Eliseo Verón, semiólogo argentino, escribió en 1983 su libro Construir el acontecimiento. Allí da cuenta de la existencia de un sistema de producción de las noticias, así como también de una estructura temporal en el discurso noticioso. “Los factores en juego en el funcionamiento de las comunicaciones masivas van más allá de la voluntad de los individuos que participan en su producción”, dice. Estudió en su obra un caso paradigmático: el tratamiento periodístico del accidente en la central nuclear de Three Mile Island. Para ello, propuso un esquema de análisis de discurso, diseñando un cuadro de doble entrada que pretendía identificar los elementos que participaban en la construcción del acontecimiento. Allí distingue entre acontecimiento, lo relativo a sus consecuencias y sus modos de procesamiento discursivo (discurso técnico y discurso no técnico).
El tratamiento periodístico del “caso Sofía” ocurrido la semana pasada presenta algunos elementos paradigmáticos para analizar en tanto construcción de discurso periodístico.
No se conoce la génesis de la expansión de la información pero sí se sabe que tuvo difusión en Twitter y Facebook. Varios periodistas deportivos replicaron en sus cuentas personales un mensaje el miércoles 20 de noviembre con el siguiente texto acompañado de una foto: “Esta chica es Sofía Bueno. Desapareció hoy. La familia está desesperada”. Familiares y amigos de Sofía habían comenzado a difundir ese mensaje por las redes sociales y ya a la noche muchos periodistas lo habían retuiteado. Más tarde, en el informativo central, se dio cuenta de un perfil de la “muchacha”: estudiante de 27 años, prima del ex futbolista de Nacional, Gonzalo Bueno, y hermana del jugador de Wanderers, Gastón Bueno. También se dijo que salió de la Universidad Católica en Montevideo, que hizo tres llamadas y que no fue a su trabajo. En algunos medios se agregó que pertenecía a “una familia de bien” y además que se podría tratar de un secuestro.
La elección del léxico nunca es irrelevante en la construcción de un acontecimiento, acota Verón. “Averiguación de paradero” no es “desaparición”, aclararán voceros del Ministerio del Interior -que ya trabajaba en el asunto-, que tempranamente advertían que no se habían encontrado indicios de que se tratara de un secuestro. En tanto, el hecho no ocurrió. No hubo entonces desaparición. El insumo del periodismo es el hecho constatable y veraz, y su comunicación con responsabilidad. Pero si no sucedió una desaparición, ¿qué fue lo que sucedió? ¿Qué hay allí para analizar en cuanto construcción de un acontecimiento?
Las redes sociales son medios de comunicación; sin embargo, lo que se publica en ellas no es siempre producto del ejercicio periodístico. El mensaje de una familia nerviosa y angustiada por no dar con la persona con la cual no ha tenido contacto durante algunas horas es real. Ese hecho es. El ejercicio del periodismo requiere de métodos y procedimientos, y arrogarse el desconocimiento de ello sería jactarse de cierta ignorancia inverosímil, irresponsable. Existe algo peligroso en construir acontecimientos en base a suposiciones y mucho más si ellas afectan la sensibilidad de la población involucrando un tema tan trillado como polémico: la “seguridad de las personas”. Basta con observar algunos de los discursos de campaña política, ya en la vía pública y a la vista de todos, que mencionan esta cuestión.
Sobre la profesión se dice que la mentira no podrá ser la materia prima de un relato, ni la construcción de un hecho falso debería comunicarse como información. La “muchacha” -que es una mujer- no desapareció. Habló con su familia, habló ante la Justicia y dijo haber decidido ausentarse de su casa.
Hubo algo de absurdo y obsceno en el tratamiento de la información sobre esta situación. La familia angustiada hizo lo que consideró pertinente: difundió un mensaje ante la desesperación. Los medios de comunicación, los periodistas que trabajaron en el asunto utilizaron un léxico técnico para narrar lo no técnico, de acuerdo al planteo de Verón.
Podría devenir en oportunidad para la buena salud de nuestro ejercicio profesional dar cuenta de esta imprecisión en los relatos difundidos. Con el diario del lunes se resignifica el pasado. Equivocación o mentira son dos conceptos que devienen de acciones distintas.
Parecen advertirse, por estos tiempos, construcciones de fantasmas más preocupantes que los de una marca de ropa deportiva.