El subsecretario de Salud Pública, Leonel Briozzo, acompañado por técnicas en vacunación y salud sexual y reproductiva, informó ayer en conferencia de prensa sobre el acceso a la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV, por sus siglas en inglés). El jerarca estimó que la vacuna, que hasta ahora debe ser adquirida en forma remunerada a un costo elevado, comenzará a ser ofrecida en forma gratuita en instituciones públicas y privadas en abril.

Resaltó que la fecha es “tentativa” y que el inicio se producirá luego de una campaña pública que se lanzará a mediados de febrero y que tendrá dos partes. La primera hará hincapié en la realización del estudio del PAP como método de prevención del cáncer de cuello uterino y la segunda se enfocará directamente en la vacuna.

Durante la conferencia, las autoridades fueron enfáticas al señalar que la vacuna contra el HPV no es suficiente para prevenir el cáncer de cuello uterino. “La vacuna no inmuniza completamente contra el 100% de los serotipos que pueden ayudar a la producción del cáncer de cuello uterino. Hay que desterrar la falsa idea de que con la vacuna se previene todos los cánceres de cuello: no es así”, indicó Briozzo.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) efectivizó la compra de una vacuna, de origen estadounidense, cuadrivalente que actúa sobre los serotipos 16 y 18, que son los que se vinculan con algunos tipos de cáncer de cuello uterino, y sobre los 6 y 11, que son los que producen verrugas genitales que sin corresponder al cáncer generan otras patologías.

A su vez, la coordinadora del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, Fernanda Nozar, aclaró: “La infección por HPV, en particular en el cáncer de cuello uterino, es, para la mayoría de los cánceres de este sector, una condición necesaria, pero además requiere otros factores para que se desarrolle. La sola presencia del HPV no determina que una mujer desarrolle cáncer, se tiene que coayudar con otros factores”.

Por estas razones, la vacuna no entrará en el certificado de esquema de vacunación y no será obligatoria, explicó el subsecretario. “La decisión que se tomó es pasar de la vacuna habilitada a ofrecida. Esto significa que habrá un acceso universal gratuito, voluntario y que se va a otorgar mediante consentimiento informado, firmado por la adolescente”, añadió.

En los únicos países del mundo en que esta vacuna es obligatoria es en Ruanda, Perú y en algunas provincias de Argentina.

Las beneficiarias serán las adolescentes que durante 2013 cumplan 12 años (y así sucesivamente). Las autoridades del MSP explicaron que es la etapa previa a la edad promedio del comienzo de las relaciones sexuales, en la que “están en condiciones de comprender la importancia del PAP y el uso de métodos de barrera” para evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

Con relación a la elección del grupo de beneficiarias, la directora del Programa Nacional de Vacunación, Teresa Picón, añadió que cada vez que se introduce una vacuna en el programa nacional “se elige una cohorte” que hace posible calcular el alcance y precisar las variables contempladas al decidir la vacunación.

Cualquier médico puede indicar la vacunación, pero la proyección esperada es que lo hagan los ginecólogos y los pediatras, los profesionales que tienen más vínculos con las adolescentes de 12 años, que deberán firmar un consentimiento escrito sobre la implicancia de la vacunación y las responsabilidades sobre el cuidado de su cuerpo en materia de salud sexual y reproductiva.

“El consentimiento escrito significa un acto sanitario extremadamente trascendente en el que la niña-adolescente está en capacidad de comprender que no se trata de una vacuna contra el cáncer, sino que disminuye las posibilidades de infección y que cuando ella decida -si es que lo hace- comenzar su vida sexual, lo importante son los métodos de barrera y los controles periódicos con el PAP”, alegó el subsecretario.

Las tres dosis se otorgan en un período total de ocho meses. Las autoridades están analizando los mecanismos para que las adolescentes completen el ciclo, por ejemplo, mediante mensajes de texto. El MSP conformará grupos de farmacovigilancia que realizarán seguimiento a las adolescentes para conocer si concurrieron a las tres instancias y qué efectos adversos presentaron. “El efecto esperado lo vamos a ver en 20 o 30 años. Por eso hoy tenemos muchos interrogantes”, señaló Nozar.