“El egreso creció en términos reales, porque estudian más, pero egresan muchos más”, comentó a la diaria el prorrector de Enseñanza de la Udelar, Luis Calegari, para quien “no es fácil echarle la culpa a un motivo”. “Son muchos los imponderables, por lo que es muy difícil decir cuál o cuáles están pesando más”, señaló, admitiendo que no existen trabajos con resultados cuantitativos y cualitativos. “Sí hay una gran reflexión y una gran discusión sobre estas cuestiones, que ha llevado a los servicios a ir tomando medidas sobre hechos que se van conociendo”, apuntó. Cree que expresar las razones “en números es tremendamente difícil”, pues es necesario ver también “la influencia que está teniendo un país que empieza a trabajar, a funcionar. Cuando no funciona hay un desestímulo para el estudio, y cuando funciona, es un estímulo”.

Pero hay razones igual

El rector de la Udelar, Rodrigo Arocena, publicó en su blog institucional un promedio trienal desde la recuperación democrática hasta la actualidad, que desnuda el ascenso que en cada uno de esos períodos fue teniendo el egreso. En 1991 “por primera vez en su historia la Udelar tuvo más de 4.000 egresos de grado”, número que se volvió a superar diez años después, según narra Arocena. “En 2007 supera los 4.500, y sigue creciendo después. En 2011 el total de egresos de estudiantes de grado alcanzó a 5.385; y en 2012 la cifra preliminar es de 6.315. No será fácil sobrepasarla, ni siquiera equipararla. Habrá que multiplicar los esfuerzos que han hecho posible estos logros y atacar algunos problemas pendientes”, comenta en su blog.

Los “esfuerzos” a los que hace referencia Arocena tienen relación fundamentalmente con los que Calegari define como “los tres grandes pilares” de las políticas de la Udelar, y que desde ésta se entiende que son los factores que más han colaborado a llegar al actual nivel de egreso. El prorrector aclaró a la diaria que en éstos no están incluidos los títulos intermedios. “Es decir, que las personas con título universitario son más todavía”, subrayó.

Éstos son

El Programa de Respaldo al Aprendizaje es uno de los “tres grandes pilares”. Está enfocado en la orientación y el apoyo a los estudiantes, en “promover el acceso a la Universidad, retenerlos y hacer que culminen sus estudios” mediante “actividades específicas de apoyo”, principalmente “en algunas de las facultades que tienen un rezago más importante”, explicó Calegari. Arocena destacó que “las actividades de respaldo al aprendizaje empiezan ya antes de que los estudiantes ingresen a la Universidad, e incluyen en un lugar fundamental a las tutorías de estudiantes a cargo de sus compañeros de años más avanzados”.

Otro de los pilares es el de las variantes que ha tenido la ordenanza de estudios de grado y la revisión de los planes de estudio. El rector sostiene que “ante todo, hay que completar la modernización de todos” estos planes, “con especial atención a los factores que alargan innecesariamente las carreras”. Sobre este punto, Calegari señaló que en ocasiones “hay sistemas de previaturas o exigencias que en los papeles son una cosa, pero en la realidad se traducen en algo totalmente distinto”. Esto “también es necesario ponerlo sobre la mesa y corregirlo”. Citó como ejemplos “sistemas de previaturas que exigen a un estudiante que para poder seguir el segundo semestre deba tener aprobado todo el primero”. “Entendemos que son sistemas de previaturas que no tienen una razón de ser desde el punto de vista educativo; se están revisando con los planes de estudio”, afirmó.

También sobre las revisiones, indicó que “de alguna manera se están considerando las trayectorias estudiantiles, en un marco de mayor flexibilidad y articulación entre carreras con distintos procesos de formación. A esta altura, eso también puede estar ayudando a estimular el egreso”.

El tercer pilar “es el de algunas acciones que han tomado algunos servicios que tenían una rémora importante, como Ciencias Sociales y Humanidades, que han hecho estudios y están tomando medidas sobre todo con lo que tiene que ver con la monografía final, apuntando a que los estudiantes puedan terminar la carrera”.

Acreditar lo ‘del palo’

Incluso se “intenta evaluar mejor” la situación de estudiantes que a mitad o ya sobre el fin de la carrera se insertan en el mercado laboral. Eso “tiene que ver con los conceptos de abandono real, y además en lo que significa para las personas y para la sociedad”. “En este momento, con el gran desarrollo de las políticas sociales en el país, los estudiantes avanzados de Ciencias Sociales y Humanidades han sido captados como en una leva”, opinó el prorrector entre sonrisas. “Eso hace que se demore el egreso en algunas carreras, cuando son personas que están trabajando plenamente por su propia formación, y en algunos casos terminan no egresando”. Dicho escenario “lleva a plantearnos que hay que buscar formas de reconocer ese trabajo pre profesional en la propia carrera, como parte de la formación”. “Una manera de facilitar el egreso es transformar eso como pasantías que sean evaluadas, reconocidas, que les otorguen créditos a los estudiantes y no figure como que simplemente dejaron de estudiar”, indicó.

El camino que se está recorriendo, añadió, es que “85% de las carreras de la Universidad están reformuladas, y queda un 15% para reformular este año. Ellas incorporarán las nuevas conceptualidades”, afirmó.