Un minuto después de las 10.00, el rector de la Udelar, Rodrigo Arocena, llegó a la Facultad de Ciencias, en la que es docente, para votar. Curiosamente, cinco minutos antes había hecho lo mismo Roberto Markarian, quien fuera su principal contendiente en las elecciones rectorales de 2006, en las que finalmente resultó ganador. Mientras buscaba el circuito en el que le tocaba sufragar, Arocena saludaba a todas las personas con las que se cruzaba, las conociera o no.

Después de que pudo votar, el rector dialogó con los medios de comunicación y repasó los logros y los debes de su gestión, que llegará al final el 17 de agosto de este año. Como lo hace siempre, Arocena recalcó que su rol ha sido el de impulsar el trabajo colectivo en la institución y que por ese motivo los objetivos alcanzados no corresponden exclusivamente a su trabajo ni al de su equipo rectoral. Entre los principales logros, el rector destacó los crecientes números tanto en matriculación como en egreso, y la cada vez más consolidada presencia de la Udelar en el interior del país. “Estoy contento con haber tenido ocasión de sudar la camiseta junto a mucha gente para que la Universidad trabaje mejor, pero lo mejor está por venir, los cambios están empezando, y van a venir muchos cambios a partir de lo que se elija hoy [por ayer]”, dijo.

En este sentido, mencionó especialmente el avance de la Udelar en el interior del país, proceso que se consolidó ayer con la elección de autoridades en los Cenures Este y Noroeste. El rector recordó que la Udelar empezó a estar en el interior por el “esfuerzo pionero” de personas que a fines de los 50 estaban en Salto y a principios de los 60 en Paysandú. En los últimos años esa presencia se ha multiplicado y “llegó para quedarse y para ampliarse”, según Arocena. “En 2015 vamos a tener funcionando tres centros universitarios regionales, los dos que están teniendo elecciones y otro en el noreste. Y está previsto, si el país lo respalda, que en el siguiente quinquenio se cree un Cenur en el suroeste y otro en la región central”, enfatizó. En esta línea, indicó que si se piensa un mapa uruguayo de la presencia de la educación universitaria y terciaria hacia 2020, todo el país estará cubierto.

Al momento de hablar sobre los debes, se refirió a la no concreción de una propuesta de cambio de la Ley Orgánica de la institución, la mejora pendiente en la tarea de Bienestar Universitario, y que se complete “lo poco que viene faltando” para renovar todos los planes de estudio de las carreras de la Udelar. Además, dijo que no prevé continuar en cargos de política universitaria cuando termine su gestión, y que aspira a retomar sus tareas de dedicación total docente en la Facultad de Ciencias y “enseñar, estudiar y escribir” todo lo que no pudo hacer en estos ocho años, pese a que mantuvo algunos cursos de grado y posgrado, con pocas horas.

En diálogo con la diaria, Arocena habló de la elección universitaria que más recuerda, que fue la que se realizó en dictadura, en 1973, pese a que él no pudo votar por estar preso por el régimen. Recordó que en ese momento la dictadura estaba convencida de que como el voto era secreto e iba a estar controlado por la Corte Electoral, los sectores opuestos a la autonomía y el cogobierno iban a ganar, pero finalmente los sectores antidictatoriales fueron los que ganaron con claridad. Además, señaló que ese acto eleccionario fue clave para convencerse de que iba a haber Universidad en el futuro, y aseguró que quienes votaron ayer deben agradecer a quienes fueron parte de ese hecho histórico.

Sonidos y colores

El clima en la Facultad de Ciencias era bastante distinto del de otros servicios, lo que se explica porque no existe competencia electoral en ninguno de los órdenes, que presentaron listas únicas. Ni una sola pancarta, y apenas algunas mesas informativas que recibían a la gente que de a poco iba llegando, hacían que el clima no distara mucho del de cualquier otro día. La única novedad fue la del grupo de egresados que formó la lista de su orden, que se plantea crear una asociación de graduados de la facultad para mejorar aspectos referidos a su inserción laboral, que presenta dificultades por el perfil principalmente académico con el que cuentan las carreras del servicio.

En la Facultad de Veterinaria el ambiente era bastante distinto, y ya desde la puerta de entrada podía escucharse el sonido de la charanga, una variante de música tropical muy escuchada en el norte del país, que ha sido adoptada por la mayoría de los estudiantes del servicio. De un lado de la puerta y usando camisetas verdes estaban los militantes de la Corriente Gremial Universitaria (CGU) y del otro los de la Asociación de Estudiantes de Veterinaria (AEV), que pertenece a la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Ahí recibían a los de su orden que iban llegando a preguntar dónde estaba el circuito que les correspondía, y que de paso se llevaban una lista del gremio.

