La llegada de turistas a partir del Mundial de fútbol que se está desarrollando en el país vecino fue el principal argumento que dio un policía comunitario de la Seccional 3ª cuando advirtió a los integrantes de Algo por Alguien de que no volvieran a la plaza Fabini (más conocida como del Entrevero), ubicada en la avenida 18 de Julio, en el Centro de Montevideo. Hace diez años que allí les dan de comer a más de 100 personas en situación de calle. Diana Traverso contó que arrancó yendo sola. Llevaba una mochila grande con termos con té que repartía entre quienes vivían en la calle, como una forma de que pudieran hacer más llevadero el frío. “Lo hice dos años sola y me conocían como ‘la loca del Centro’”, recordó. A partir de vínculos personales, su acción se fue haciendo conocida y comenzó a tener difusión, lo que permitió que se fueran sumando otros voluntarios, con los que fue tomando forma el grupo Algo por Alguien. En todos estos años han circulado muchísimos voluntarios, pero en promedio los integrantes fijos son entre 20 y 30.

Traverso aclaró que el colectivo “no es una ONG, es gente que va por voluntad propia”. Explicó que no piden dinero y que son apolíticos, y las donaciones que reciben son de alimentos secos no perecederos. “Somos seres humanos comunes y corrientes, que salen de su casa con una olla y se organizan medianamente por internet”, resumió.

Cuando reciben donaciones o se acercan a participar voluntarios de otros ámbitos van a la plaza los jueves y domingos. El jueves 19 concurrió un grupo integrado por los más jóvenes del plantel. Traverso contó que ese día se les dijo que no podían repartir más alimento en la plaza; “estaba prohibido porque causaba mal aspecto para el turismo y por la Ley de Faltas”, les explicaron. La fundadora del grupo comentó que aunque los jóvenes no se resistieron, no fueron bien tratados. Relató que a uno de ellos lo acusaron de tener “mal aspecto” y le indicaron que “también él quedaba feo en la plaza”.

Luego de ese incidente, y a un día de volver a realizar esa actividad, una integrante del grupo de Facebook Algo por Alguien advertía: “Queridos compañeros, mañana ir con documentos y sin nuestros hijos por las dudas, llevo copia de Ley de Faltas, esperamos no pase nada pero ¡debemos ir preparados!”.

Registros e interpretaciones

Llegó el sábado y el grupo se organizó: fueron con una cámara y acompañados por una abogada. A diferencia de otros días, notaron la presencia de más policías que daban vueltas a la plaza. “Hace diez años que vamos, conocemos los movimientos de la plaza de memoria”, remarcó. Indiferentes a la guardia policial, sacaron las ollas repletas de comida que los voluntarios traen de sus casas y les dieron de comer a personas solas y familias. Una vez que cenaron y todos comenzaron a irse, un grupo reducido de voluntarios se quedó juntando las bandejas donde sirven la comida, ya que las reutilizan. “En eso veo que un oficial se arrima y les grita a las personas a las que les dimos comida: ‘¿Ya terminaron de comer?’”, detalló. Ante esto, los voluntarios le salieron al cruce y le preguntaron: “Disculpe, oficial, ¿tiene algún problema?”. “Él argumenta que por el turismo que llega por el Mundial queda feo darles de comer a los pobres, que arruinan todo el paisaje. Dice que se ha gastado mucha plata en arreglar la plaza como para que la arruinemos con guisos y cosas por el estilo”, señaló Traverso. Los integrantes del grupo encendieron una cámara y grabaron la charla con el policía.

El agente les preguntó si tenían pensado seguir yendo a la plaza a darles de comer a esas personas, y ante la respuesta afirmativa de los contados voluntarios, explicó que no era posible porque en ese caso estarían inclumpliendo la Ley de Faltas, normativa que, entre otras cosas, regula el comportamiento de los ciudadanos en el espacio público. En la ley se establece que quien “ocupare espacios públicos acampando o pernoctando en forma permanente en ellos” será castigado con penas de siete a 30 días de prestación de trabajo comunitario, si persiste en su actitud luego de haber sido intimado dos veces por la autoridad municipal o policial. Sin embargo, éste no parecería ser el caso. La entrevistada contó que el encuentro suele comenzar a las 19.00 y finaliza prácticamente una hora después.

la diaria consultó al Ministerio del Interior. Desde la cartera se respondió que se desconocía la situación y que se indagará al respecto, y se adelantó que seguramente se trate de una “mala interpretación de la Ley de Faltas” por parte de “mandos medios”.