La crisis económico financiera internacional que eclosionó en setiembre de 2008 en EEUU, no sólo arrastra a la Unión Europea (UE) ya directamente hacia el conflicto político, tanto al interior de cada país como entre algunos de ellos. En su cuarto año, verifica que los gobiernos orientados a la expansión del gasto como respuesta al estancamiento de la demanda desde los centros desarrollados son los que obtienen mejores resultados económicos, sociales y políticos. Y muchos de ellos no sólo logran controlar la situación sino que obtienen una combinación de estabilidad y crecimiento, más allá de los énfasis de cada uno. De todos modos, aquellos que apuestan al ajuste están descubriendo -a poco de tomar decisiones en ese sentido- el abismo de parálisis y aun pobreza que les abre la tijera fiscal, con lo que cosechan fuerte conflictividad social y política. Esto se constata desde 2009 en adelante al observar los acontecimientos, decisiones y resultados a cada lado del Atlántico. Países como EEUU, Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Perú, o en otros lares India, China y, en definitiva, también Alemania y Francia, todos con elevada exposición a la evolución global de la economía por diversos aspectos, han actuado en dirección a la expansión del gasto y la intervención regulatoria del Estado. EEUU, si bien crece muy poco y sigue anémico, dejó la zona de máximo riesgo y se mantiene a flote, en tanto que los otros mencionados crecen en diferentes grados, y anticipan la continuidad de la tendencia. Como bloque, la UE mantiene su economía girando en torno a 0%, pero esto es el promedio: varios de sus miembros, y algunos con economías grandes, como Gran Bretaña (muy grande), España e Italia, para no mencionar a la más chica Grecia, han caído en grados de recesión que producen resultados peores luego de cada tanda de recortes, ya que se trata de planes y programas de aplicación escalonada. Esto también ocurre en otras naciones con economías medianas que no integran la UE pero sí comercian tanto con ella como con EEUU, por ejemplo varias de Medio Oriente y aledaños. “Parece evidente, por EEUU y sobre todo por Reino Unido, que el principal problema en esta crisis no es la inflación sino la depresión y la deflación. Otro problema añadido es la obsesión por el déficit cero de la canciller [alemana Angela] Merkel. Por lo tanto, estamos ante un enfermo grave, que además está recibiendo una medicación de austeridad y falta de flujo monetario, y no hay ningún protocolo médico que pueda obligarle a cambiar la medicación”. La cita es del economista blogger español José Carlos Díez, quien analiza: “Si Grecia sale del euro, algo cada día más probable, el tsunami nos vendrá directo por las Baleares. Es evidente que el gobierno anterior cometió errores. Pero cuando cambió el gobierno en noviembre de 2011, el caso sistémico que ponía en riesgo el futuro del euro se llamaba Italia, y ahora lamentablemente sólo se habla de España, y cada día más”. Lo que cambió desde noviembre, recuerda el articulista -que no simpatiza con la anterior gestión del PSOE- es justamente esto, el reemplazo partidario en la Moncloa a favor del elenco conservador/liberal encabezado por Mariano Rajoy, que defiende y aplica el ajuste.
Todos juntos
En la reunión bienal de la Cepal participan ministros y otros delegados de los 44 Estados miembros y de los ocho asociados, así como representantes de Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales.
Historia y geografía
Estos cuatro a cinco años de crisis económica mundial produjeron hasta ahora algunas modificaciones de orden geoeconómico totalmente imprevistas por unos y otros. Desde entonces, y con excepciones en algún economista solitario y un puñado de organizaciones políticas de diferentes países, el vasto campo del expertismo logró comprender y transmitir a las sociedades muy pocas certezas. Una, explicada durante los primeros dos años, caracterizó a la crisis como probablemente peor y más prolongada que la activada tras la quiebra del sistema internacional de valores en 1929, que culminó en la Segunda Guerra Mundial. Otra (¿la última?), es que nadie tiene idea de cómo evolucionará la economía esta vez y, con ella, la sociedad internacional toda, ni de los alcances y derivaciones que el proceso desencadena. “El problema es muy complejo y tiene difícil solución. Para colmo, tenemos limitaciones morales de los alemanes que complican mucho la salida. Los testigos de Jehová no pueden recibir transfusiones de sangre y los alemanes tienen fobia a la inflación, lo cual limita extremadamente la actuación del Banco Central Europeo (BCE). Todo viene supuestamente de la hiperinflación que padecieron [y] que asocian con Hitler y el desastre del nazismo. [Pero] la memoria, y más aún la colectiva, no es muy fiable. Es cierto que tuvieron una hiperinflación, pero con tasas máximas de 30% mensual y en 1922. En esa fecha, Hungría sufrió una hiperinflación infinitamente peor que la alemana. Los precios se doblaban cada 15 horas. En América Latina, en los 80, sufrieron hiperinflaciones de tasas mensuales de 400%, diez veces más intensas que las de Alemania. El problema de Alemania es que la hiperinflación no se resolvió bien, en parte por la pésima gestión de los acreedores internacionales, como ahora, y porque un programa de austeridad extrema en 1930 les metió en depresión. Por lo tanto, fue la depresión lo que llevó a la solución alemana al experimento del nazismo”, reflexiona el economista.
