Después de la crisis institucional que vivió la institución en la pasada elección de su decanato (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/10/cuidados-paliativos/) que se saldó con la selección de Mercedes Pérez a fin de año, éste es el primer conflicto que afronta el servicio. La ocupación es llevada adelante por un grupo de estudiantes de Auxiliar de enfermería, regidos por la Ordenanza 930 del Ministerio de Salud Pública (MSP).

La Escuela Scoseria perteneció al MSP hasta 2006, cuando pasó a la recién creada Facultad de Enfermería, aunque según dijo a la diaria Daniel Ríos, vocero del grupo de estudiantes, la ordenanza nunca fue reglamentada en la Universidad de la República (Udelar). Por este motivo, los estudiantes entienden que la escuela funciona únicamente porque cuenta con un edificio asignado, que las autoridades de la facultad planean cerrar a fin de mes.

Los estudiantes pretenden que en esta Rendición de Cuentas el gobierno derogue el artículo que traspasó a la Escuela Scoseria del MSP a la Udelar, y que además aprueben su traslado a la UTU. Según explicó Ríos, cuentan con el apoyo tanto de la UTU como de los legisladores Lucía Topolansky (MPP) y Carlos Gamou (CAP-L). Consultado por la diaria, Gamou confirmó que recibió el planteo, pero dijo que con el edificio ocupado prefiere no hacer declaraciones sobre el tema.

También la gratuidad

Otra de las reivindicaciones de los estudiantes es que la escuela deje de cobrar por la realización de algunos cursos que antes eran gratuitos en el servicio, como los de Registros médicos, Auxiliar de farmacia, Ascensorista, Telefonista, Auxiliar de servicio, Vacunación, y CTI de adulto y pediátrico. Además del de Auxiliar de enfermería, los cursos gratuitos que se ofrecen son el de la carrera escalonada -que comprende la formación en dos etapas-, y del Plan 1993.

Además, se quejan también de un "vaciamiento", que ilustran con la no renovación de los contratos de seis docentes, que pretenden sean reintegrados a sus funciones. En esa línea, solicitan a las autoridades que garanticen la continuidad de los cursos si el local es cerrado. Según explicó Ríos, los estudiantes mantendrán las medidas hasta que se vayan cumpliendo algunas de sus reivindicaciones. Además, se encontraban en conversaciones con miembros de la Asociación de Docentes de la Udelar en la Facultad de Enfermería, para que los cursos continúen pese a la ocupación. Sí se suspenderán los exámenes, porque la Bedelía del servicio está cerrada.

Desde lo institucional

En diálogo con la diaria, la decana Pérez explicó que el Consejo de Facultad resolvió la creación de un grupo de trabajo para aclarar la información sobre algunos de los reclamos y para tratar de llegar a posturas comunes en otros. En el caso del pasaje de la escuela a UTU, Pérez señaló que es algo que ya se había considerado en 2006, pero que a pedido de la propia facultad se optó por centralizar la formación de enfermeros y auxiliares de enfermería en un mismo centro educativo. De todas formas, evaluó que la resolución del tema no depende de la facultad sino del Parlamento, porque se trata de una ley. Desde la Facultad de Enfermería no se han iniciado contactos institucionales sobre el tema.

Acerca de la falta de una ordenanza, la decana admitió que esa situación no pudo resolverse en 2006 ni en años posteriores, pero que en este momento no considera adecuado crear un nuevo servicio con una institucionalidad rígida, porque entiende que eso va en contra de las políticas centrales de la Udelar, que impulsan el funcionamiento de programas antes que la creación de institucionalidades. De todas formas, aclaró que ello no implica un “vaciamiento del servicio”, y explicó que el cierre del local en el que funciona actualmente la escuela se debe a factores edilicios y no académicos ni políticos. En esa línea, señaló que para 2015 la Udelar prevé la construcción de un nuevo local, y que mientras tanto los cursos se realizarán en el Hospital de Clínicas y en una sala de Cinemateca de Pocitos.

Acerca del cobro de cursos, la decana explicó que con el traspaso de la escuela a la Udelar, únicamente el de Vacunación quedó en manos de la Facultad de Enfermería y que los demás pasaron a la órbita de la Facultad de Química y la Escuela de Tecnologías Médicas. Acerca del de Vacunación, Pérez reconoció que es un curso pago, pero entendió que el precio es “simbólico” y que además cuenta con un sistema de becas para facilitar el acceso. En el caso de los docentes que no fueron recontratados, Pérez señaló que se trató de un grupo de profesores de la facultad que no pudieron conservar sus cargos por una reestructura interna, en la que fueron superados en llamados abiertos. De todas formas, en el marco del conflicto del año pasado se negoció para que fueran recontratados a término con fondos extra presupuestales. Los contratos ya vencieron y el servicio no cuenta con dinero para volver a recontratarlos, lo que no afectará el desarrollo de los cursos, según aseguró.

Consultada acerca del clima político dentro de la institución ante este nuevo conflicto, la decana consideró que desde que asumió su cargo, a principios de año, la situación mejoró “considerablemente”. Si bien siguen existiendo diferencias, el clima institucional hace que se den en un ambiente en el que se pueda construir, según explicó.