Desde el lunes 27 de agosto de 2012 el diario UNoticias dejó de encontrarse en los kioscos y sus contenidos solamente pueden ser vistos en la página web. La medida significó que 64 personas dejaran de trabajar y fueran despedidas o enviadas al seguro de paro, lo que generó que muchas de ellas vieran con incertidumbre su futuro laboral, sobre todo las de mayor edad. Fue entonces que comenzó a correr el rumor de que los ex trabajadores podrían formar una cooperativa y sacar una publicación. En aquel momento para algunos era una locura y para otros una oportunidad laboral, además de quienes consideraban a la cooperativa como una forma distinta de organización.

En la negociación con la empresa Polo -dueña de UNoticias- se incluyó entre las cláusulas del acuerdo que se financiaría la impresión de los tres primeros meses de una eventual publicación cooperativa y que en los seis meses restantes únicamente se cobraría el costo del papel. La intervención de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) fue clave para que los ex funcionarios hayan formado la cooperativa y estén a punto de concretar aquella idea que comenzó siendo un rumor. 7n estará en la calle desde el 3 de abril y contará con 32 páginas, en las que, según sus responsables, “va a estar todo y no faltará nada”.

En diálogo con la diaria, Carlos Carrica, Miguel Flores, Jorge Echeverriaga, Marcelo Bonjour, Daniel Pereira y Luis Morales, integrantes de la cooperativa Desafío en Comunicación, señalaron que desde que estaban ocupando el edificio de UNoticias comenzaron a manejar posibles contenidos para el semanario, que intenta responder a las sugerencias de los potenciales lectores. La primera edición contará con un tiraje de 5.000 ejemplares y con dos separatas, una referida a la recuperación de la empresa sanducera Paylana por medio de la conformación de una cooperativa de trabajadores, y otra en la que podrán leerse las Instrucciones del año XIII. Además, una sección de la publicación estará destinada fuertemente al deporte y la otra a temas de política y sociedad.

Algo diferente

7n busca ser una propuesta distinta a la de los otros semanarios y sus trabajadores saben de entrada que no pueden competir con los que hay en plaza, principalmente porque cuentan con pocos recursos y deberán afianzarse en el mercado. Además, la publicación “no estará atrás de las noticias” y se dedicará fundamentalmente al análisis y a brindar miradas que no se encuentren en otros medios de comunicación. Al respecto, Carrica señaló: “Antes se nos pedía cubrir una noticia con escasa producción; ahora tenemos todas las ventajas de producirla durante la semana para que el producto sea distinto a la mera noticia”.

Otro de los elementos que hacen distinto al semanario es su propiedad y forma de gestión colectivas. Para el proceso de cooperativización los trabajadores consultaron otras experiencias similares para evitar cometer errores y prever problemas de antemano. De los 64 que no continuaron su vínculo con UNoticias se cooperativizaron 17, entre los que hay periodistas, diagramadores, correctores y fotógrafos. Además de ser quienes impulsaron la salida del semanario, proyectan otros emprendimientos empresariales a mediano y largo plazo, como la conformación de una imprenta y la venta de servicios de comunicación. En palabras de Flores: “Tenemos montada una redacción y si vos querés sacar una publicación nosotros te armamos todo el boniato y te cobramos. Si no, es imposible sobrevivir”.

Todo cambia

Además de cuestiones concretas, como responder ante la rotura de los equipos y no contar con un patrón a quién reclamarle, la cooperativización también significó cambios en la concepción de las labores de cada uno. Los cooperativistas comentaron que les costó “cambiar el chip” porque llevaban toda una vida respondiendo a un patrón, y señalaron que como sociedad estamos educados para ello. Por ejemplo, cuando aún no tenían local algún compañero llegó a ofrecer una pieza de su casa para que funcionara la publicación, hasta que APU les cedió uno de los salones de su sede.

Luego vino el momento de conseguir el equipamiento, y pese a que APU facilitó la conexión a internet y los teléfonos, quedaban aspectos locativos por resolver. Los trabajadores se vieron enfrentados a la falta de una mesa para ubicar las computadoras. Entonces se reunieron, fueron a una ferretería, compraron tablas, las cortaron y pegaron, y consiguieron caballetes para formarlas. Con ese ejemplo resumen lo que implica la responsabilidad, pero también destacaron la libertad profesional que supone dejar de depender de un editor que diga lo que va y lo que no, y de quién se habla bien o mal. Para evitar ser vinculados a algún sector político, nombraron a tres editores que son responsables de los contenidos.

A la hora de visualizar el proceso de cooperativización, los funcionarios recordaron las decenas de reuniones realizadas y que, por momentos, fue “cansador”. Según dijeron, se hizo difícil porque al principio todos querían imponer su punto de vista y “uniformizar lo que es heterogéneo”. Uno de los debes es la poca gente joven que integra la cooperativa, pero ellos estiman que con el tiempo se irán incorporando.