Neo geo
En San Salvador, el citado evento de la Cepal finaliza mañana pero comenzó el martes, cuando Bárcena exhortó a esta región a actuar con “prudencia” ante la actual crisis. Sin embargo, su mensaje central consistió en una convocatoria a prepararse para los desafíos que presenta la “nueva geografía de la economía mundial”. La ejecutiva expresó que si bien los países en desarrollo (sur-sur) tienen problemas, ya representan 60% del crecimiento económico mundial, y sus exportaciones tienden a superar a las ventas de los industrializados. “Se empieza entonces a construir una nueva geografía de la economía mundial, que llama a repensar la estructura de las alianzas estratégicas con mayor peso de las relaciones sur-sur”. Y aunque no se refirió a ningún proceso ni organismo concreto, la académica mexicana aludió al dinamismo político de esta región. “El sur ya no es el mismo, y América Latina y el Caribe también han cambiado”, lo cual “significa asumir nuevos desafíos: hay que avanzar en posturas regionales unificadas” entre los distintos bloques de integración, recomendó. Según el sitio web especializado español finanzas.com, en este período de sesiones, el organismo internacional propone a los gobiernos latinoamericanos apostar por cambios estructurales en la economía, modificaciones que estén orientadas hacia la igualdad social y la sostenibilidad ambiental. Bárcena inauguró el encuentro junto al presidente salvadoreño, Mauricio Funes, quien utilizó la oportunidad para abogar para que el Estado recupere el papel conductor que perdió en beneficio del modelo neoliberal. Por éste, muchos países de la región sufren “una larga herencia de políticas macroeconómicas arcaicas y modelos deficientes, que me atrevo a calificar incluso de modelos perversos, porque han minado el desarrollo pleno de nuestras naciones”, apuntó Funes en su discurso. La directora de la Cepal, por su parte, enfocó la “nueva geografía” internacional como un dato de la realidad, evidenciado con otro: “La suma de las actividades económicas de Asia-Pacífico y América Latina representa hoy el 60% del crecimiento económico mundial”. Este dato, a su vez, permite proyectar la confirmación del análisis. “Esta tendencia nos augura que para el 2020 las exportaciones sur-sur van a sobrepasar a las exportaciones norte-norte, y algo parecido está ocurriendo con los flujos de inversión extranjera directa, en donde ya el 50% se dirige a economías en desarrollo”.
La máquina de impedir
Según el blogger español Díez, “los alemanes siguen poniendo todos los palos en las ruedas para frenar cualquier iniciativa. ¿Cómo es posible que un solo voto, en un consejo de 22 personas donde el criterio de decisión es la mayoría, pueda tener tanto poder? Porque todo el mundo es consciente [de] que el Tribunal Constitucional [germano] puede vetar decisiones del Bundesbank [Banco Central], y eso puede forzar la salida de Alemania del euro. Y si Alemania vuelve al marco, sería el fin de la moneda única. Pero al resto de países, ¿les compensa estar en un área monetaria donde se hace lo que dice Alemania? Si miras la historia del siglo XX, claramente no parece una buena opción”.
