Tinetto fue designado para estar al frente del CES en febrero de 2012, convocado por el entonces titular del Codicen, José Seoane, destituido en setiembre del año pasado. El ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, dijo en esa oportunidad que los relevos, que también alcanzaron a la entonces vicepresidenta, Nora Castro, marcarían el inicio de una "nueva etapa", afirmación respaldada el 13 de setiembre por el presidente, José Mujica, en la audición radial de M24.

Tinetto permaneció en su puesto. En la carta de renuncia señala que tras las destituciones puso su cargo a disposición, "en el entendido de que no existía necesariamente la confianza para hacer los cambios que éstas [las nuevas autoridades] consideraran". A principios de julio de 2013, Búsqueda publicó que sería destituido, por "irse de vacaciones en el peor momento" del conflicto entre el gobierno y los sindicatos. A su retorno, explicó que desde el 20 de mayo tenía pactada su licencia reglamentaria, en la que realizaría un viaje de descanso, y fue reafirmado en el cargo. “[Con Netto] conversamos sobre la situación, las implicancias políticas que eso podía tener y la conveniencia o no de proseguir con la gestión", declaró entonces en Radio Uruguay.

De acuerdo con las fuentes del Poder Ejecutivo consultadas por la diaria, en aquel momento Tinetto había planteado "dificultades familiares" para proseguir, y que esto, sumado a las dificultades con la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) por la elección de horas docentes, determinó el pedido de renuncia. "Tuvo una complicación familiar en plena huelga de secundaria. Luego se le había solicitado que siguiera en funciones. Estaba más o menos acordado que siguiera hasta terminar el año lectivo sin mayores traumatismos para nadie, pero también faltó una instancia de diálogo [con Fenapes] que evitara una circunstancia de enfrentamiento. Son matices de gestión", explicaron.

Las fuentes reconocieron que la presencia de Tinetto en secundaria "obedece a una relación política compleja", porque su nombramiento se da en la última fase de la gestión de Seoane. Negaron que los resultados de las pruebas PISA fueran una de las razones -"si alguien piensa que puede sustituirse a alguien por esto, no entiende nada, ni de educación ni de política"- y que vaya a haber más cambios en las autoridades de la enseñanza, desmintiendo las versiones de prensa que aseguran que la consejera Ema Zaffaroni presentará su renuncia en las próximas horas.

Rotundamente

“Nunca alegué dificultades para seguir en el cargo; eso tiene que quedar claro. No pensaba renunciar; la renuncia me la pidió el presidente del Codicen, [Netto]”, aseguró Tinetto a la diaria. La solicitud fue cursada en la última semana de diciembre por el propio Netto. Según Tinetto, durante el encuentro no le explicó las razones del Ejecutivo. “Es cierto que tuvimos diferencias de opinión con Fenapes durante la elección de horas, que el sindicato colaboró mucho y que, por primera vez en tres o cuatro años, termina en diciembre, y que se hizo en forma mucho más transparente, pero no estuvo sobre la mesa”, sostuvo Tinetto al ser consultado. En su carta de renuncia, asegura que Netto le pidió el alejamiento del cargo “argumentando [que] el pretendido desgaste de la imagen del desconcentrado en la opinión pública hace conveniente cambiar la dirección del CES”.

“Evidentemente, hay alguna razón política. Son situaciones que se dan con una pérdida de confianza del presidente del Codicen en nuestra tarea. No hay otras razones. No hay razón familiar ninguna, como tampoco las había en julio. Sacando lo personal, sin duda, es muy inoportuno en la estructura funcional. Es el último año de gestión. No hay un motivo claro que pueda establecerse. No hay una definición de un proyecto que alguien pueda llevar adelante”, sostuvo.

Su renuncia se concretó tres días después de que el oficialismo convocara al ministro Ehrlich al Parlamento, en régimen de Comisión General, para informar sobre “la situación del sistema educativo y planes para 2014”, en la misma sesión de la Comisión Permanente en la que la oposición citó a otros siete ministros. “El llamado a sala de Ehrlich es salir a la ofensiva. Es una puesta a punto del estado de la educación, porque no tenemos que tener cola de paja. La educación no es un lecho de rosas, pero tampoco es la catástrofe que dicen algunos”, aseguraron desde el gobierno.