Organizaciones afroumbandistas uruguayas denunciaron días atrás que desde la IURD se emiten mensajes de discriminación e incitación al odio hacia ellas, por lo que sostienen que no debe ser considerada una religión (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2013/1/ritos-en-pugna/). Pero la relación conflictiva entre afroumbandistas y neopentecostales no es nueva ni patrimonio nacional. De hecho, en Brasil, una situación que las tuvo como protagonistas llevó a que el gobierno definiera la celebración del Día Nacional de Combate a la Intolerancia Religiosa.
En octubre de 1999, Folha Universal -una publicación de la IURD- incluyó un artículo titulado “Macumberos charlatanes dañan el bolsillo y la vida de los clientes”, que estaba ilustrada con la foto de una mãe afroumbandista con una franja negra sobre sus ojos, para evitar que se la reconociera. Pero este recurso no tuvo demasiado éxito y la comunidad umbandista en Brasil inmediatamente reconoció que se trataba de Gildásia dos Santos, conocida en su religión como mãe Gilda, sacerdotisa de candomblé líder en su territorio, el barrio Itapuã en Salvador de Bahía. La foto utilizada por la IURD había sido extraída de un reportaje publicado en la revista Veja en 1992, en el que la mãe se mostraba vestida como sacerdotisa y con una ofrenda a sus pies.
En la nota que difundió la IURD se hablaba de que las religiones afroumbandistas promueven engaños, y tanto personas cercanas a la mãe como de su comunidad interpretaron que era ella la que había brindado esas informaciones a la publicación. Luego de varias agresiones sufridas por ella, su esposo y su templo, mãe Gilda murió el 21 de enero de 2000 de un infarto que según sus allegados fue causado por el disgusto y el creciente descrédito en su religión a partir de la publicación de la nota.
Lo jurídico y lo político
Luego de su muerte, la familia de la religiosa inició acciones legales contra la IURD por daños morales y uso indebido de la imagen. Según informó en su momento Koinonia, la organización que se hizo cargo de la defensa de la familia de mãe Gilda, casi cinco años después del inicio del proceso -en 2004-, la Justicia se expidió a su favor. El fallo obligaba a la IURD a publicar la sentencia en la portada de Folha Universal en dos ediciones consecutivas, y condenó a la iglesia a pagar a la familia 1.372.000 reales, un real por cada ejemplar del tiraje de la edición de 1999 en la que se publicó el artículo. Además, se dispuso que el caso pasara a la órbita penal.
La IURD apeló el fallo y el nuevo pronunciamiento de la Justicia de Bahía se emitió en junio de 2005, cuando el tribunal decidió por unanimidad mantener la anterior decisión, aunque redujo la indemnización a 960.000 reales. Tras la agitación religiosa que generó el caso en Bahía, la IURD no quedó satisfecha con el nuevo fallo y recurrió ante el Supremo Tribunal Federal, si bien este último juzgó de “improcedente” la solicitud de reconsiderar el fallo.
Otros tiempos
En el libro Religión, política y cultura en América Latina. Nuevas miradas, el sociólogo chileno Cristian Parker recopila varias ponencias presentadas en un evento académico realizado en Santiago y plantea que los vínculos entre religión y política no deben analizarse en forma directa sino mediante el complejo sistema de “mediaciones culturales”.
Además plantea que las variaciones del capitalismo global del siglo XXI han hecho que las religiones se diversifiquen y que ya no exista una relación directa entre elección religiosa y elección política, y que se haya roto la relación generada a partir de la Guerra Fría en la que los creyentes se vinculaban mayormente a posturas políticas conservadoras y los ateos se inclinaban sobre todo a posturas de izquierda. Parker plantea que el punto de inflexión para América Latina al respecto se puede establecer en 1966, cuando el cura Camilo Torres Restrepo muere peleando por la guerrilla colombiana, en el contexto de la Revolución Cubana.
Para analizar el panorama latinoamericano actual, el autor nombra los casos de Hugo Chávez en Venezuela, Fernando Lugo en Paraguay y Rafael Correa en Ecuador -quienes han manifestado con frecuencia su fe cristiana- y el de Dilma Rousseff en Brasil. En el caso de Rousseff, Parker indica que originalmente era una militante por causas como la del aborto, contrarias a las de muchas iglesias, pero en momentos de su campaña electoral cambió esa estrategia e incluso visitó varios templos cristianos y evangélicos. Otro de los casos planteados es el de Evo Morales, quien se enfrentó a la jerarquía de la Iglesia Católica para impulsar creencias indígenas.
Parker analiza aparte los casos de Michelle Bachelet en Chile y Cristina Fernández en Argentina, la primera agnóstica y la segunda católica, porque ambas impulsaron medidas “liberales” en materia de sexualidad y familia.
