Los subsidios agrícolas que realizan las principales economías crecieron durante 2012, invirtiendo una larga tendencia a la baja, según el informe anual sobre políticas agrarias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) presentado ayer en Bruselas. Aunque la organización detecta que, en general, se ha producido una disminución de las subvenciones vinculadas a la producción, también destaca que cerca de la mitad de las ayudas que se conceden contribuyen a distorsionar el mercado. El documento indica que es necesario poner fin a las políticas intervencionistas y evolucionar hacia un sistema que mejore la competencia y permita a los agricultores responder a las señales del mercado.

El informe reseña la situación en la que se encuentran 47 países, que representan 80% de la producción agrícola global, incluidos la Unión Europea (UE) como bloque, Estados Unidos, China, Brasil, Chile y México. Los datos revelan que la situación varía mucho entre los países, mientras que en los de la OCDE los subsidios alcanzaron 270.500 millones de dólares y representaron 19% de los ingresos agrícolas (frente al 18% de un año atrás). Los niveles más altos de apoyo se dieron en Noruega (63%), Suiza (57%), Japón (56%) y Corea del Sur (54%), mientras que en el extremo opuesto se situaron Nueva Zelanda (1%), Chile y Australia (3% ambos). Otros países con un nivel de subvenciones “relativamente bajo” fueron México (12%), Israel (11%) y Estados Unidos (7%). En la UE, las subvenciones crecieron de 18% a 19%, según el informe, que añade que el acuerdo logrado en junio sobre la reforma de la Política Agrícola Común “no representa un gran avance sobre la actual orientación o tamaño del apoyo agrícola en los Veintiocho”. Por otra parte, algunos países emergentes claves en la agricultura siguieron aumentando los subsidios, como China, donde el porcentaje subió a 17%, Indonesia (21%) y Kazajistán (15%). No fue sin embargo el caso de Brasil y Sudáfrica, países donde los subsidios siguieron siendo bajos (5% y 3%, respectivamente).

“En tiempos en que los mercados mundiales de alimentos y productos de primera necesidad están caros y se espera que los precios sigan subiendo, los gobiernos deben comprometerse de manera creíble a una amplia reforma de los subsidios agrícolas”, dijo el director de Comercio y Agricultura de la OCDE, Ken Ash. El análisis pone de relieve que algunos de los mayores aumentos en la ayuda agrícola han tenido lugar en países que han orientado sus políticas a la autosuficiencia. En relación a estos casos, la OCDE entiende que “el acceso a los alimentos mejoraría de manera más eficiente mediante la reducción de la pobreza y el desarrollo de redes de seguridad”. A pesar de los progresos en la desvinculación de las ayudas agrícolas y la producción, el informe alerta de que aún hay que avanzar más, ya que muchos de los pagos se basan en criterios históricos o en la superficie “y, como resultado, favorecen a las grandes explotaciones”.