Adentro había varias pancartas en las que tanto la AEV como la CGU destacaban sus logros, y decenas de estudiantes que aprovechaban el día electoral para encontrarse y hablar de cosas bien distintas a la política universitaria. Ése era el caso de un grupo de cuatro jóvenes, dos de los cuales dijeron haberse informado en internet sobre las distintas propuestas, pero otra dijo que agarró la primera lista que le dieron, aunque reconoció que ya tenía definido su voto de antemano porque ya se conocen las orientaciones de ambos gremios. Mientras que dos de ellos estaban de acuerdo en que el movimiento de ayer se correspondía a lo que pasa cotidianamente en la facultad en términos de militancia, otros dos se quejaban de que la CGU no tiene tanta presencia como la AEV, a lo que los otros retrucaban que la AEV no se movilizaba tanto porque “sabe que pierde”.

La Facultad de Veterinaria es el servicio en el que hay más competencia en el orden docente, en el que en la elección de ayer se presentaron cuatro listas. En el hall de entrada estaban Alejandro Bielli y Hugo Ochs, de dos de esas propuestas, quienes explicaron que la cantidad de agrupaciones se deben a diferencias históricas sobre la concepción de lo que tendría que ser el servicio académico.

Otra competencia

A varias cuadras de la Facultad de Derecho y sus distintos locales de votación, los transeúntes ya se topaban con militantes de la CGU y el Frente Zelmar Michelini (Frezelmi), integrante de la FEUU, que preguntaban a todos los que podían abordar si votaban en las elecciones de la facultad. En la explanada de la Universidad se veían mesas de varios metros de largo con militantes que también recibían a los que llegaban a sufragar. En ese local estaban los circuitos de los egresados, en donde la CGU y Frezelmi también competían.

En el edificio anexo de la facultad, a pocas cuadras del central, votaban los estudiantes, y, como agazapados en la puerta, los militantes de las distintas listas esperaban la llegada de los votantes. Allí también estaba un integrante de la agrupación Mayo del 68, minoritaria en el centro de estudiantes pero que también integra la FEUU. En diálogo con la diaria, Michael Dichmarch, integrante de esa agrupación, explicó que el objetivo de ese colectivo para las elecciones no era acumular votos sino aprovechar la instancia para hacer propaganda de la Corriente de Estudiantes del Pueblo -que la agrupación integra- y sus consignas. Una de las estudiantes que votaron explicó que ya estaba acostumbrada a ese clima cada vez que hay elecciones, y señaló que mucho del esfuerzo que los gremios realizan a veces es inútil porque la gente ya tiene definido su voto con anticipación.

El viaje de Magallanes

En 15 servicios de Montevideo y dos Centros Regionales (Cenures) del interior del país se realizaron las elecciones universitarias, que habilitaron a 86.764 estudiantes, 6.787 docentes y 113.127 egresados a votar en 637 circuitos. Una de las novedades de la jornada fue la utilización de computadoras del Plan Ceibal en todas las mesas de votación, con el fin de acelerar el procesamiento de los datos para realizar el escrutinio. Este nuevo sistema fue utilizado por la Corte Electoral como plan piloto de cara al período de elecciones nacionales. La particularidad de este nuevo esquema de trabajo es que, en vez de completar el acta de escrutinio a mano, se ingresan los datos en la computadora Magallanes del Plan Ceibal, modelo que utilizan los estudiantes de Secundaria.

Al cierre de esta edición se realizaba el escrutinio y se cargaban los datos en la plataforma digital. En los Cenures los datos finales primarios fueron los siguientes: en el Cenur-Noroeste votaron en total 3.621 personas; 1820 estudiantes, 338 docentes y 1.330 egresados (133 votos quedaban por determinar correspondientes a Bella Unión, Artigas y Montevideo); en el Cenur Este, votaron 1421 personas: 720 estudiantes, 133 docentes y 568 egresados.

Los resultados finales de la votación se pueden consultar en la página web de la Corte Electoral: www.corteelectoral.gub.uy.

Por su parte, en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación el clima era distinto. Sin música e instalados en carpas y mesas, los militantes de casi todas las listas estudiantiles estaban en una actitud un poco más pasiva y en general esperaban a que fueran a consultarlos sobre la elección, momento en el que aprovechaban para repartir alguna de las publicaciones de su agrupación. En ese servicio se presentaron seis listas en un total de tres lemas -uno de ellos era el del centro de estudiantes-, por los que se presentaron tres agrupaciones, la Ibero Gutiérrez, 21 de Junio y 1º de Mayo.

Sobre el mediodía, en el hall de la facultad solamente había tres estudiantes que se habían encontrado ahí después de mucho tiempo, porque ya no cursaban materias, y de todas formas estaban obligadas a votar, una situación en la que se encuentran varios estudiantes del servicio, según dijeron. Tal como explicó a la diaria un integrante de la agrupación Ibero Gutiérrez, la mayoría de la gente concurre a votar en las últimas horas de la tarde por motivos laborales.