Los resultados de las primeras proyecciones en base a encuestas a boca de urna se gritaron como goles de Uruguay en la sede de Aire Fresco, ubicada en 18 de Julio y Martín C Martínez, tanto en el despacho de Luis Lacalle Pou como en el piso inferior del edificio, donde se aglutinaba parte de la militancia. Cuando los tres canales privados de televisión se pronunciaron, el triunfo se dio por hecho.
Poco después de las 19.00, antes de que terminara el horario de votación, se podía apreciar la confianza de los dirigentes que iban llegando a la sede, entre ellos el senador Jorge Saravia, a quien desde temprano se lo vio tranquilo y confiado. Otros, como el diputado Javier García, estaban un poco más nerviosos, pero el optimismo reinaba desde antes de la llegada de Lacalle Pou, que estuvo siempre acompañado por su mujer y sus tres hijos. Con el transcurso de los minutos se empezó a desatar una euforia para muchos inesperada.
Muchos de los dirigentes pronosticaron la victoria. La ex directora del liceo Bauzá Graciela Bianchi dijo que ella esperaba incluso un resultado más abultado: “Esto debe ser una enseñanza para las encuestadoras, que tienen que bajar el nivel de soberbia”, consideró. También el jefe de los grupos programáticos de la precandidatura de Lacalle Pou, Pablo da Silveira, sostuvo que esperaba un resultado positivo: “No se parecía a lo que decían las encuestas, pero sí a lo que nosotros veníamos pensando”. El ahora candidato único del Partido Nacional (PN) fue el último en salir del despacho donde su dirigencia recibió los resultados. Demoró bastante y esperó a que los demás precandidatos pronunciaran sus discursos. Pocos minutos después de las palabras de Jorge Larrañaga, Lacalle Pou salió a escena. Agradeció a la militancia del PN y expresó su respeto a todos los partidos. En un discurso similar al que desplegó durante su campaña, destacó que el PN “incluye” y quiere gobernar “bien y ahora”. Destacó que la sabiduría de su grupo fue “reunirse con gente distinta y diversa” y consideró, visiblemente emocionado: “No se podía ganar por la positiva y ahora se puede”, para luego señalar que ése será el camino que mantendrá en el resto de la campaña.
Finalmente transmitió un mensaje que pareció teledirigido al candidato del Frente Amplio Tabaré Vázquez: “La única forma de que la gente se instruya más es si tiene dos dirigentes políticos enfrente intercambiando opiniones; no le tengamos miedo a la civilizada discusión en algún momento conocida como debate en nuestro país. Miren si todavía tenemos la suerte de encontrar una verdad a mitad de camino”.
Luego la dirigencia de Lacalle Pou se dirigió a la sede del PN, en la plaza Matriz, para los festejos partidarios. Allí las dirigencias de ambas precandidaturas partidarias se cruzaron, y finalmente se dio el abrazo de ambos contendientes, del que tanto había hablado Lacalle Pou durante la campaña, incluso ayer. El diputado recibió en la sala donde sesiona el Honorable Directorio al senador, que llegó expresamente para felicitarlo y se retiró inmediatamente. A diferencia de lo ocurrido en 2009, el abrazo entre los competidores fue mucho más corto. Por otra parte, el grueso de la dirigencia de Larrañaga no se quedó al festejo final de Lacalle Pou, al punto de que luego de su discurso no quedó prácticamente ningún dirigente aliancista.
“Mi reconocimiento y afecto para un gran blanco y luchador como Jorge Larrañaga. Con esos brazos y manos grandes me abrazó bien fuerte y me dijo, ‘te felicito, compañero’”, sostuvo Lacalle Pou en su discurso final. Ante cánticos del público que decían “se viene Lacalle Pou, Lacalle Pou, Lacalle Pou”, el candidato volvió a reiterar su necesidad de no cambiar la estrategia de campaña (“no podemos ser caretas”) y llamó a incluir en la gestión de gobierno tanto al “más fanático” de los militantes como “al que pasa por acá y no nos quiere”. Finalmente hizo subir a su familia al escenario. “¡Vamo’ arriba la familia!”, gritó un hombre desde el público. “Díganme que esto no es un sueño”, deslizó Lacalle Pou. El diputado terminó dando cientos de abrazos.
Vice no
Si bien hubo abrazo, anoche no se resolvió la fórmula presidencial nacionalista, como había ocurrido en la noche de las internas de 2009. Después de conocidos los resultados, ayer Larrañaga fue claro al decir que no sería candidato a vicepresidente una vez más.
Frío invierno
Jorge Larrañaga llegó al hotel Esplendor, donde esperó los resultados junto a algunos de los dirigentes de Futuro Nacional, cerca de las 20.00. Ya había caras de preocupación en la sede, pero Larrañaga llegó sin decir mucho, apenas que estaba “con expectativa”. Cuando se conocieron las primeras proyecciones en base a las encuestas a boca de urna que daban una “ventaja estable” a Luis Lacalle Pou, el silencio fue total. Larrañaga se mantuvo reunido, principalmente con dirigentes capitalinos del sector, y cerca de las 22.00 salió a dar un breve mensaje en el que asumió la derrota y agradeció a los jóvenes que estaban allí.
Entre los militantes el fracaso cayó como un balde de agua fría. Aunque algunos dirigentes reconocían que en la última semana hubo cambios en las tendencias, nadie esperaba perder, y menos con este resultado. “Un golpazo” y “un mazazo” fueron algunos de los comentarios que surgieron. Hubo también llantos y hasta alguna promesa de votar al Frente Amplio en octubre. Y hubo quienes pensaban en que Larrañaga, tras el desgaste de perder por tercera vez la chance de acceder a la presidencia de la República, iba a resolver pasar a “los cuarteles de invierno”.
No especificó si se refería a ser nuevamente precandidato presidencial o a otro tipo de participación política, pero transmitió que sintió el golpe y repensará cómo continuará su carrera. “Se terminó para mí”, aseguró. En el hotel Esplendor dijo que iría a la sede del PN y subiría “por última vez” las escaleras del Directorio, y anunció que se iría a su estancia en Río Negro a “hablar con mis hijos, escuchar mi propio silencio”. Aseguró que seguirá “luchando por mi Partido Nacional”, pero aclaró que no será candidato a la vicepresidencia y pidió tiempo: “Eso sí, yo voy a elegir la trinchera desde donde luchar, exclusivamente yo”.
Según comentaron dirigentes de Alianza Nacional, desde filas de Larrañaga no hay apuro por hablar sobre la fórmula presidencial, y todavía no le han presentado nombres a Lacalle Pou. “El estado de ánimo no daba para nada”; “no iba a resolver nada, iba a descansar un poco y después resolvería”, comentaron algunos de los dirigentes que recibieron los resultados junto a Larrañaga. Uno de los pocos nombres que se mencionaron desde Todos Hacia Adelante como posible candidato a la vicepresidencia fue el del senador Carlos Moreira, que ayer dijo a la diaria que no quería hacer comentarios al respecto. “Eso va a ser después”.
Larrañaga asumió “integralmente” su fracaso electoral. “Las personas podemos estar equivocadas, pero los jóvenes tienen que saber que una persona equivocada se transforma en un fracasado solamente cuando intenta justificar sus errores echándoles la culpa a los demás, y en este caso yo soy el responsable de la derrota y la asumo integralmente”. Recordó que hace 25 años que milita y es candidato a distintos cargos en el PN, y contó que esperaba tener mejor suerte que en 2009, cuando perdió la interna con Luis Alberto Lacalle. “Pensé que este 2014 podía tener mejor suerte. La gente ha dicho otra cosa”, reconoció.