Las carnes uruguayas viven un momento históricamente bueno marcado por demanda y precios internacionales favorables. Sin embargo, la faena de bovinos disminuyó 2% en la segunda semana de noviembre, según datos del Instituto Nacional del Carnes (Inac). Además, las exportaciones de carne bovina fueron 4% menores en dólares y 2% menores en volumen -peso canal-, también respecto de la segunda semana de noviembre de 2012.

“El precio internacional [del bovino] sube, dada la oferta restringida, y cae el precio de la hacienda; ésa es una coyuntura extraña, que no tiene explicación”, expuso a la diaria el vicepresidente del Inac, Fernando Pérez. “En el exterior no hay nubarrones que indiquen dificultades, el mercado es firme, sostenido y demandante”, pero “no coincide con la situación local”, señaló. En esta oportunidad el conflicto de intereses fue favorecido por un clima propicio que generó un buen crecimiento de las pasturas y permitió a los productores retener el ganado en los establecimientos. En otras ocasiones ha sido la misma industria la que no faena, de forma de crear una mayor oferta. Ignacio Victorica, de Victorica Consignaciones, caracterizó la situación diciendo: “Cada uno maneja el negocio a su favor”.

Hay varios elementos que hacen que la capacidad de negociación de los productores sea más débil. Por un lado, “el universo de los productores es muy amplio y las necesidades son muy diferentes”. Por otro, los productores requieren ingresos permanentes de dinero y existe la modalidad escalonaria de la producción, una realidad que requiere la salida permanente de animales para seguir con el ciclo de producción. Sin embargo, Victorica destacó que la “buena primavera”, que generó disponibilidad de pasturas y forrajes posibilitó que “no exista una presión de venta”.

Mientras tanto, la industria “maneja sus números y la entrada de ganado al frigorífico según su necesidad; cuanto más barato sea comprar y más caro vender, en teoría es mejor”, dijo el consignatario. En el contexto actual, la balanza se inclinó por los productores. “Hace cuestión de dos semanas se sentía que había ganado gordo que por no estar conformes con el precio no se vendía, y la industria subió los precios”, informó.

Rehenes

Luis Muñoz, de la Federación de Obreros y Empleados de la Carne (Foyca), aportó la visión de los trabajadores de la industria. La “lucha interna” entre productores e industriales “deja de rehenes a los trabajadores”. Según comentó, en lo que va del año han sido entre 25% y 30% las horas de trabajo perdidas por la baja faena. Muñoz recordó que en 2009 los productores tuvieron que “malvender” el ganado y “ahora se lo están cobrando a la industria”.

Los trabajadores de los frigoríficos, unos 11.000 en total, acordaron mediante el sindicato la última prórroga del seguro de paro especial, firmada por el Parlamento el 1º de noviembre. El seguro de paro, con una duración especial de seis meses, fue concedido al sector dos años después de la severa sequía que vivió el país en 2008. En dicho momento el “no nacimiento de 400.000 cabezas de ganado” comprometió la faena de los próximos años, comentó Muñoz.

Si bien el dirigente destacó que actualmente “la industria está trabajando a pleno”, vaticinó que difícilmente se cumplan las etapas de recuperación previstas para el sector. Muñoz resaltó que a este ritmo no se llegarán a superar los dos millones de cabezas faenadas en 2012, lo que coincide con los datos del informe de Inac, que establece que a noviembre los bovinos faenados ascienden a algo más de 1,75 millones. Los trabajadores del sector esperan que en 2016 -con 2,4 millones de cebezas faenadas- se supere el déficit generado por la sequía y la actividad vuelva a la normalidad.

Perdemos todos

Pérez resaltó que si bien en la formación del precio del ganado hay un sentido “económico”, en ocasiones es “la expectativa” sobre el futuro lo que incide en su fijación, y en este contexto, producir menos o no faenar forma “un tapón” en la cadena de producción. El vicepresidente del Inac reconoció que este “debate” se reproduce en la propia junta directiva de la institución, en la que participan productores e industriales, y comentó que la controversia “no puede ser que genere problemas de crecimiento en el sector”.

Entre los argumentos que esgrimió la industria para fijar el precio, meses atrás, se invocó que el bovino en Uruguay se estaba pagando mejor que en Brasil; lo que además implica el “costo país”, detalló Victorica. Actualmente, el precio que se paga al productor está debajo del que se paga en Brasil, a pesar de que el precio de la tonelada de carne de exportación no varió, y el costo país “lo tenemos todos”, afirmó el consignatario.

La carne uruguaya “tiene muy buenos precios y se está vendiendo muy bien” en los mercados internacionales, aseguró Pérez. “El país necesita producir más, y tiene mercados”, afirmó.

Los precios del ganado, que varían semana a semana, se trasladan al mercado interno. Pérez recordó que recientemente hubo una rebaja en el precio de la carne. Para el Inac, mantener la “paridad” de precios entre el mercado interno y el externo fue una “lucha”, tras la cual “los mismos cortes tienen que valer lo mismo”, señaló. Pérez señaló que desde que China comenzó a demandar cortes que antes sólo eran demandados por el mercado local -aquellos más populares y baratos-, éstos empezaron a subir de precio.