Según las estimaciones que realizamos con base en datos de la Corte Electoral, los votantes colorados, los blancos, los independientes y pocos frenteamplistas... pero dejemos los números de votación a la baja por partido político para el final.
Hace no mucho tiempo, el apoyo de la ciudadanía al proyecto de aplicación del código penal adulto a menores de edad presentado por Lacalle y Bordaberry contaba, según encuestas, con más de 65% de apoyo popular. Quizás el elemento sorpresa para la izquierda descansaba en el posicionamiento favorable a priori de electores de todos los partidos: los frenteamplistas marcaban porcentajes de apoyo superior a 50%. Sin embargo, el domingo 26 de octubre la propuesta fue derrotada de forma contundente en las urnas, al no alcanzar el umbral constitucional establecido de más de la mitad de los votos emitidos. ¿Por qué no salió la baja, si era un tema transversal a los partidos?
La respuesta requiere un nivel de investigación y análisis que supera ampliamente el alcance de una columna. De todas formas, cabe señalar que sin lugar a dudas uno de los factores fundamentales de la derrota fue la formación de la Comisión Nacional No a la Baja, que generó una campaña fresca, profesional, de fuertes contenidos y con una capacidad de tracción sobre el conjunto del Uruguay organizado como pocas veces se ha visto. Ninguna organización social que se haya tomado en serio la discusión de la temática se pronunció a favor de la reforma constitucional.
Volvamos al 26 de octubre. Cuando las mesas electorales realizan el escrutinio no tienen instrucciones de la Corte Electoral para registrar simultáneamente a qué partido fue dirigido un voto y si incluye o no la papeleta del Sí. Por lo tanto, el dato para saber exactamente cuántos votos de cada partido fueron acompañados por esa papeleta no puede obtenerse directamente. Sin embargo, la Corte Electoral sí presenta la cantidad de papeletas contabilizadas por circuito, así como la cantidad de votos por circuito a cada partido. Con esa información es posible obtener una estimación fiable del voto por la baja asociado a cada partido, a partir de los microdatos de los más de 7.000 circuitos.** Según nuestras estimaciones, fue (en orden de votación para las elecciones nacionales): Frente Amplio 20%, Partido Nacional 74%, Partido Colorado 88%, Partido Independiente 79%, restantes partidos 34%.
Con estos datos a la vista, cabe revisitar la pregunta ¿por qué no salió la baja? Y la respuesta es clara: porque los votantes frenteamplistas cambiaron de opinión. ¿Por qué cambiaron de opinión? Ésa es una pregunta más compleja. Como ya mencionamos, existió una excelente campaña plural del Uruguay organizado. Pero la mano invisible del aparato de construcción de sentido común de izquierda alcanzó más a los votantes frenteamplistas que a los otros. Parece razonable afirmar que en la politización del tema estuvo la clave de la victoria del No a la Baja. Como en otros casos (por ejemplo, el de la regulación del cannabis), el eje izquierda-derecha y en particular el factor Frente Amplio parecen ser decisivos para entender cómo se moldean las preferencias de los ciudadanos en temáticas específicas en el Uruguay contemporáneo.
**Cálculos y explicación disponibles en https://penillanura.wordpress.com/
*Agradezco a Fernando Esponda por los comentarios al artículo y la contribución para superar los problemas de multicolinealidad de las estimaciones.