Una hora más tarde de lo previsto, varias organizaciones de la sociedad civil lanzaron anoche, en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar), la “campaña ciudadana en defensa de los servicios de aborto legal y seguro”, que llama a no participar en la jornada del domingo 23 (denominada, de acuerdo con los criterios de la Corte Electoral, de “adhesión a la interposición del recurso de referéndum”), en la que se conocerá si se alcanza el respaldo del 25% del padrón electoral necesario para la consulta popular. Si en esa instancia no se logra el mínimo requerido habrá una segunda oportunidad 60 días después; si se fracasa nuevamente, la norma quedará firme.

Un puñado de actores representando papeletas de un “No”, en este caso un “No votes”, fue el encargado de hacer saber que el acto había comenzado, aun cuando no estaban sobre el estrado los conductores, los actores Jorge Temponi y Gabriela Iribarren. Las papeletas humanas incluían consignas como “Son tus derechos conquistados, hacelos valer”; “Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos”; “No se plebiscita, defendé la ley”; “Mi cuerpo no se plebiscita”, y “No soy una papeleta, defendé la ley”, entre otras.

Sobre esas líneas se manejaron, palabras más palabras menos, las adhesiones leídas y las intervenciones de cada uno de los representantes de las organizaciones convocantes: Federación Uruguaya de la Salud (FUS), Departamento de Género, Equidad y Diversidad del PIT-CNT, Mujer y Salud en Uruguay (MYSU), Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay (FEUU), Mujer Ahora, Cotidiano Mujer, Red Nacional de Mujeres Afro, Unión Trans del Uruguay (Utru), Red Nacional de Personas Trans, CNS Mujeres, Mujeres de Negro, Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), Crysol, Ovejas Negras, Asociación Latinoamericana de Medicina Social (Alames), Instituto de Formación Sexológica Integral (Sexur), Federación de Trabajadores de la Industria Láctea, Red de Teatro del Oprimido y la Sociedad Uruguaya de Actores, entre otras organizaciones y colectivos, muchos de ellos de diferentes departamentos del territorio nacional.

Una y otra vez

En el lanzamiento, al que asistieron, entre otros, Mónica Xavier, Constanza Moreira, Yerú Pardiñas, Fernando Amado, Juan Castillo y la directora de Inmujeres, Beatriz Ramírez, se exhibió el spot que estará en la televisión y en las redes sociales.

El movimiento final tuvo una ola de intervenciones en las que se reiteraron y refrescaron algunos de los ítems fundamentales de los diferentes procesos de reivindicación de la interrupción voluntaria del embarazo. Alma Fernández, del PIT-CNT, subrayó que “aunque se peleó por una ley que no era ésta, no vamos a aceptar que nos recorten los derechos a la salud”. Por esos “recortes de derechos” y “no por no ser democráticos” es que se convoca a no votar, apuntó Leda Ballesteros, de la FUS. Para Lilián Abracinskas, de MYSU, “derogar esta ley sería volver atrás. Sería volver a lo oscuro del circuito clandestino”, lo mismo que destacó Camila Csery, de la FEUU: “Que no quede en el destino del lucro médico”, exclamó.

Federico Graña, de Ovejas Negras, recordó: “Junto a las feministas en estos últimos años hemos estado construyendo una sociedad más democrática, más justa y diversa”, en contraste con “15 señores que aparecen convocando un referéndum y ni siquiera pusieron una mujer para quedar bien en la foto”, tal como enfatizó Garrido, ganándose los aplausos. “No nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer. Acá no hay cura que valga. Los curas a las iglesias”, dijo, denunciando que “están distribuyendo fetos de plástico en el Seminario y en [otros] colegios católicos”.

La reivindicación de “decidir sobre el cuerpo” fue también un aspecto sobre el que se insistió. Lo hicieron Collette Richard, de Utru, y Myriam Tardugno, del Colectivo 21 de Setiembre. Adriana Vaselli, de Serpaj, se valió de palabras de Perico Pérez Aguirre, en reclamo de “una ética que pretenda ser para todos y no sólo para un grupo”.

Cuando ya se había cerrado la instancia, hubo un bonus track. Nita Samunisky, de Mujer Ahora, pidió que encendieran nuevamente el micrófono para lanzar la interrogante: “Si la interrupción del embarazo fuese un acto médico como la cesárea, ¿cuántos médicos con objeción de conciencia quedarían?”.