El sociólogo explica el crecimiento de los sectores evangélicos a partir de ciertas garantías legales orientadas a la libertad de culto en varios países, sumado a las labores comunitarias de estos sectores religiosos.
La decisión del máximo órgano de la Justicia brasileña hizo esperar a los implicados hasta el 16 de setiembre de 2008, cuando por unanimidad resolvió mantener el fallo, aunque volvió a establecer una reducción en la indemnización, a 145.250 reales.
A partir de este caso, el gobierno brasileño promulgó una ley en 2007 en la que se estableció que el 21 de enero, fecha en la que murió mãe Gilda, se celebraría el Día Nacional de Combate a la Intolerancia Religiosa, en el que año a año, distintas iglesias y organizaciones religiosas realizan actos y ceremonias de conmemoración, en busca de una convivencia pacífica entre los distintos ritos y creencias.
Causas pendientes
El periódico Folha de São Paulo publicó otro caso judicial vinculado a la religión, el de la muerte dudosa de un ex pastor de la IURD, tras presentar una denuncia en la Justicia sobre malversación de fondos de la iglesia. Según Folha, Waldir Abrão, director de la IURD de 1981 a 1986 y concejal de Río de Janeiro por tres legislaturas, presentó el 18 de noviembre de 2009 una denuncia ante un estudio de abogados sobre la falsificación de su firma para varias transacciones financieras irregulares de la iglesia.
Seis días después de presentado el escrito -primer paso para iniciar acciones legales-, Abrão fue encontrado muerto en su casa de Río de Janeiro con un golpe en la cabeza. El crimen nunca se aclaró.
El ex pastor denunciaba que la IURD lava el dinero de sus fieles mediante grupos de inversión en paraísos fiscales, concretamente las empresas Investholding y Cableinvest, en Islas Caimán.
No es lo que parece
Si bien las religiones de origen africano sentaron muchos rasgos de la cultura de Brasil, éstas no son mayoritarias, e incluso generan rechazo en parte de la población. En el último censo brasileño -de 2010-, se registraron 2.079 religiones diferentes en el país, pero son unas pocas las que concentran la mayor cantidad de fieles.
La religión católica, a la que pertenecía la abrumadora mayoría de los brasileños a mediados del siglo XX, pierde presencia y redujo su porcentaje de fieles de 73,6% de la población en 2000, a 64,6% en 2010. En el mismo lapso, la presencia de las religiones catalogadas como evangélicas -en las que entran los neopentecostales- pasó de 15,4% a 22,2%. Se constató en estas religiones un crecimiento explosivo desde 1980, cuando apenas tenían 6,6% de fieles en el total de la población. En el caso de las religiones afroumbandistas -principalmente la umbanda y el candomblé-, el porcentaje de fieles sobre los más de 122 millones de brasileños que arrojó el censo llegó apenas a 0,3% en 2010, mientras que la cantidad de personas que se consideraron sin religión fue de 8%.
Las religiones evangélicas son a su vez las más fervorosas. Según datos difundidos por el diario madrileño El País, 85% de los practicantes de esa fe acude regularmente a cultos, y 51% lee a diario la Biblia. La tendencia muestra que gran parte de sus fieles provienen del catolicismo (45%), que en promedio pierde un millón de fieles por año en manos de éstos. Además, éstos consideran que su religión debe tener fuertes lazos con la política, y eso se ve en el Parlamento brasileño.
Lazos de familia
Después de las últimas elecciones, la llamada “bancada evangelista” creció casi 50% hasta llegar a contar con 63 diputados y tres senadores, que además son pastores o integrantes de iglesias evangélicas. La bancada sólo es superada en número por las del Partido de los Trabajadores (PT) y del Partido de la Social Democracia Brasileña. De hecho, el propio PT ha establecido alianzas con sectores evangélicos para obtener triunfos electorales en algunos estados, y se habla de la importancia que tuvo ese sector de los votantes para el triunfo de Lula en las nacionales de 2006.
Otra muestra del peso que tienen las iglesias evangélicas en Brasil fue la decisión de la Cancillería de concederles pasaporte diplomático a seis de sus líderes religiosos que lo solicitaron. La expedición “excepcional” de este documento, a la que accedieron, está habilitada por la ley “a las personas que deban portarlo en función de los intereses del país”.
La Asociación Brasileña de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales pidió el jueves a la Cancillería que le concediera el mismo beneficio a 14 de sus integrantes “para que puedan realizar un trabajo de promoción y defensa de los derechos humanos” en los 75 países en los que se considera delito la homosexualidad. El presidente de la asociación, Tony Reis, dijo a Agência Estado que la concesión de esos pasaportes “no puede ser privilegio ni de una religión ni de un grupo”.