La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), por intermedio de un grupo de trabajo destinado a tal fin, elaboró un documento que busca iniciar la discusión de cara a un cambio profundo de la educación media básica (EMB). El presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Wilson Netto, dijo a la diaria que la semana próxima la institución encargada del sistema público de educación comenzará a recibir a actores clave del sistema.

El documento, al que pudo acceder la diaria, establece como uno de los principales desafíos de la EMB -situada en la vida escolar después de primaria y antes de la educación media superior-, que históricamente albergó “selectivamente” a algunos sujetos, superar ese modelo y pasar a otro que integre a todos los sujetos, respetando su diversidad. Además, agrega que la creciente interpelación del espacio educativo se ve acompañada de “nuevas concepciones de adolescencia/s y juventud/es”, nuevas sensibilidades y modos de constitución de identidades, así como de los efectos de lo mediático y la pérdida de las certezas a nivel del conocimiento.

El documento recuerda que los principios y lineamientos de la educación uruguaya son la universalización, la diversidad de los procesos a desarrollar y la integralidad de las propuestas, que deben ir acompañadas de laicidad, obligatoriedad y derecho a la participación. También se mencionan las líneas transversales que debe tener el proceso: los derechos humanos, la educación ambiental para el desarrollo sostenible, la formación artística, científica y lingüística, la educación por medio del trabajo y para la salud, incluyendo la educación sexual, física, recreación y deporte.

Otro lugar

Además, se plantea la necesidad de “conocer las trayectorias juveniles, sus prácticas sociales y culturales, su relación con el mundo del trabajo, con los amigos y con el ocio”, porque “es fundamental para comprender los sentidos, las motivaciones, las actitudes y las prácticas que desarrollen en su inserción en diferentes espacios sociales, entre ellos, las instituciones escolares”. Esto se ata con la necesidad de no buscar causas individuales y simples para entender vínculos débiles de estudiantes con las instituciones educativas.

El documento de la ANEP también analiza que “la educación para todos” sólo podrá lograrse cuando se asuman perspectivas que consideren las diferencias, las particularidades y las irregularidades de los individuos que son parte del sistema. Por su parte, señala que las demandas sociales al sector siguen ligadas a sus finalidades (para qué), al modelo pedagógico (cómo) y a la estructura organizativa que la contiene (dónde), y admite que esta última es la que ofrece mayores dificultades de revisión a la interna del sistema.

Siguiendo con el análisis, se establece que el predominio del enfoque homogeneizador de la enseñanza es un factor que ha limitado gravemente el acceso y la permanencia de los individuos, y también los logros de aprendizaje de un alto porcentaje de alumnos que tienen un sustrato económico, social y cultural común. “En contextos de alta heterogeneidad, una oferta educativa homogénea se traduce en trayectorias y resultados dispares”, añade.

De perfil

En esta línea, se señala la necesidad de reconocer que las trayectorias educativas de la población objetivo no son iguales, por lo que el logro de un perfil de egreso no debería ser el resultado de un único itinerario formativo. Se reclama que también se puedan incluir en los itinerarios diferentes trayectos curriculares a partir del reconocimiento de lo aprendido por el sujeto en recorridos académicos y de vida anteriores. El documento también establece un perfil de egreso de los estudiantes de la EMB en el que se pretende la capacidad de reconocer los derechos humanos y la importancia de la participación activa en el ejercicio de la ciudadanía. Además, el estudiante podría conocer y valorar sus potencialidades como ser humano, trabajar de manera colaborativa, reconocer y respetar las potencialidades en los otros, incorporar un conjunto de saberes y lenguajes para comprender y relacionarse con el mundo, y acceder a una praxis que articule adecuadamente el saber y el pensar.

El documento también establece algunas ideas para comenzar a ejecutar el cambio propuesto a partir de la realidad uruguaya, como el desarrollo de mecanismos que aseguren trayectorias educativas continuas; por ejemplo, un sistema de información que permita detectar a tiempo la interrupción, acompañar y orientar a las familias.

Asimismo se propone repensar las modalidades de coordinación de las políticas interinstitucionales bajo un modelo que apoye y organice las políticas sociales a partir de las políticas educativas, y el desarrollo de propuestas curriculares interdisciplinarias e integradas. Otra de las necesidades planteadas es la de expandir el concepto de alfabetización y que el término no se refiera sólo a la apropiación de lenguajes básicos como la lengua y el cálculo, sino también a heredar el patrimonio cultural y la apropiación de otros lenguajes para relacionarse con el mundo e integrarse plenamente.

También se hace mención a articular el lenguaje digital haciendo hincapié en los proyectos pedagógicos de los docentes, y a profundizar la formación permanente de los profesores y el papel de la institución educativa como espacio de profesionalización. Al respecto se señala que es ineludible incorporar la formación dentro de la profesión bajo la convergencia de criterios, optimización de recursos y equidad de oportunidades.

Pistas

A modo de “pistas” para iniciar la formulación de una propuesta concreta, el documento sugiere evitar la fragmentación y desarticulación curricular y contemplar la incorporación de contenidos significativos y de relevancia social para los jóvenes, además de admitir pluralidad en las estructuras y modalidades de trabajo e incorporar “variedad de formatos áulicos que habiliten diferentes modos de relacionarse con el conocimiento y [que] diversifiquen las formas de estar y aprender”.

Se plantea además fortalecer la concepción de la institución educativa en los distintos territorios, y una gestión capaz de actuar “en situación”. Al respecto afirma que “la institución educativa que hoy día puede lograr mejores resultados es aquella que sabe preguntarse, que problematiza su realidad, que se cuestiona inteligentemente y, a partir de allí, busca alternativas de solución pues es una institución que acepta transformar las prácticas cuando advierte que éstas no dan respuesta a los problemas que identifica”.