Aurora
Lo que en esta crisis no han sabido aportar la academia y el expertismo, ha sido en algunos casos comprendido y explicado desde la política, aunque tampoco sobran ejemplos. En el cuarto año de crisis, la Cepal grafica algo del asunto: “Un estado de ánimo positivo recorre hoy día Latinoamérica y el Caribe pese a las turbulencias mundiales”, subrayó Bárcena, puntualizando luego que, a la vez, “la región debe mantener prudencia económica” en una situación incierta. Celebró que Latinoamérica dejara atrás errores como los cometidos durante la “década perdida” de los años 80 con la administración de sus deudas nacionales. Desde entonces “logró un rico aprendizaje” que hoy le permite “enfrentar la grave recesión mundial con notable capacidad”. Entiende que esos resultados fueron producidos por la aplicación de políticas “prudentes en lo macroeconómico” al tiempo que “progresistas en lo social”. Así es que este año la economía de la región “tendrá un crecimiento superior al promedio global”. Frente a la desaceleración de los grandes centros económicos, esta región tiene resueltas algunas variables especialmente relevantes en situaciones de incertidumbre. “Inflación controlada, sólidas políticas fiscales, una deuda pública menor y mejor estructurada, por debajo del 35% del producto interior bruto, y un nivel inédito de reservas internacionales”, enumeró, prosiguiendo con la cita de resultados, en este caso sociales: entre 1990 y 2011 la pobreza disminuyó de 48,4% a 30,4%; la extrema pobreza e indigencia lo hizo de 22,6% a 12,8%, mientras que el desempleo hoy es inferior a 6,6%. “Logros importantes que, por cierto, no están en las economías industrializadas”, contrastó. Sin embargo, recordó que persisten “herencias al interior de la región que perpetúan desigualdades y mecanismos de exclusión”. Igualmente, otros puntos importantes en el debe son la “rigidez de las brechas productivas” y la “poca movilidad social en grupos de baja productividad, especialmente en las mujeres”.
Todo sobre mi madre
El flanco más vulnerable de la UE es Grecia, convertida por fuerza de los hechos en el laboratorio central de pruebas de la fórmula alemana de combate a la crisis fiscal de la región. El éxito de la receta del ajuste, que también se aplica en España, depende de que el erario recupere equilibrio financiero y capacidad de pago antes que los efectos sociales de los recortes echen por tierra el programa, como ya ocurrió en Grecia hace menos de un año. Si bien allí hubo elecciones de apuro que produjeron un nuevo gobierno, el nudo de la economía egea sigue atado en el mismo lugar. No obstante, a efectos de la estabilidad económica regional e internacional, si una nueva caída de Grecia provoca una masiva corrida de capitales en busca de protección, o directamente el egreso del país del euro, sería España la economía que colapse inmediatamente después. Una estampida de inversores en bonos españoles detrás de papeles estadounidenses o alemanes sería fatal para la ya afectada soberanía económica del reino. Perdería más capacidad de decisión a manos de los organismos/bancos que le presten para mantener funcionando la cadena de pagos, en primer lugar de su deuda pública. Por el tamaño de su economía, e incluso por su no menor capacidad de incidencia política, representaría un golpe muy duro para el frágil estado de salud de la eurozona y la UE. Sobre las perspectivas, analiza el economista español: “La solución óptima es la cooperación entre deudores y acreedores, pero cada día es más complicada de alcanzar. Los inversores avezados ya han vivido estos problemas antes en otros países, asiáticos, de América Latina, en la Europa del Este, etcétera, y perdieron mucho dinero con las devaluaciones y los impagos de deuda. Por eso no nos compran los bonos”. Para paliar esto es que el BCE y algunos gobiernos de la eurozona quieren que la entidad monetaria reemplace al mercado como adquiriente de deuda soberana depreciada y, en definitiva, como financista de la recuperación. Para evitarlo, porque es el erario que aporta la mitad de los recursos comunitarios, la Alemania de Merkel ha jugado duro oponiendo su capacidad de persuasión, y sus finanzas. Las salidas más probables oscilan entre la asunción por la UE-Alemania de mayores potestades generales sobre los Estados y el desmantelamiento de la eurozona y aun de la UE como entidad política. “Los ciudadanos europeos no hemos vivido nunca este tipo de eventos, y claramente infraestimamos los costes y los riesgos que estamos asumiendo. Los gobernantes deberían advertirles, pero en los países deudores se sigue soñando [con] que el sufrimiento nos liberará de los pecados cometidos, y los acreedores sueñan [con] que ese sufrimiento es suficiente para recuperar los ahorros que nos prestaron. La historia nos enseña que ambos se equivocan”, dice Díez.