La Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU) cerró el año, realizó un balance y proyección ante el cambio de gobierno, y presentó el último número de su revista Caminante, para el que escribieron el historiador y politólogo Gerardo Caetano y el asesor de la organización Jorge Bruni. Ambos estuvieron en la actividad que se realizó ayer y expusieron sus perspectivas de cara a los próximos años.
Caetano se llevó la mayor ovación de la tarde después de explicar su argumento de que Uruguay está viviendo “la hora del impulso”, en alusión a la metáfora de “el impulso y su freno” utilizada por Carlos Real de Azúa para explicar las primeras décadas del siglo XX en el país. Al respecto, consideró que existe la “tentación” de que “la bonanza nos lleve a la siesta”, como ha ocurrido en otras épocas, según dijo.
La fuerza del adulto mayor
El secretario general de ONAJ-PU, Waldemar González, habló de los principales desafíos para el país, según analizaron en un congreso de la organización. Entre ellos están el envejecimiento esperado en la población, la agenda de género, terminar con el abuso y el maltrato hacia la tercera edad y generar un debate “serio” sobre la seguridad social. Al respecto, la ONAJPU plantea que se continúe promoviendo el ajuste sistemático de las prestaciones sociales con más bajos ingresos por medio de un plan quinquenal y que se pague aguinaldo a los jubilados.
Además, la organización plantea la gestión más eficiente del plan de viviendas para jubilados y que incluya a sectores que actualmente quedan excluidos, al tiempo que llama a “enfrentar el lucro financiero de las AFAP”, tal como consta en las definiciones del congreso. González sostuvo que se apuntará a fortalecer el Instituto Nacional del Adulto Mayor y los espacios de negociación con el gobierno, como, por ejemplo, su participación en el Banco de Previsión Social (BPS).
Por su parte, el presidente de ONAJPU, Sixto Amaro, lamentó la salida de Ernesto Murro del BPS, pero se alegró por su nombramiento como ministro de Trabajo y Seguridad Social, y convocó a los jubilados a participar en la organización.
Caetano avizoró que el contexto internacional “no será tan favorable como en los últimos 11 años” -al respecto ilustró que la soja comenzó el año con un precio de 500 dólares por tonelada y actualmente supera por poco los 300-, y agregó que “por medio de la exportación de commodities no se llega al desarrollo”. Además, consideró que a los problemas financieros argentinos se sumará un “estancamiento” en Brasil, por lo que, en suma, estará “la tentación del freno no sólo en fuerzas conservadoras, sino también en las transformadoras”.
Según agregó, una actitud responsable sería ahora “consolidar el impulso de las reformas estructurales”, y para eso es necesario profundizarlas. El historiador sostuvo que la “utopía uruguaya” siempre fue “que nadies sea más que nadies”, y consideró que “para que los pobres sean menos pobres los ricos tienen que ser menos ricos”, al tiempo que definió el problema de la pobreza como un “problema de desigualdad”.
Viabilidades
Caetano considera viable “abatir la pobreza” en Uruguay, pero señaló que para hacerlo no sólo hay que desarrollar programas dirigidos a sectores empobrecidos, sino que además hay que consolidar la “cohesión social”, porque si bien ha disminuido la pobreza, “aún hay un alto porcentaje de población vulnerable” ante cambios de escenario, tanto por aspectos económicos como educativos. El académico dijo también que si una sociedad quiere ser desarrollada tiene que ser igualitaria.
Uno de los mayores retos, a su juicio, es la transformación de la matriz productiva y las exportaciones, porque “el valor agregado hoy se llama ciencia y tecnología”, y no responder ante ello “sería un freno”. También consideró que existe un desfasaje entre el país productivo y la infraestructura y logística, que “se quedó atrás”, según indicó.
Caetano sostuvo que el mundo se encuentra en el comienzo de una cuarta revolución industrial, en la que las tecnologías de la información y la comunicación “ya no son el núcleo”. Agregó que es un tema que “ya es de nuestros hijos”, porque “un muchacho que se incorpora al mercado laboral vivirá tres revoluciones como la que significó internet en los últimos 15 años”. Además, llamó a que con impulso “pero no monopolio” estatal, se generen cadenas de valor, y se preguntó si el país quiere entrar en el gran sistema comercial internacional bajando el precio de su mano de obra y vendiendo commodities, algo que “en el corto plazo puede ser tentador” pero en el mediano plazo constituye un freno.
Sobre este tema también consideró que es más viable vender productos con valor agregado en la región que en el resto del mundo, y se mostró a favor de rever las condiciones de inversión en Uruguay, porque, a su modo de ver, las condiciones del país en ese entonces eran distintas a las de la actualidad.
Otras reformas
Caetano considera que la transformación de la educación es una de las reformas estructurales necesarias. Analizó que “no puede ser tarea de un solo partido político”, al tiempo que consideró que hay condiciones para un gran acuerdo en el tema. El académico criticó que “los hijos de los pobres tengan una educación de segunda o de tercera” y se desvinculen tempranamente del sistema para asumir roles de la adultez, “en el sentido inverso” de lo que pasa con los “hijos de los ricos”.
Pese a que Uruguay habitualmente está entre los primeros puestos de los principales indicadores de democracia, Caetano consideró que “la participación política de las mujeres es espantosa” y añadió que el país se ubica en el lugar 102 del ranking en esa materia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, incluso “por debajo del promedio de los países árabes”. En este sentido, señaló que la concreción de un Sistema Nacional Integrado de Cuidados será “revolucionaria”, porque “si una mujer trabaja y vuelve a la casa para seguir trabajando, no está en igualdad de derechos”.
En materia de seguridad, afirmó que los “barrios populares” son los que más la sufren. Se trata de un elemento de desigualdad y en esos barrios es “la principal causa de violación de los derechos humanos”. Además, opinó que “no se puede privatizar la seguridad por la vía de los hechos y que los ricos tengan ejércitos privados que los protejan”.
Los extremos
Por su parte, Bruni señaló que cualquier institución tiene que “generar previsibilidad” para las políticas a futuro, entre las que incluyó la seguridad social. Según agregó, en esa área existe “una notoria diferencia” a partir de las políticas impulsadas desde 2005, a las que valoró positivamente. Además, enumeró algunos ejemplos de esos avances, entre los que incluyó el aumento en las pasividades mínimas y el “aumento racional del consumo de los jubilados”.
A su entender, uno de los principales desafíos para el país es generar políticas para acompañar el envejecimiento previsto para la población uruguaya, y hacer lo mismo para fomentar la natalidad. Además, aseguró que en la actualidad existen “conflictos intergeneracionales”, porque “los jóvenes creen que la vida empezó con ellos y los adultos mayores creen que la vida se termina con ellos”. Bruni llamó a defender el sistema de relacionamiento laboral con el que cuenta el país y a no caer en corporativismos empresariales ni sindicales.