“La Obstetra Partera podrá ejercer su profesión en el ámbito de los prestadores de salud, sean públicos o privados, habilitados por el MSP de acuerdo con la reglamentación que el mismo dicte, o en la forma liberal respetando las disposiciones de la presente norma”. Esto se establece en el artículo 3 de un documento que llegó a manos de parteras, estudiantes de la carrera y familias que integran el grupo Por el derecho a elegir dónde parir, y las puso en alerta (ver http://ladiaria.com.uy/ACjH). La principal inquietud es que la labor de las profesionales no se restrinja a desarrollarse dentro de los centros de salud, sino que puedan brindar asistencia a las mujeres que opten por parir en sus casas. Un aspecto que cuestionaron es que el documento no les llegó de forma directa de ninguna autoridad sanitaria, sino de manera informal.
Sobre el material en cuestión, Briozzo puntualizó: “No conozco el borrador que está circulando. Lo que sí hay es una consulta que hizo el MSP a la Facultad de Medicina con respecto a las prescripciones de las parteras, porque creemos que tienen capacidades para prescribir fármacos que hoy les son vedados”.
Aclaró que no existe una nueva reglamentación “inminente”, sino que se está trabajando desde hace tiempo en una normativa que regule y amplíe las capacidades de acción de las parteras en el marco del SNIS. En este sentido, señaló que se trabaja en una línea de “desmedicalización de la salud”, no sólo pensando en las parteras, sino también en otros ámbitos de atención. También dijo que el MSP defiende el ejercicio de los equipos de salud de manera integral, y argumentó: “No creemos que ninguna profesión tenga el monopolio de la salud. Tienen que trabajar en conjunto, y ahí tenemos los mejores resultados”.
El lugar
Consultado por la limitación de las parteras a atender partos domiciliarios, tarea que actualmente llevan a cabo, el mandatario indicó que la cartera ministerial entiende que la mujer embarazada debe tener el derecho a decidir dónde parir, pero el gobierno tiene la obligación de que esa decisión “sea lo más consciente posible”. Agregó que en el contexto actual de atención sanitaria, el parto “más seguro y de calidad es el parto institucional humanizado”. No sólo no están dadas las condiciones para la atención de partos domiciliarios, tampoco lo están para que ocurran en los centros del primer nivel de atención. En ambos casos se requiere un “robusto sistema de traslados” para que la parturienta pueda ser trasladada a un centro asistencial que cuente con la infraestructura adecuada. “Nosotros no nos negamos a que el parto pueda darse a nivel domiciliario, pero creemos que las condiciones no están dadas todavía, por las condiciones sanitarias de nuestro país”, dijo. Consultado sobre cuándo, a su juicio, serán viables los partos fuera de las instituciones sanitarias, contestó que primero tiene que terminar de formarse un sistema único de traslados de embarazadas y recién nacidos, y más adelante sí podría encaminarse un sistema que contemple una ambulancia para el traslado de las mujeres que tengan alguna complicación durante el parto domiciliario.
Estado de situación
Por su parte, el grupo Por el derecho a elegir dónde parir se reunió el jueves y evaluó la situación. Sylvia Sosa, partera de Nacer Mejor y vocera del grupo, comentó a la diaria que hubo una “concurrencia interesante” de familias que han parido en sus casas y representantes de organizaciones que trabajan por los derechos humanos y de las mujeres en particular. Asimismo, asistieron algunas estudiantes de la Escuela de Parteras dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
Tras una “linda discusión e intercambio sobre cómo veíamos la situación”, concluyeron que defenderán “el derecho a elegir dónde, cómo y con quién parir”. Y que defenderán la profesión en sí, porque “nos vienen corriendo y corriendo, y no vamos a poder asistir partos en ningún lado, así”, resumió Sosa.
En relación a la liberad de elegir dónde parir, remarcó que apuntan a la defensa de los partos fuera de las instituciones. Sobre elegir con quién, se planteó que la mujer pueda optar entre el ginecólogo o la partera de guardia para que asista el parto, siempre y cuando se trate de uno de bajo riesgo. También está en juego el acompañamiento de las mujeres, ya que pueden ingresar a la sala de parto acompañadas por una persona, pero, por ejemplo, “a veces se precisa más de una persona; por ejemplo, su compañero y su mamá”.
Cómo parir también es reivindicado, ya que si bien existe libertad en la posición para dar a luz, en la mayoría de las instituciones se acuesta a las mujeres, y “no está la libertad de parir de cuclillas o parada”, sostuvo la partera.
Finalmente, Sosa remarcó que en los países del primer mundo los partos de bajo riesgo son asistidos por parteras y los médicos de guardia no ingresan a la sala de parto, ya que únicamente se los llama si hay complicaciones o si algo se sale de los parámetros normales.