-¿Cuál es para usted el principal logro de su gestión?

-Hay un collar de obras que refleja una concepción de recuperar aspectos identitarios del departamento de Montevideo y de recuperar lo público. Después de 20 años de cerrado, tenemos hoy al hotel Carrasco y se reinauguró el Mercado Agrícola, que es una recuperación de lo patrimonial y una muestra de que lo público puede ser de excelencia. Además se recuperó la Casa de Andalucía, que va a estar pronta para este año, donde va a ir el Parque Hotel, y se recuperó un espacio de muralla donde va a ir el Museo de las Migraciones, en Juncal y Piedras, con similitudes con el Mercado Agrícola: un amplio espacio techado, con el piso de adoquines.

-¿Al montevideano hay que avisarle que se está recuperando esto? A eso apuntan algunas publicidades de la IM en los últimos meses.

-Sí, porque todo sucede de una manera tan vertiginosa que hay que comunicar, para que la gente se permita disfrutar. Además de las obras aparecieron los gimnasios a cielo abierto, la reconstrucción de barrios. Ahí se muestra una visión de todo Montevideo, y cada uno de nosotros, cada vez más, tiene la visión de su pedacito, visualiza de su casa a su trabajo, y necesita esa comunicación. Creo que nosotros cometimos varios errores al inicio del período respecto de la comunicación en términos generales y respecto de lo que comunicamos también. Cuando hicimos una encuesta de cultura ciudadana, nos dimos cuenta de que uno tiene que tratar de que el ciudadano sea tu cómplice, tu socio, que sea parte de las soluciones. Y creo que en varias ocasiones, yo culpabilicé a los ciudadanos. Si yo te pongo en la vereda de enfrente, vos no vas a ser mi socio. Con el tema del espacio público hemos ido logrando los objetivos que nos planteamos: el espacio público como un espacio de convivencia, como lugar que la gente cuida porque valora lo que ahí está y quiere colaborar con el gobierno departamental. En este momento, en Montevideo hay 71 gimnasios a cielo abierto; la ciudadanía colaboró en avisar en forma permanente cuando había vandalismo, en ocuparlos.

-Y en contraposición, ¿cuál ha sido el mayor debe de la gestión?

-Hay dos temas que no hemos logrado resolver aún y en los que estamos trabajando para cumplir con la ciudadanía antes de que termine el período de gobierno. Los ciudadanos aún consideramos que la ciudad no está tan limpia como la queremos. Desde el gobierno departamental, hemos elaborado un plan director de limpieza que está casi llegando al fin de su implementación: tener el equipamiento necesario, tener el personal necesario. Hay aspectos del plan que están cumplidos; por ejemplo, haber resuelto el tema de la disposición final de residuos, que cuando yo asumí era un gran problema. Hay acciones que se realizan que, cuando los ciudadanos colaboren con nosotros, seguramente van a verse por lo menos un poquito disminuidas, porque son bastante costosas; por ejemplo, la limpieza en el entorno de los contenedores. El contenedor muchas veces está vacío y sin embargo hay basura fuera. Para nosotros, aquí juega un rol muy importante la Ley de Faltas.

-Hay cuestiones de hábitos de la ciudadanía y de vandalismo, ¿pero hay fallas de gestión en la limpieza? Porque incluso en el FA hay quienes lo consideran así y entienden que la IM debe volver a las funciones básicas, al ABC (alumbrado, barrido, calles).

-No tiene nada que ver el hecho de cumplir con otras responsabilidades con el hecho de cumplir con las responsabilidades básicas. En primer lugar, la mayor parte de los recursos se destinaron a cumplir las responsabilidades básicas. Y la inversión realizada en este período en limpieza es la mayor en estos últimos años, en todo el circuito: camiones, contenedores, el sitio de disposición, la modificación que se produce en los hábitos y organización del trabajo. Hoy, por primera vez, tenemos personal que trabaja los fines de semana sin el sistema de horas extras. Todavía no hemos culminado el proceso de aplicación de todo el plan. Si alguien pensó que lo íbamos a resolver en seis meses, escuchó mal. Es a finales de julio que nosotros deberíamos estar cumpliendo con 95% del programa. Este debate viene de atrás; cuando se creó el Ministerio de Desarrollo Social [Mides] ya se discutía si la IM debía seguir teniendo policlínicas, políticas para los discapacitados, para las mujeres; ni que decir políticas culturales.

