria que el hecho de ser una cooperativa integrada por personas con discapacidad le da un valor agregado: “Somos muy solicitados en ese sentido porque buscamos la valoración humana sin estar pensando en hacernos millonarios”. Da Silva hizo énfasis en que la cooperativa no sólo les ha dado oportunidades para desempeñarse en la cocina sino que además les enseñó a valorar mucho más la parte humana.
Por su parte, María Eugenia, que también está en Gastrocoop desde el comienzo, compartió con la diaria parte de los logros del grupo: “Es muy satisfactorio ver a mis compañeros con quienes desde hace años estamos trabajando, porque antes estábamos todos sin empleo. Ver cómo van evolucionando, que ya se pueden independizar, formar su familia, poder ser autosuficientes y no depender del otro”.
En expansión
Las diez personas que trabajarán en la cantina del Hospital Policial son contratadas por Gastrocoop con la finalidad de darles las herramientas para que formen su propia cooperativa. Da Silva aseguró que van a realizar el seguimiento que corresponda como cooperativa social y que en un futuro pretenden agrandarla mucho más. “Para Gastrocoop es un orgullo esta oportunidad porque quiere decir que no estamos haciendo mal el trabajo”, indicó.
Soledad Pereira, quien anteriormente trabajaba en Tarará Prado, es parte del grupo que brindará servicios en la cantina. Señaló que buscan “progresar a nivel laboral, formar otra cooperativa a largo plazo y también ayudar a otras cooperativas con nuestra experiencia”.
Gastrocoop surgió en el marco del proyecto Alternativa de vida, financiado por la Unión Europea, que ofrece capacitación laboral a colectivos vulnerables en cinco departamentos. Todos los integrantes de la cooperativa recibieron la capacitación de la que se encargaron el Instituto Psicopedagógico Uruguayo (Ippu) y el Sindicato Único de Gastronómicos del Uruguay (SUGU). Desde 2007 funciona la cooperativa, que se conformó con el primer objetivo de emplear a las personas con discapacidad que habían hecho el curso. Ahora, en este nuevo emprendimiento, que surgió por medio del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), buscaron emplear a personas también egresadas del curso pero de bajos recursos.
Se presta
Héctor Masseilot, representante del SUGU y coordinador del proyecto Alternativa de vida, destacó en su discurso que el sector de la gastronomía resulta favorable para desarrollar este tipo de políticas de inclusión debido a “los aspectos de manualidad que las personas pueden desarrollar y por cierta estandarización de las tareas, que la gente con alguna delimitación para el trabajo puede realizar”.
En este sentido, la cooperativista María Eugenia destacó que las tareas que implica la gastronomía es favorable para personas con discapacidad. “Tenemos compañeros con problemas motrices pero que elaboran muy bien el alimento, con problemas intelectuales también, que es la mayor parte de la cooperativa. Es gratificante sentirse útil”.
La secretaria general del SUGU, Fernanda Aguirre, expresó que con estas acciones se están logrando algunos de los objetivos que persigue el sindicato como “la efectiva posibilidad de que todos tengan una digna calidad de vida, una ciudadanía plena y la posibilidad de desarrollarse más allá de dificultades específicas”.
La cantina quedó oficialmente en marcha al igual que sus trabajadores, quienes comenzaron su labor brindándoles a los presentes la posibilidad de degustar sus productos.