Por cuarta vez en la historia de la Cámara de Representantes, ese cuerpo sesionó fuera del Palacio Legislativo, en sesión solemne por los 250 años de la fundación de la ciudad de San Carlos, Maldonado. Anteriormente había mudado esa instancia en el 2000, cuando se realizó un homenaje en la ciudad de Canelones por los 150 años del fallecimiento de José Artigas, en 2003, en el teatro Macció de San José, a propósito de la conmemoración de un nuevo aniversario del fin de la Guerra Grande, y la tercera ocasión fue en 2011, cuando el cuerpo se trasladó a la ciudad de Mercedes en el marco de los festejos del Bicentenario. Esta vez, a instancias de su presidente, el diputado colorado por Maldonado, Germán Cardoso, la sesión de carácter solemne se realizó en el Centro Deportivo Municipal Carolino de la ciudad de San Carlos.

Desde antes de la hora fijada para el comienzo de la sesión, un amplio dispositivo de seguridad impedía acercarse a los automóviles a la zona del evento, por lo cual todo aquel que se trasladara en vehículo debía hacer una vuelta larga para llegar, motivo por el cual muchos asistentes se retrasaron y atrasaron la hora del inicio de la actividad. En el interior del gimnasio las gradas lucían repletas de vecinos, mientras que en el sector correspondiente a los diputados se notaban sillas vacías. Además de los representantes nacionales se encontraban otras figuras de la política local y nacional, como el alcalde de San Carlos, Gregorio Quintana, la ministra de Turismo y Deporte, Liliam Kechichian, el intendente de Maldonado, Óscar de los Santos, el diputado nacionalista Carmelo Vidalín y personalidades diplomáticas de Alemania, Brasil 
y China.

Afuera del recinto una pantalla gigante transmitía lo que sucedía adentro, pero pocas personas le prestaban atención. En el predio del Centro Deportivo, los adultos disfrutaban del sol, mientras los niños les sacaban jugo a las hamacas y subibajas. En la calle convivían los vecinos que esperaban en la vereda que sucediera algo, un grupo de boyscouts, los vendedores de choripanes, panchos, tortas y refrescos, quienes destacaban que a esa altura de la mañana ya hubieran vendido casi todo, y trabajadores de la enseñanza y el transporte manifestándose. Entre estos últimos estaban los trabajadores de la compañía local de transporte Codesa, reclamando políticas de Estado que aseguren estabilidad laboral y respeto a los convenios firmados, vecinos con una pancarta que afirmaba que “el Frente Amplio y el alcalde de San Carlos son corruptos y dictadores, y cesa a funcionarios por la libre expresión”, una delegación de Ademu con bombo y megáfono reclamando mejoras salariales mientras criticaban el costo del Parlamento y el gasto en prensa y celulares de los legisladores, y trabajadores de Fenapes, específicamente del Liceo N° 1 de San Carlos, expresando su preocupación por su relación con la directora de ese centro. Uno de los docentes, Damián Mozzo, explicó que desde 2011, fecha en que asumió la dirección del liceo Rosita Navarro, los trabajadores vienen sufriendo acoso moral y laboral de parte de la directora y consecuencias por el uso abusivo de sus funciones, por lo cual el 22 de mayo resolvieron denunciar la situación ante el Consejo de Educación Secundaria, que desarrolla una investigación administrativa.

¡Adentro!

En el interior del gimnasio, finalmente, comenzó la sesión. El presidente de la cámara, Germán Cardoso, le dio la palabra al diputado oriundo de San Carlos, el frenteamplista Pablo Pérez, quien visiblemente emocionado realizó una semblanza histórica de los inicios de la ciudad, resaltando que se trató de los primeros pueblos de tierra adentro que no se hicieron en relación con el mar o el río. Destacó el hecho de que eventos como el de ayer “construyen ciudadanía” y defendió las particularidades del habla de los carolinos y carolinas. Los diputados por Maldonado Nelson Rodríguez (PN), el propio Cardoso y el independiente Iván Posada reflexionaron de manera similar sobre el carácter rebelde de la ciudad de San Carlos, su relación con Maldonado y la importancia estratégica de su ubicación en un futuro de desarrollo y crecimiento socioeconómico de la región. Uno de los discursos más celebrados fue el del diputado local Darío Pérez, quien afirmó que los habitantes de San Carlos “pasamos la primera mitad del siglo XIX peleando, cómo no vamos a ser peleadores. Somos rebeldes y nos enorgullecemos de ese amor por la autonomía”.

Al terminar la oratoria, y en medio de una salida un tanto caótica, Cardoso, el intendente De los Santos y el alcalde Quintana descubrieron una placa que grababa la histórica sesión en la pared externa del local. Posteriormente se dirigieron a la calle, donde se llevaría a cabo un desfile militar y de asociaciones patrióticas. Los manifestantes comenzaron a entonar cánticos relativos a los sueldos de los diputados y a la situación de la enseñanza. Cuando los legisladores llegaron a la vereda, los cánticos aumentaron en intensidad, y más de un representante se mostró visiblemente incómodo ante la situación. Los manifestantes aclaraban al pueblo de San Carlos a través del megáfono que la protesta no era contra ellos sino “por una educación digna” y le deseaban feliz cumpleaños a la ciudad. La calle fue poblada por bandas militares y por una enorme cantidad de caballos de asociaciones tradicionales de diferentes puntos del país. Debido a lo largo del desfile y a los cánticos que no cesaban, muchos diputados se fueron retirando nuevamente al predio del Centro Deportivo, a fumar, charlar con colegas o reencontrarse con amigos locales, permaneciendo hacia el final el intendente De los Santos y un puñado de legisladores, como los nacionalistas Pablo Abdala o Álvaro Delgado y el propio Cardoso, a quien una mujer desde el sector de los manifestantes le gritaba “te queremos acá, Germán”.

De pronto alguien miró al cielo y en pocos segundos fueron muchos. Un avión militar había depositado en el aire a varios paracaidistas, que según anunció el presentador caerían en breves instantes en la pista de atletismo, a donde todos se dirigieron. El desfile terminó abruptamente, los manifestantes quedaron solos, aunque seguían haciendo sonar el bombo con el que unas adolescentes bailaban, mientras vecinos, políticos y periodistas esperaban que de un momento a otro, algo cayera del cielo.