-¿Se le podría pedir a la Administración de los Servicios de Salud del Estado que se haga cargo de la financiación de las policlínicas?

-Le hemos planteado al gobierno nacional que recibamos una cápita, calculada por el área de Economía de la Salud. Según lo calculado, nos correspondería 12%. Nos planteamos la necesidad de revisar los recursos que tiene Montevideo. Vi en la prensa que hay quienes cuestionan por qué invertimos tanto en cultura o tenemos el teatro Solís, la Filarmónica; eso es un debate más de fondo. Hay una discusión que siempre está abierta, que es cuál es el rol de los gobiernos departamentales. Estoy convencida de que además de gobiernos departamentales, tenemos gobiernos locales con potestades reales. Hoy los ocho municipios de Montevideo manejan recursos, manejan 12% de los ingresos. Hay que dar el debate, aunque nunca en sentido de restringir el desarrollo cultural de Montevideo.

-¿Deberían ser rentados los cargos titulares del Concejo Municipal?

-Sí. Cuando se discutió la Ley de Descentralización, en la búsqueda de consensos y de que tuviera apoyos, se decidió que solamente fuera rentado el cargo del alcalde. Creo que los cargos ejecutivos que requieren una dedicación honoraria son muy difíciles. ¿Quiénes son aquellos que pueden ejercerlos? Aquel que es jubilado, o personas que tengan una profesión con libertad.

-La aprobación a su gestión es de las más bajas. Da la sensación de que la población no juzgó con la misma dureza la gestión de Ricardo Ehrlich, teniendo en cuenta que tampoco solucionó, por ejemplo, el problema de la limpieza de la ciudad.

-La gestión de Ehrlich y la mía son completamente distintas, porque nos tocó vivir una época completamente distinta. Ricardo Ehrlich tuvo muy poco dinero para realizar obra pública, y recién empezó a invertir en 2008. En el tema limpieza había un plan estratégico que se cayó. En ese momento, además, era el primer gobierno nacional del FA, por lo que hubo una invisibilidad mucho mayor de la gestión. La preocupación de los ciudadanos de Montevideo era sobre lo que pasaba en relación al gobierno nacional.

-¿Cuál es la política en materia de privatización de servicios? ¿Funcionaría mejor la recolección de residuos si la hiciera una empresa privada?

-Los pasos que hemos dado no van en esa dirección. Creo que es un debate que ha estado desde los inicios del gobierno departamental; en el período pasado hubo una clara decisión en el programa departamental de no hacerlo. Yo conduzco la gestión en relación al programa y tengo la obligación de cumplirlo. Ese debate, en el período pasado, fue saldado en la dirección de lo que estamos ejecutando, es decir, potenciar el gobierno departamental.

-Existe una idea de que se trabaja mejor en el ámbito privado que en el público por la inamovilidad. E incluso que trabajan más los becarios o pasantes de la IM que algunos de los funcionarios…

-Creo que es un mito que no podés echar.

-Pero es mucho más difícil despedir gente en el ámbito público que en el privado.

-Se podría decir que en el marco del contrato privado es más sencillo [despedir a alguien]. Cuando alguien se va de acá es porque incumplió, por omisión, negligencia o renuncia tácita, con 15 faltas consecutivas sin aviso. En cuanto a lo otro, es la primera vez que escucho que los becarios trabajan más que los trabajadores de la IM, aunque más que algunos puede ser, porque, como en todas partes, hay de todo. Hay una cantidad de servicios con una alta valoración de la ciudadanía que son llevados adelante por trabajadores de la IM. Uno claro es el alumbrado público; más de 60% tiene una opinión buena o muy buena. Lo mismo pasa con nuestros equipos en las policlínicas. Tenés otras áreas en las que esto no sucede. Y tenemos que reconocer a aquellos que lo hacen, porque si no, todo es igual; el que trabaja mucho siente que es evaluado por el que trabaja poco. Nosotros tenemos que hacer un fuerte trabajo de involucramiento. Ahora, en realidad, está muy rejuvenecido el equipo de trabajadores.

-¿Por qué hay trámites en los que sigue habiendo muchas demoras?

