En 2012, en promedio, la desocupación fue de 6,1% de la Población Económicamente Activa (PEA), prácticamente igual que en 2011. Si miramos el dato de cierre del año, la proporción de personas activas que no encontró trabajo fue de 5,5%, muy cerca del mínimo histórico de 5,3%. Más allá de estos datos sobre desempleo abierto, que hablan del dinamismo del mercado laboral como consecuencia del crecimiento del nivel de actividad económica, las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el jueves muestran que, además de una baja tasa de desempleo, se ha consolidado un proceso de formalización de los trabajadores. Este proceso determinó que 71% de los trabajadores ocupados no tuvo durante 2012 ningún tipo de restricción en su ocupación. Otro dato que habla de la “calidad” del empleo es que en el promedio del año los trabajadores subempleados -aquellos que trabajan menos de 40 horas semanales pero desean trabajar más horas y están disponibles para hacerlo- fueron el 2,4% de la PEA.

Específicamente, las personas no registradas en la seguridad social (en negro) fueron 21,8% de la PEA, mientras que el porcentaje de personas que busca empleo y se encuentra en la doble condición de ser subempleado y no estar registrado en la seguridad social alcanzó 4,7% del total.

Más allá de la relevancia del crecimiento del empleo y la caída del desempleo acontecida en los últimos años, es posible ejercer una mirada a la evolución de la “calidad” de los empleos generados. De acuerdo al documento de trabajo del Instituto de Economía (Iecon) de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración “El mercado laboral uruguayo en la última década”, de la economista Ivone Perazzo, el porcentaje de trabajadores sin protección social se redujo 5,4 puntos porcentuales (de 36% a 30,6%) entre 2001 y 2010. Desde ese momento, de acuerdo a cifras del INE, la categoría de trabajadores no registrados cayó aún más, y se situó, como se dijo, en 21,8% en el promedio de 2012.

Pegada con efecto

La caída en el número de personas no cubiertas por la seguridad social se aceleró a partir de 2005, en coincidencia con dos hechos. En primer lugar, la aceleración del crecimiento y, en segundo lugar, un control más fuerte a las empresas por parte de organismos como el Banco de Previsión Social y la Dirección General Impositiva. De acuerdo al trabajo de la economista del Iecon, “la reducción del no registro a partir de allí podría ser un indicador de la efectividad de las políticas implementadas, acompañadas por un fuerte crecimiento económico”. Sin embargo, se destaca que “el porcentaje de personas sin protección social continúa siendo elevado”.

La investigación del Iecon señala que el no registro en la seguridad social resulta particularmente sensible “porque implica situaciones de desventaja en el presente”, en referencia a las prestaciones activas a los trabajadores, y también futuras, en tanto los trabajadores no generan derechos para acceder a las prestaciones pasivas.

La Organización Internacional del Trabajo sostiene que dado que estos trabajadores no se encuentran reconocidos ni protegidos “en los marcos jurídicos y reglamentarios, se sitúan en un alto nivel de vulnerabilidad”. Entonces, aportar o no aportar a la seguridad social determina también una baja ubicación de estos trabajadores en la escala de ingresos personales.

Otros problemas

Mientras tanto, los subempleados no registrados han tenido, de acuerdo a las cifras del INE, una reducción bastante menor: pasaron de 4,8% para el promedio de 2011 a 4,7% en 2012. Los subempleados registrados en seguridad social prácticamente no se redujeron en los últimos años. En 2010 fueron 2,5% de la PEA y se mantuvo en 2,4% en 2011 y 2012.

Otro dato reciente a destacar es la constancia de la duración media del desempleo, que se mantuvo en siete semanas, al igual que en el promedio de 2011. Por su parte, en 2012, 54,2% de los desocupados no ponía condiciones para tomar un empleo, un guarismo apenas menor al de 2011, cuando esta cifra era 55%. Otros datos de interés arrojados por la Encuesta Continua de Hogares es que 22,8% de los desempleados en 2012 buscaba un empleo acorde a sus conocimientos o experiencia, mientras que 7,1% buscaba una jornada de trabajo con baja carga horaria y 4,6% ponía como condición “el lugar de trabajo”. A su vez, 3,8% puso durante 2012 “condiciones salariales” para tomar el trabajo y 3% solicitó un horario flexible.