Dos vecinos del oeste de Montevideo se encuentran haciendo ayuno en protesta por la instalación de la planta regasificadora en la zona de Santa Catalina. Mantendrán la medida hasta el domingo, en el entendido de que se deben un debate sobre el tema y que la lucha no debe dejar de darse por conseguir más y mejor información sobre el emprendimiento. Ellos son Silvia y Ruben, que instalaron una carpa en la entrada a Punta Yeguas como medida de protesta. Darío Rodríguez, integrante de la Coordinadora de Vecinos del Oeste de Montevideo, dijo a la diaria que el lugar fue escogido porque desde allí se visualiza la draga que realiza trabajos frente a las playas de Puntas de Sayago, Santa Catalina y Punta de Yeguas, que comenzó a ser una de las preocupaciones de los lugareños desde setiembre. “Veremos también a la gente de todas las edades que se baña en estas playas agredidas injusta e innecesariamente. Tendremos a la vista a nuestros empobrecidos vecinos y vecinas de todas las edades. Entendemos que es fundamental el sitio desde el cual se observa la realidad”, dice el comunicado que enviaron los vecinos anunciando la medida que tomaron desde el 26 de enero.

El martes, un grupo de vecinos fue a la sede de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), junto a uno de los abogados que los representan en el tema, con el objetivo de retirar documentación que habían solicitado. “Se la dimos a la bióloga y a la geóloga. Son muchos documentos para ver los puntos”, dijo Rodríguez.

Según explicó, la comisión de seguimiento conformada por organismos oficiales como la Dinama y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) aún no ha convocado a los actores sociales que estuvieron involucrados. “Ellos deben hacer la convocatoria. Si está funcionando, lo está haciendo mal, porque no hemos tenido contacto. Esto debería haber estado en funcionamiento antes de que se iniciaran las obras”, señaló, y explicó que desde la Dinama les dijeron, en forma informal, que hubo reuniones.

Los vecinos denuncian que la draga está tirando sedimento a la costa, contaminando la zona oeste. “Estamos haciendo una investigación para denunciar a nivel legal sobre la existencia de contaminación”, contó Rodríguez.

La Armada Nacional es la encargada de controlar el operativo que lleva adelante la draga en las aguas de la playa de Santa Catalina. El vocero de la Armada, Gastón Jaunsolo, dijo a la diaria que “se lleva el control de dónde se mueve y la draga está operando en donde se pautó que tiene que hacerlo. En caso de que no opere en el lugar, se toman las medidas correspondientes”. Según explicó, la draga saca sedimentos del lugar establecido mar adentro y tiene lugares específicos destinados para la descarga de los residuos en el Río de la Plata. “Hay tres dragas que están operando. Dos se dedican a la extracción de barro para la construcción del muelle y otra se encuentra realizando el canal que va a unir el área de la regasificadora con el canal de acceso al puerto de Montevideo. La zona del muelle se encuentra a 1.800 metros de la costa. Las dragas que trabajan en ese sector operan a esa distancia. Mientras que la que efectúa el canal va desde el canal de acceso al puerto de Montevideo hasta donde se encuentran las otras dragas. Ésta tiene que evolucionar y dar la vuelta, y cuando da la vuelta la evolución puede llevar unos cuantos metros y podemos decir que se puede acercar a unos 900 metros de la costa”, señaló.

En relación con las zonas de descarga, Jaunsolo dijo que se encuentran al sur del puerto de Montevideo, a unos diez kilómetros. “Es un poco lejos como para que pueda afectar las playas. Hasta ahora no hubo inconvenientes con los controles. La draga se está moviendo en los lugares asignados y también los lugares de descarga son los asignados por la Dinama. Tampoco nada restringe que si por algún motivo alguna de las dragas se tenga que acercar más a la costa no pueda hacerlo, siempre y cuando sea hasta una distancia a la que no afecte a los bañistas”, agregó.

Con olas

Una de las preocupaciones que tienen algunos habitantes de esta zona refiere a la clausura de la playa Santa Catalina en diciembre “porque el nivel de contaminación se triplicó”. “El sedimento tiene bacterias y organismos que quedan en suspensión, y las bacterias que existen se potencian. Entonces es probable que la contaminación se haya incrementado por el dragado irregular. Estamos yendo a buscar información a la Intendencia de Montevideo [IM], porque ellos dicen que es por el saneamiento”, dijo Rodríguez.

Desde el Laboratorio de Higiene Ambiental del Departamento de Desarrollo Ambiental de la IM se dijo a la diaria que en 2006 la playa tampoco estuvo apta para baños y que es una situación fluctuante. “En años anteriores hubo comunicaciones sobre no bañarse. En Santa Catalina la situación está asociada a lo climático y a las corrientes oceánicas. Nosotros no detectamos nada irregular”, se explicó.

Según se informó, los estudios se hacen sobre la costa hasta 2.000 metros mar adentro. El informe anual del programa de monitoreo de aguas de playas y costa del departamento de Montevideo, señala que en la temporada estival 2011-2012 la media geométrica de coliformes fecales para la playa de Santa Catalina tuvo sólo 2% del total de los días con un porcentaje de MG5 mayor a 1.000 ufc/100 mL. El promedio de MG fue de 340, y en ese período estuvo habilitada para baños.

Por otra parte, indican que “los valores microbiológicos de las aguas de la costa de Montevideo reflejan” el comportamiento de episodios climáticos como el de La Niña, que “en la temporada 2010-2011 tuvo características fuertes a moderadas, lo que provocó condiciones de sequía algo más fuertes que las de la temporada 2011-2012”.

Según el estudio, la calidad de las aguas, tanto del Cerro como de Santa Catalina, “está afectada por los aportes de saneamiento (directos e indirectos) que llegan a ella”.

Rodríguez explicó que el grupo de vecinos intenta “seguir la pisada de atrás de lo que viene sucediendo”. “Todo este desgaste hace que la zona se venga abajo, porque es una contradicción con la pesca artesanal. Es una puerta de entrada a una zona industrial. Se contamina y se pierde la zona agrícola. Sólo habrá fuentes de trabajo en la construcción, al no tener estudiado el impacto y las diferentes dimensiones sociales que implican la instalación de estos proyectos”, concluyó.