-Hay trámites más rápidos que otros. Hoy estamos en un proceso de revisión de protocolo, porque queremos que la IM tenga un expediente electrónico. Yo viví la experiencia en el Mides, que a los dos años de nacer ya tenía expediente electrónico. Otra cosa es una institución más compleja como ésta, donde comprás la carne para el zoo, los medicamentos para la policlínica y el maquillaje para la Comedia Nacional. Pero, independientemente de eso, si hay áreas que hemos logrado que sean ágiles y hemos logrado certificación de calidad de los procesos, ¿por qué en otras no podemos lograrlo? Tengo que lograr protocolos de actuación que inclusive me fijen tiempos, por lo que se está haciendo una revisión de procesos. Igualmente, en cuanto al tema de la burocracia, no existe la vacuna contra eso. Tenés que estar todo el tiempo refrescando y recordando el sentimiento de servidor público.

-Usted dijo que la administración tenía dos debes. ¿Cuál es otro?

-El tránsito. El crecimiento del parque automotor es muy grande y no todas las calles de Montevideo son ensanchables. No está preparada para ese tránsito. Y no necesariamente las medidas que se toman en otras partes del mundo van con la cultura de la ciudadanía uruguaya.

-¿Por qué no se apunta a un boleto más económico?

-El boleto no es caro, tiene un subsidio muy importante, de cerca de 50 millones de dólares. Si no lo tuviera, tendría que estar dos pesos más caro. Con el boleto de 22 pesos podés viajar una hora y tomar dos ómnibus.

-Pero para el que se toma un solo ómnibus sigue siendo caro…

-No es caro en comparación con pagar estacionamiento de auto por las ocho horas de trabajo. La sociedad en general está convencida de que el auto te da más independencia, más autonomía, y te permite llegar a un tiempo menor que movilizándote en transporte público; eso no está sucediendo, y por eso la gente está disconforme con el tránsito. En otras culturas, por ejemplo, las empresas motivan a que en un auto vayan cuatro personas y no una sola, o que un día anden unos y otro día otros. A estas problemáticas que pasan en todo el mundo les hemos ido intentando encontrar soluciones diversas, unas vinculadas con el auto particular y otras con la mejora del transporte público. Yo creo que el transporte público ha mejorado en estos años, pero no lo suficiente. Hoy se conocen los horarios. Y hubo un esfuerzo de las empresas de ajustar el horario real y el horario teórico. También hay un esfuerzo del Estado en el mantenimiento del costo del boleto, que consideramos que es accesible. Hay mucha gente que para llegar a su trabajo tiene que tomar más de un ómnibus, y con un solo boleto hace las combinaciones que necesita. Hemos trabajado mucho para la limpieza de las unidades, para que las unidades sean accesibles. Aunque no se considera que sea ágil y eficiente -sólo 40% lo considera así-, por lo tanto tenemos que llegar a más.

-¿Le parece bien que el FA tenga múltiples candidatos para la IM?

-Seguramente haya gente que entienda que es un único programa y un único candidato, pero la elección pasada dejó heridas, al haber una decisión unánime de que había que ir con un solo candidato en Montevideo. Siempre me gusta recordar que fui candidata en Montevideo solamente con dos abstenciones. Hubo muchos comentarios a posteriori, pero en el momento en que el FA entendió que tenía que darle una salida al trancazo que se produjo entre los dos candidatos hombres que había, hubo consenso de todos. Los frenteamplistas no tenemos una cultura de debate interno de candidatos, lo vimos en la elección pasada, nos cuesta. La mayor parte de los sectores llegó a la conclusión de que en esta elección hay que posibilitar a más de un candidato, y yo estoy de acuerdo con eso.

-¿Se ve en una reelección?

-No, para nada. Creo que entre los elementos del desgaste están las cosas que se dijeron posteriormente a mi definición como candidata. Eso ha pesado enormemente en estos cuatro años, y creo que la campaña empezó prácticamente al otro día de la elección. [Jorge] Gandini, por ejemplo, empezó su campaña al otro día de que yo asumí. Fue una campaña muy adelantada, muy permanente, y estas cosas se definen con mucha anticipación; yo decidí que no hace un año. Cuando una tiene la cabeza en la competencia, tiene la tentación de contestarle a tal o cual, pero no, yo en este momento tengo una responsabilidad, no puedo ser la intendenta y estar al mismo tiempo en campaña. Voy a estar hasta el final para cumplir con el programa y no voy a tener la cabeza dividida en dos.

-Habló de Gandini. ¿Le parece que tiene posibilidades de ser intendente de Montevideo?

-Yo creo que el FA vuelve a ganar en Montevideo.