Policromático y humano, al borde de ser exclusivamente infantil, un molinete de cinco aspas giró varios minutos ayer de tarde en la plaza Independencia. Unos 150 niños que de un modo u otro participan en el programa Proniño de Fundación Telefónica se manifestaron en el marco del día mundial contra el trabajo infantil. “Yo quiero un mundo sin trabajo infantil”, decían las camisetas de colores naranja, rojo, amarillo, azul y verde que los niños y los voluntarios de la fundación llevaron para diferenciar cada una de las aspas. “Hoy nos divertimos mucho. Los niños tienen que hacer esto: divertirse, no trabajar”, exclamó Magela, de 11 años, apenas terminada la coreografía que desde el Palacio Salvo filmaban y fotografiaban. Hubo molinete, hubo círculos también giratorios, y hubo festejo al final. “La idea es sensibilizar en base al símbolo que ha adoptado la Organización Internacional del Trabajo [OIT] contra el trabajo infantil; un molinete con aspas de colores que representan a los cinco continentes”, explicó a la diaria el director de Fundación Telefónica, José Pedro Derrégibus.

El molinete lo hicieron niños de Piedras Blancas, Canelones, algunos del liceo Jubilar, pero en su mayoría alumnos del Instituto Secular Hijas de la Natividad de María, más conocido como el colegio Obra Banneux. Portaban también pancartas que informaban, por ejemplo, que “en promedio, los niños, niñas y adolescentes de nuestro país trabajan 17 horas semanales”, que “tienen mayores dificultades en su trayectoria educativa”, y que “la recolección y clasificación de residuos es considerada una de las peores formas de trabajo infantil”.

Que canten

Hablar del tema con los niños no es sencillo, pero se puede. Basta con agacharse, explicarles quién es uno y para qué se los consulta, y ellos enseguida acceden. Lo que ocurre es que apenas ven el grabador unos hablan por encima de otros, muy pocos dan el nombre y la edad, y por más que se les pida que se turnen para opinar, lo hacen de a dos, de a tres o de a diez. “Los niños son muy chicos. Tienen que estudiar e ir a la escuela”, señaló Daisy, que es de de la zona del Cerrito de la Victoria. Cree que “estuvo muy buena la coreografía”, para la que ensayó durante tres días con sus compañeros de camiseta amarilla. Conoce a “muchos niños que trabajan”, añadió.

En la escuela hablan “de los derechos del niño y todas esas cosas”, apuntó una de sus compañeras.

Jazmín, por su parte, enfatizó que “los niños tienen que disfrutar la infancia; no tienen que trabajar”, algo que también hizo Nathaniel, de 11 años, que está en sexto año de escuela. “Para mí que los niños no tienen que trabajar. Para trabajar hay que ser mayor. Hay que terminar el ciclo escolar y el liceo”. También ve niños trabajar, especialmente en la recolección de residuos, explicó. “Nos los veo contentos; los veo tristes”, subrayó.

Así o asá

Según comentó Derrégibus, la Fundación Telefónica implementa programas contra el trabajo infantil desde hace 12 años. Éstos han enfocado “las inversiones especialmente en el punto de vista educativo. Entendemos que ésa es la herramienta fundamental con la cual tenemos que lograr que los niños no trabajen, sino que asistan a clase, para no hipotecar su futuro ni tener un ingreso temprano a la actividad laboral”.

Actualmente intervienen en los programas 9.000 niños en Montevideo, Maldonado, Paysandú, Rivera y Treinta y Tres, que acceden a ellos por medio de organizaciones no gubernamentales, afirmó.